Multimedios: Un negocio que preocupa a Bush y Kirchner

Un año después de que la Federal Communications Commission autorizara una modificación en la legislación de la propiedad de medios reforzando la posición de los conglomerados en USA, la Cámara de Apelaciones determinó que la FFC fue demasiado lejos y reformaría las normas. De ser así, el presidente George W. Bush sufriría un golpe bajo a pocos meses de las elecciones ya que sus alianzas con los multimedios se vería afectada. En este marco cabe preguntarse: ¿Cuál es la relación del poder político argentino con los Grupos locales?

Luego de que la Administración Bush permitiera el año pasado la reforma de una ley clave para los medios de comunicación beneficiando a los conglomerados, al Cámara de Apelaciones de USA en Filadelfia rechazó los fundamentos que la FCC utilizó para facilitar el avance de "los gigantes" y ordenó a la comisión que revisara la resolución contemplando la protección del interés público, la competencia y la pluralidad de voces.

La Corte de Apelaciones argumentó que la FFC se había basado en rezones que no son válidas para impulsar una ley y que no hace más que consolidar el poder de los medios más fuertes del país, aumentando las barreras de ingreso al mercado para aquellos interesados en competir pero que no cuentan con la gimnasia, la trayectoria ni los recursos que los otros poseen.

Una de las nuevas reglas que fueron aprobadas por la FFC señalan que una misma empresa pude ser dueña de un diario, ocho emisoras de radio y tres canales de TV en el mismo distrito.

En este marco, Maurice Hinchey, uno de los más fervientes críticos de las nuevas modificaciones, explica; "Los cambios introducidos a esta ley son un regalo del titular de la FFC, Michael Powell, a los conglomerados más sobresalientes de este país. Y lo peor es que se han implementado sin una investigación o consulta previa".

"Lo que hizo Powell fue amenazar a la opinión pública, ahora, será más difícil el acceso y la participación de los ciudadanos en los medios" agregó. Es decir que en vez de ponerlos al alcance de la sociedad para que la diversidad de opiniones sea representada, se acotó el espacio de acción y se restringió la entrada a aquellas voces que cuestionan o confrontan a la oficial.

Los medios aliados al Gobiernos están satisfechos con los cambios ya que los benefician económicamente y por otro lado, los republicanos celebran las reformas porque los comicios presidenciales están próximos y al manejar el aparato mediático se aseguran un refuerzo ideológico y un canal directo para vehiculizar sus discursos políticos.

Pero tras los reclamos de la Cámara de Apelaciones de USA, el presidente George W. Bush –quien respalda la medida- podría ser derrotado, favoreciendo así la imagen de John Kerry, quien impulsa al mismo tiempo una ley para lograr una mayor apertura en la prensa.

La comisión está dividida: 3 contra 2. Mientras que "la mayoría" republicana respalda la "relajación" de las leyes, apoyando la flexibilización que ampara las intenciones de los multimedia, los demócratas promueven la legislación antimonopólica.

"Estamos tratando de evitar que un puñado de empresas controle la circulación de la información que todos los estadounidenses van a leer, ver o escuchar", declaró Bernie Sanders, uno de los congresistas de Vermont que más está al tanto del tema.

Antes de que el director de la FFC, Michael Powell y sus dos aliados republicanos autorizaran las modificaciones el 2 de junio del año pasado, hubo una protesta masiva encabezada por la ONG de la oposición MoveOn (www.moveon.org) que intentó frenar la medida que dejaría en manos de unas pocas empresas el manejo de la prensa local y de nivel nacional.

En este contexto, varias asociaciones de periodistas tales como Newspaper Guild, National Association of Black Journalists y the National Association of Hispanic Journalists, alzaron sus voces en contra de los cambios impulsados por los republicanos.

Más de dos millones de personas se concentraron en la puerta de la FFC reclamando que no se aprobara la modificación que otorgaría más poder a las empresas cuasi monopólicas. Sin embargo, los cambios están vigentes pero la lucha continúa porque la concentración de la propiedad de los medios es un factor que podría poner en riesgo los pilares de un régimen democrático.

Mientras que en USA un pujante grupo pelea contra la maquinaria de Bush en pos de defender sus derechos, ¿Qué pasa en la Argentina?

Durante la década de los ´90, las radios, diarios y los canales de televisión protagonizaron un profundo proceso de concentración que dejó el control de las comunicaciones de la Argentina en manos de pocos grupos.

Ese proceso se financió con la misma lógica de créditos que acumuló durante 10 años la Convertibilidad, pero también con un acumulado de inversión publicitaria que durante los ´90 llegó a alcanzar los US$20.000 millones.

La ley 23.696 de Emergencia Económica y Reforma del Estado fue el primer paso hacia la concentración. A partir de esta ley se llama a privatizar todos los medios del Estado que no pertenecieran al Servicio Oficial de Radiodifusión (SOR), entre ellos, los canales 13 y 11 de la Capital Federal. Además permitió que las sociedades anónimas pudieran ser licenciatarias de medios y que también puedan dedicarse a otras actividades además de la radiodifusión (el decreto-ley 22.285/80 establecía que solo podían ser licenciatarios sociedades comerciales constituidas únicamente para la explotación de la radiodifusión).

Además, en 1992 se firmó el Tratado de Promoción y Protección de inversiones Recíprocas con otros 33 países por el cual los capitales de esos Estados son considerados como si fueran argentinos. Con la inclusión de los tratados internacionales a la Constitución en 1994, este acuerdo permitió el ingreso de capitales extranjeros a la esfera mediática.

A partir de allí se fueron conformando varios grupos multimedia que adquirieron la mayor cantidad de medios que pudieron para luego concentrarse aún más fusionándose como grandes "pools" mediáticos.

Santiago Gándara, profesor de la UBA, opina que "los decretos de la última década favorecen a los grandes empresarios, los cuales en retribución, apoyan a ciertos políticos. No hay controles para los medios. No hay arbitraje. El Estado es parte de los grupos empresarios".

De igual modo, Gándara comenta: "la concentración transformó a los medios en mercancía. Todo se genera en pos del rating. La ética solo se respeta si no interfiere en las ganancias de los empresarios. La comunicación ya no es un derecho sino una mercancía para ser consumida y generar rentabilidad a los empresarios".

El punto culminante de este proceso de concentración se dio con el dictado del decreto 1005/99, por el cual se le permite a cada licenciatario hasta 24 licencias; se pueden transferir o vender las licencias; y se accede a la conformación de redes permanentes.

Es así que se forman pocos grupos que tienen en su poder la mayoría de los medios de comunicación de la Argentina. Los mayores multimedios quedaron constituidos por el Grupo Clarín (Canal 13) y el Grupo Telefónica Internacional (TISA).

Lo cierto es que durante la campaña presidencial hasta el día en el que se inauguró el Museo de la Memoria, el presidente Néstor Kirchner - mantuvo una excelente relación con el Grupo Clarín. A partir del 25 de marzo de 2004, los tradicionales medios que le brindaban su apoyo marcaron una clara distancia con el mandatario.

El día después del acto, las plumas de Joaquín Morales Solá y Eduardo van der Kooy fueron tenaces con el jefe de Estado e hicieron por primera vez cortocircuito con el "Estilo K".

Este fue un punto de inflexión ya que la tendencia a separarse de Kirchner continúa hasta el día de hoy. Esta situación, lejos de ser un problema menor para el presidente, lo sitúa en lugar aún más comprometido mientras intenta mantener su imagen positiva.

Si no logra una reconciliación con los medios -ingrediente esencial para gobernar- por más de que organice ambiciosos viajes a China, otros temas de la agenda mediática opacarán sus intentos.

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Fuentes: The Nation, traducción de fragmentos del artículo "Big Blow to Big Media" de Jhon Nichols, publicada en la sección política, decreto-ley 22.285/80, Tratado de Promoción y Protección de inversiones Recíprocas, ley 23.696 (o ley Dormi), decreto 1005/99 firmado durante la segunda presidencia de Carlos Menem, Revista Lote, declaraciones de Santiago Gándara, profesor de Semiótica y Comunicación 3 de la Carrera de Ciencias de la Comunicación de la UBA.

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