En un referendo, Bolivia está decidiendo hoy su futuro

Más de 4 millones de bolivianos están habilitados para votar hoy en el Referéndum. El residente Carlos Mesa Gisbert iinstó a votar. En Santa Cruz hubo bloqueos hasta el viernes. Más de 2.000 policías están en estado de alerta.

En Bolivia, el día del referéndum ha llegado y los 4.458.293 de bolivianos habilitados para dar su voto tendrán la posibilidad de acudir a las urnas y decidir el destino de los hidrocarburos del país.

La población que votará es una representación de lo que Bolivia es: un abanico intercultural. Hombres, mujeres, jóvenes, adultos, personas de la tercera edad, campesinos e indígenas tienen en sus manos el poder de decidir por el sí, no, abstenerse de votar o hacerlo nulo, según su conciencia.

Pero, ¿quiénes son esos más de 4,4 millones de habitantes?

Para empezar, 2.297.729 son varones y 2.160.564, mujeres.

A pesar de que la mayoría está conformada por hombres, en esta elección habrá equilibrio entre el voto femenino y masculino, según el vicepresidente de la Corte Departamental Electoral (CDE) de Cochabamba, Jorge Ponce de León. En Oruro, por ejemplo, el porcentaje de electores hombres y mujeres es el mismo, 50%.

La paridad también se repite en la población rural y la urbana.

Más de 1.850.000 personas que se encuentran dentro del padrón electoral 2004 provienen de las provincias y el campo. Aunque en el área rural son más los inscriptos, la diferencia entre ambos sectores no es amplia, lo que derrumbaría la idea de que en el campo no existe el interés por participar en la consulta, según el presidente de la CDE, Joaquín Pérez.

Los departamentos que tienen mayor cantidad de habilitados para ejercer el voto son: La Paz, Santa Cruz y Cochabamba.

Sólo La Paz y Santa Cruz conforman el 54,41% del total de la población boliviana electoral.

En los territorios, habitan indígenas de etnias originarias. No existen datos sobre su participación en el referéndum porque muchos de ellos ni siquiera pudieron inscribirse debido a la lejanía de sus pueblos.

En el caso de los más de 5.000 yuracarés, sólo algunos votarán, según uno de sus dirigentes Miguel Núñez.

Después de varios procesos de depuración, la cifra oficial de nuevos habilitados para votar, según la Corte Nacional Electoral, es de 303.238 personas en todo el territorio nacional.

Aunque no existen cifras oficiales de los nuevos electores en Bolivia por edades, se presume que la gran mayoría es joven menor de 21 años.

Hacia ellos estuvo dirigida gran parte de la campaña informativa del referéndum.

Hasta el último día, el presidente Carlos Mesa y su equipo de Gobierno trabajaron para resolver los bloqueos de caminos en Santa Cruz para que la gente participe en el Referéndum vinculante por el gas que fue convocado el pasado 13 de abril, "muy a pesar mío’, como lo expresó hace una semana el propio jefe de Estado en el foro organizado por la Cámara de Industria y Comercio de Santa Cruz (Cainco).

El pesar del jefe de Estado tiene un sentido. La convocatoria popular no es por iniciativa de los gobernantes, sino que es producto de la denominada Agenda de Octubre que impusieron los sectores sociales que se levantaron contra el ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada y lo expulsaron del Palacio Quemado el 17 de octubre del año pasado.

Precisamente, 2 de los líderes por las movilizaciones en favor del Referéndum por el gas, Jaime Solares, secretario ejecutivo de la Central Obrera Boliviana (COB), y Roberto de la Cruz, dirigente de la Central Obrera Regional de El Alto (COR), son ahora las cabezas visibles de los sectores que se oponen a la consulta de hoy y en la que se estima participarán 4,4 millones de electores.

"Los trabajadores no votarán en esta farsa que fue montada por el presidente Carlos Mesa y Evo Morales, que intentan resguardar las espaldas del fugitivo Gonzalo Sánchez de Lozada y de proteger los intereses de las empresas petroleras", expresó Solares.

El representante de la COB involucró al diputado por el MAS y dirigente cocalero en la organización del Referéndum, porque Morales decidió participar activamente en la consulta porque, según él, fue una conquista popular y que costó la sangre de muchos campesinos e indígenas.

De las cinco preguntas de la consulta, el líder masista instruyó ‘a las bases’ que en las tres primeras votaran por el Sí y en las dos últimas por el No.

La decisión del masista provocó una nueva fisura en la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (Csutcb), otra de las protagonistas de los hechos de octubre y que se dividió para el Referéndum.

El ex diputado y dirigente de una fracción de la Csutcb, Felipe Quispe, es contrario a la consulta porque, en su criterio, el Presidente inducirá al pueblo para que le autoricen la exportación del gas a Chile, en perjuicio del pueblo boliviano.

El otro líder de los campesinos, Román Loayza, senador por el MAS, dijo que todos deben participar de la consulta porque se plantea la nacionalización de los hidrocarburos y la recuperación de las empresas capitalizadas.

"No habrá nacionalización ni expropiación de las petroleras. Con el Referéndum pretendemos diseñar la política energética del país", expresó el presidente Carlos Mesa, en un intento por calmar a los inversionistas que siguen con cautela los resultados que arroje hoy la consulta popular.

A pesar de que el Referéndum es vinculante, la decisión no será concluyente. El delegado presidencial para la Capitalización, Francesco Zaratti, afirmó que la última palabra la tendrá el Congreso, donde se aprobará la nueva Ley de Hidrocarburos, que puede salir como ‘Frankestein’ o como ‘Miss Universo’.

Esa incertidumbre es la que preocupa al gerente de la Cainco, Óscar Ortiz. En su criterio, el Gobierno pretende eliminar una ley y diseñar una política energética, sin tener decisiones concretas. "Es una aventura".

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