Pedido unánime, respuesta ausente

La Argentina hace un gran esfuerzo por salir del pozo. Pero necesita ayuda. Y ésta debe provenir del Estado. De otro modo, la recuperación tendrá un ritmo mucho más lento que el de las necesidades internas. Al respecto, U24 reprodujo una nota publicada en la sección editorial del diario platense Hoy.

Ayer apareció un reclamo claro y contundente. El campo no pide dejar de pagar impuestos. Pero reclama oxígeno. Menos presión fiscal para poder desplegar sus alas, luego de una década de políticas contra el sector.

La producción agropecuaria es uno de los pilares de la economía nacional. Allí no abundan los fondos golondrinas, ni los especuladores. Se destaca la gente de trabajo. Esa que pone hasta el último esfuerzo para que el país pueda crecer.

Es cierto que el sector incluye a grandes productores, con holgura para hacer frente a un esquema fiscal retrógrado. Pero, como en el resto de la economía, predominan los pequeños y medianos empresarios. Y no todos pudieron soportar de pie el vendaval que azotó al país hace poco tiempo.

Para ellos, el camino se hace cuesta arriba si la mano del Estado no acompaña.

El pedido del campo no es diferente al que hacen otros sectores. Todos coinciden en que hace falta de manera urgente una reforma impositiva. Nadie duda que la actual presión tributaria ahoga el crecimiento, detiene la creación de puestos de empleo y atenta contra el consumo.

¿Tantos equivocados habrá? ¿O será que el Gobierno debe escuchar, de una vez por todas, un pedido generalizado? Una economía encorsetada pierde grandes posibilidades, como las que se presentan en este momento para nuestro país.

La voracidad con la que parece moverse el ministro Roberto Lavagna debe conocer un límite. El crecimiento de la recaudación tranquiliza al FMI. Pero atenta contra la subsistencia de los grupos que sostienen el desarrollo nacional. Y, vale recordarlo, esta Argentina aún intenta escapar del infierno.

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