En USA, la próxima semana se termina el crédito para el consumo

POR DANIEL SOHER ROTH (*) La economía de George Walker Bush resultó otro fracaso del Partido Republicano en esta etapa en el poder. Bush ha destruido la bonanza que dejó William Clinton a los consumidores estadounidenses.

La era del dinero barato en préstamos --que detonó en años recientes una colosal actividad económica en refinaciamiento de viviendas, compra de automóviles y líneas de crédito-- está en su recta final.

Cuando, por 1ra. vez en 4 años, la Reserva Federal aumente las tasas de interés la próxima semana --como lo anticipan los economistas--, los consumidores, que han puesto sobre sus espaldas cifras récord de deuda, verán que los intereses que pagan comenzarán a subir gradualmente, inflando aún más sus compromisos monetarios y poniéndoles la soga sobre el cuello.

Quienes obtengan nuevos financiamientos notarán que sus precios se tornarán más costosos, y los consumidores que deben dinero en sus tarjetas de crédito, préstamos por el valor acumulado de sus propiedades o en alguna otra deuda con interés variable --es decir, prácticamente todos-- tendrán que desembolsar más dinero para pagar la misma carga.

''Con ahorros familiares cerca del mínimo histórico, y deudas y bancarrotas personales cerca del máximo histórico, los intereses más altos se traducirán en pagos más elevados para consumidores altamente endeudados, quienes tendrán poco espacio en su presupuesto mensual para absorberlos'', afirmó Greg McBride, analista de Bankrate.com, una firma de finanzas personales en el condado Palm Beach.

Los expertos vaticinan que el Banco Central aumentará la tasa interbancaria básica de interés de 1% a 1,25% en sus reuniones del próximo martes y miércoles, con miras a contener el índice inflacionario mientras que la economía se robustece, sostuvo Peter Kretzmer, economista de Bank of America en New York.

Se espera que dicha tasa, que la Reserva cobra a los bancos comerciales por sus empréstitos, se sitúe en 2% a finales del año 2004.

Al subirle el precio del dinero a la banca, esos costos son transferidos directamente a los consumidores, impactando los préstamos con tasas variables, el interés de las tarjetas de crédito y las futuras solicitudes de financiamiento. Hoy, los compradores en USA deben alrededor de US$ 750.000 millones en préstamos con tasas móviles, dijo McBride.

''Las tasas a corto plazo que sean bajas comenzarán a desaparecer'', afirmó Kretzmer a El Nuevo Herald. "Eso incluirá los autos con 0% y las ofertas especiales en las hipotecas que comenzaban con un interés mínimo. Lentamente, [los intereses] se moverán hacia arriba''.

El incremento que hará la Reserva marca el inicio del epílogo de una era en que las tasas se desplomaron a un récord histórico, lo que mimó a los consumidores con hipotecas baratas, automóviles sin dividendos y otras formas de préstamos fáciles de pagar. Algunas de estas tasas, específicamente las que dependen de los bonos del Tesoro como las de las hipotecas, ya han comenzado a subir en los últimos meses.

Miembros de la Reserva, incluyendo su presidente Alan Greenspan, han manifestado incansablemente que aunque la deuda de las familias se mantiene galopante, los consumidores podrán manejar sus compromisos ya que el aumento en los precios de las propiedades permitió que cientos de miles de dueños de casa en el país refinanciaran sus viviendas y consolidaran sus balances de tarjetas de crédito en hipotecas bajas de interés fijo.

El Comité de Mercado Abierto de la Reserva, que fija las tasas, planifica hacer los ajustes lenta y gradualmente para evitar que el golpe en el bolsillo de los consumidores sea más palpable, dijo Kretzmer.

Pero en una nación que ama salir de compras al mall los fines de semana, y en la que los gastos del consumidor representan dos terceras partes de su fortaleza económica, hay analistas que presienten que si los hogares se ven forzados a apartar más dinero para pagar sus deudas, ello podría impedir que la economía continúe creciendo y genere más puestos de trabajo.

La deuda de los consumidores en USA se acerca a US$ 10.000 millones, incluyendo hipotecas, según la Reserva Federal. En tarjetas de crédito, asciende a US$ 2.000 millones. Un sondeo en abril de la encuestadora Gallup concluyó que el balance promedio en cada tarjeta individual es de US$ 3.815, y que el porcentaje de compradores que paga su deuda cada mes ha caído de 42% hace 3 años a 37% hoy en día.

De ahí que algunas organizaciones que trabajan con los consumidores vean motivos para alarmarse.

''Para muchas personas el aumento de las tasas les va a dificultar costear todos sus pagos, por lo que las bancarrotas podrían aumentar más'', señaló Phillip Garner, presidente del Consumer Credit Counseling del sur de la Florida, una agencia que asesora a personas con problemas crediticios. "Muchos van a salir a usar sus tarjetas de crédito de nuevo, y en 24 meses van a terminar peor de lo que comenzaron''.

Tan pronto como a finales de julio los consumidores notarán el alza de intereses en sus facturas, aunque al comienzo será leve, dijo Kretzmer, el economista de Bank of America.

Expertos en consumo como Garner recomiendan a los deudores que desembolsen el máximo dinero que les sea posible en sus tarjetas de crédito que tengan los intereses más altos, antes de que suban más. Si planean comprar un vehículo, es mejor que lo hagan cuanto antes. Y lo primordial es que traten de cerrar sus préstamos a intereses de plazo fijo. En este último caso, los consumidores no se verán afectados por el alza de las tasas.

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(*) El Nuevo Herald, Miami, Florida, USA, 2004.

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