El federalismo y la Constitución en tiempos de K

(*)Por Mariano Caucino En las últimas horas, el interventor federal en Santiago del Estero designado por el presidente Kirchner, Pablo Lanusse convocó a una asamblea constituyente para reformar la constitución provincial mediante un decreto.

Curiosa forma de entender el federalismo y la Constitución la del fiscal
Lanusse. Parece seguir los pasos de otro Lanusse, el ex general Agustín Lanusse quien por decreto sancionó una reforma constitucional en 1972. Ahora, amparado en su condición de interventor federal, no contento con sus atribuciones como tal, es decir su rol como normalizador de la provincia, pretende constituirse en el poder constituyente de la provincia, convocando a una convención constituyente a partir de su exclusiva voluntad.

Violentando el principio republicano y federal, el interventor
kirchnerista pretende imponer sus deseos por encima de toda la
legislación vigente, pero eso sí, siempre en nombre de la ética y el fin
del régimen despótico del interminable matrimonio Juárez.

Pero lo más asombroso de todo este atropello constitucional es que
cuenta con el visto bueno del prestigioso constitucionalista Daniel
Sabsay, contratado como asesor jurídico del gobernador-interventor
Lanusse. No es la primera vez, sin embargo, que Sabsay utiliza su
"chapa" académica para avalar barbaridades jurídicas.

Profesor titular de derecho constitucional en la Facultad de Derecho de
la UBA y otras universidades, Sabsay está considerado una "autoridad" en materia de derecho político en Argentina. Inclusive, su nombre ha circulado en reiteradas ocasiones como posible ministro de la Corte Suprema desde la llegada de Néstor Kirchner a la presidencia de la Nación.

No sorprende ya que notorios profesores de Derecho de la Universidad de Buenos Aires impulsen interpretaciones francamente absurdas del texto constitucional. Quien fuera otro de mis profesores en esa casa de
estudios, el doctor Eduardo Freiler es nada más ni nada menos que quien propició desde el ministerio público la anulación de los indultos
presidenciales otorgados en 1989 y1990 por Carlos Menem en beneficio de líderes guerrilleros y jerarcas del proceso militar de la década del setenta. Como todo alumno de primer año de derecho sabe, las leyes, los decretos y los indultos no pueden anularse.

Siempre me preguntaré qué hubiese sucedido de haber yo respondido en un examen que los indultos presidenciales eran pasibles de revisión en sede judicial. ¿Me hubieran aprobado mis profesores, doctores Freiler y Sabsay?

Resulta llamativo que el doctor Freiler, con semejante precedente, sea
el primer nominado por el Consejo de la Magistratura como candidato a
juez federal. En un país en serio, como le gusta repetir al presidente
Kirchner, Freiler sería candidato a la destitución, por ignorante del
Derecho.

Evidentemente, con profesores como estos, mal futuro espera a la
justicia argentina. Los países más avanzados, los que verdaderamente
merecen en calificativo de "países en serio" son aquellos en que un
interventor federal no modifica constituciones por decreto, ni los
indultos del ejecutivo son revisados judicialmente, ni se sanciona a un
vicepresidente por afirmar que las leyes no se anulan.
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(*) Mariano A. Caucino es abogado (UBA.

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