El grotesco caso del juez Cisneros que aún no liberó a Mainardi

La ley no es igual para todos en la Argentina. Si faltaba corroborarlo, el juez de Instrucción, Vicente Cisneros, decidió hacerlo. Entonces, cuando el juez Claudio Bonadío mató a 2 de 3 personas que parece que iban a robarle, se fue a su casa pero José Manuel Mainardi aún está en prisión por matar a 2 de 3 personas que, además de asaltarlo, quisieron matarlo. Una locura judicial.

Injustamente, José Manuel Mainardi, quien en defensa propia –probablemente como lo haría la mayoría de los argentinos- mató a un par de despreciables delincuentes e hirió a otro, luego de ser asaltado, sigue detenido.

La Justicia todavía afirma no haber establecido si el hombre actuó en legítima defensa, si se excedió al defenderse o si reaccionó en estado de emoción violenta.

Interviene en la causa un magistrado de Instrucción muy cuestionable: Vicente Cisneros.

¿Por qué no se trató de igual manera al juez federal Claudio Bonadío cuando mató a 2 de los 3 sospechosos que creyó que lo amenazaban y ni siquiera se pudo probar que lo iban a asaltar?

Horas después de haber recibido una amenaza de parte de un sospechoso de por los menos 2 secuestros extorsivos, Bonadío fue víctima de un presunto intento de robo que terminó en un tiroteo y el magistrado mató a 2 de los agresores en Villa Martelli.

Bonadío, acompañado por un amigo suyo que recibió un balazo en el abdomen y fue internado, se dirigía a una reunión social. Bonadío prestó declaración ante una fiscalía de San Isidro y se dirigió a su domicilio por suponerse de que se trataba de un caso de "legítima defensa".

Los dos muertos fueron identificados como Germán Ariel Lorenzatti y Daniel Martín Villa. Uno de ellos habría estado detenido en una causa en la que se lo acusaba de encubrimiento.

En el caso intervino el fiscal de San Isidro, Luis Celaya.

Pero ahora, cuando no se trata de un funcionario judicial sino de un ciudadano corriente, el juez Cisneros decidió que Mainardi continúe preso, hasta tanto resuelva su situación procesal, a la vez que el delincuente que fue herido por el empresario fue internado en grave estado en el Hospital Argerich.

Si bien los médicos que lo atienden dijeron que su evolución sigue siendo favorable, todavía permanece alojado en una sala de cuidados intensivos, bajo custodia policial, ya que en caso de recuperarse podría quedar automáticamente detenido acusado por el delito de "doble homicidio en ocasión de robo".

El empresario había retirado $ 10.000 del Banco Nación, sucursal Carlos Pellegrini y Paraguay, luego caminó por la calle Paraguay, dobló por Esmeralda y al llegar a la avenida Córdoba, 3 asaltantes le cortaron el camino.

Uno de los ladrones comenzó a forcejear con Mainardi hasta que lo golpearon con una pistola en la cabeza; él les entregó el dinero y escaparon en una moto. Pero cuando los asaltantes habían recorrido unos metros, el empresario sacó una pistola calibre 9 milímetros y comenzó a tirar.

Mainardi efectuó 13 disparos. Uno de los ladrones cayó muerto en Córdoba al 800. Los 2 cómplices, heridos de bala sobre la moto, doblaron en Suipacha y a 150 metros uno de ellos cayó desvanecido. El 3ro., también baleado, siguió a pie hasta que fue detenido en la avenida 9 de Julio. El asaltante que quedó herido en Suipacha al 600 murió media hora después.

Luego del robo, el empresario de la construcción -con su cara ensangrentada y la pistola en la mano- entró a un kiosco de avenida Córdoba 821, donde le dieron una botella de agua. Luego de unos minutos fue llevado por el SAME al hospital Argerich. Cuando el empresario salió del negocio, la gente comenzó a felicitarlo y aplaudirlo.

Su letrado sostiene que actuó en legítima defensa, lo que es una causal de inimputabilidad.

"Vinieron tres personas que lo golpearon salvajemente con golpes de puño, culatazos y patadas. Se cansaron de golpearlo y a los gritos le decían `te vamos a matar", dijo el abogado Juan Carlos Salerni, que asesora a Mainardi.

Explicó que este relato está apoyado por la declaración de testigos. Relató que cuando los delincuentes le sacaron el dinero que había retirado de la sucursal de Carlos Pellegrini y Paraguay, le exigieron el otro fajo de billetes. "Le meten la mano en un bolsillo donde sabían que estaba la plata y le encuentran el bulto del arma. Entonces le gritan: "¡Está de caño, matalo!"."

Uno de los delincuentes le disparó a quemarropa, pero erró el tiro. Mainardi, según su explicación, recuperó su arma, una pistola calibre .40 y los asaltantes saltaron a la moto en que llegaron y huyeron por avenida Córdoba.

Mainardi levantó el arma hacia ellos y el que iba atrás de la moto le apuntó, pero el empresario de la construcción disparó primero y les vació el cargador a los tres motociclistas. Dos de ellos cayeron muertos y un tercero está internado.

"No actuó para defender su plata, sino su vida, dijo el abogado Salerni.

Marcelo Mainardi dijo que su hermano detenido no es un justiciero y explicó que llevaba un arma por razones de seguridad, ya que había sido asaltado y transportaba dinero con frecuencia. Buscan a un cuarto sospechoso que creen que marcó a Mainardi en el interior del banco.

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