El secuestro, un delito federal que sigue separando las aguas entre Nación y provincia

No es un fracaso ni de Beliz, ni de Rosatti ni de tantos ministros que pasaron por la cartera de Justicia y Seguridad que no exista un equipo de trabajo interjurisdiccional para casos de delito federal. Es más bien un fracaso conjunto de sucesivas administraciones que frente a la cantidad de casos de secuestros express y extorsivos no tienen la intención de crear equipo de trabajo conjunto que en lugar de "pasarse la pelota" –como sucede entre Nación y provincia cuando la familia de la víctima no radica una denuncia policial- luche por resolver los hechos de delincuencia en el país, que al fin y al cabo ese es su trabajo.

Cambio de aire en el ministerio de Justicia y Seguridad no garantiza un cambio de actitud. Beliz por Rosatti, Quantín por Iribarne pero lo cierto es que las medidas de fondo aún no llegan.

Pero antes de plantear la cuestión de hoy – a propósito del secuestro del joven Nicolás en Beccar- un ejemplo más de cómo las alianzas en políticas duran menos que una burbuja en el espacio.

Veamos... Béliz se fue, Quantín se fue, pero otros se quedaron. Se supo que ayer fue ratificado en su cargo el ex árbitro Javier Castrilli –quien había puesto su renuncia a disposición- para controlar la violencia en los eventos deportivos pero un muy pero muy cercano "amigo de Béliz" se quedaría también en el ministerio.

Se trata de Jorge Srur, un acérrimo colaborador de Gustavo Béliz, quien no sólo no presentó la renuncia a su cargo en el área de Justicia y Seguridad sino que hizo lobby para continuar en su función argumentando que desde hacía meses que mantenía "diferencias" con el ex ministro. Con amigos así...

Srur –quien fuera candidato a vicejefe de Gobierno por Nueva Dirigencia cuando Beliz presentó su candidatura en la Ciudad de Buenos Aires- fue a quien el ex ministro le encargó la puesta en marcha de un ambicioso proyecto que –mediante un convenio con la Universidad Tecnológica Nacional, a través de su Centro de Calidad y Productividad –proponía implementar un Sistema de Gestión de la Calidad, conforme a las Normas ISO 9001:2000 en las Comisarías de la Policía Federal Argentina pero lejos de sacar la cara por su "amigo" y en un acto heroico renunciar para seguirlo, está acomodando su escritorio en el que pretende permanecer al menos un tiempo más.

Pero vamos a algo más importante. En estas horas, los padres de Nicolás Garnil, secuestrado el pasado domingo, negocian el pago del rescate para que los delincuentes lo liberen.

Según se supo, la familia del adolescente que no realizó la denuncia policial y cuya identidad no se confirmó oficialmente, recibió esta mañana treinta llamados telefónicos de los secuestradores, y este mediodía se estaban acordando los detalles de la entrega del dinero para obtener el rescate.

Aunque la familia no haya radicado la denuncia en la seccional correspondiente a la justicia le corresponde intervenir de oficio. La fiscal Rita Molina es quien actúa en este caso que si bien le corresponde a la provincia de Buenos Aires se trata de un delito federal.

Esto genera roces entre la cartera provincial, a cargo de León Arslanián y la Federal a cargo de Alberto Iribarne. Obviamente mientras la resolución exitosa de un caso se vea verde nadie quiere inmiscuirse demasiado -si la denuncia no ha sido radicada- y así evitar que se les cargue un fracaso, tal como sucedió en el caso Blumberg que le costó su puesto al ex ministro Raúl Rivara y al fiscal Jorge Sica. Aunque si el caso está pronto a resolverse, tanto Nación como provincia están dispuestos a llevarse los laureles.

Esta lamentable realidad no es un fracaso exclusivamente ni de Beliz, ni de Rosatti ni de tantos ministros que pasaron por esa cartera sino que es un fracaso conjunto. Resulta inadmisible que previéndose la cantidad de casos de secuestros express y extorsivos no se disponga la creación de equipos de trabajo interjurisdiccionales que en lugar de "pasarse la pelota" luchen en conjunto por resolver la delincuencia en el país, que al fin y al cabo ese es su trabajo.

¿Quedará pendiente para otra administración o se pondrán los políticos a trabajar en conjunto e intentar resolver los casos sin pensar tanto en el éxito individual que pueda significarles?

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