Álvaro Uribe, figura en el ranking sobre tráfico de cocaína

Por Joseph Contreras y Steven Ambrus/Newsweek Magazine. El reporte de inteligencia del Departamento de Defensa de USA, con fecha septiembre de 1991, parece un quién es quién del tráfico de cocaína en Colombia. La lista incluye al jefe del cártel de Medellín, Pablo Escobar, y a otros 100 capos, asesinos, traficantes y abogados corruptos que presuntamente trabajaban para ellos. Pero en el lugar 82, dice: "Álvaro Uribe Vélez, un político y senador colombiano dedicado a colaborar con el cártel de Medellín en altos niveles del gobierno. Fue vinculado a un negocio involucrado en actividades de narcotráfico en USA... Ha trabajado con el cártel de Medellín y es amigo personal cercano de Pablo Escobar Gaviria".

Un informe del Pentágono vincula al presidente colombiano Álvaro Uribe con el cártel de Medellín. La identidad de los autores del informe fue eliminada por censores del Pentágono, pero la información detallada de los cómplices del cártel de Medellín sugiere que los datos procedieron de funcionarios antinarcóticos estadounidenses o colombianos. El reporte era confidencial y no debía compartirse con ciudadanos de otro país.

Escobar murió en 1991 en un operativo policiaco y esta semana se cumplirán dos años del ascenso de Uribe a la presidencia de Colombia.

Y aunque la oficina del mandatario colombiano rechazó que Uribe tuviera vínculos de ninguna clase con un negocio estadounidense, no se refirió a las acusaciones de que Uribe trabajó para el cártel de Medellín y era amigo cercano de Escobar.

Washington lo ama y quizá Uribe piensa que las acciones dicen más que los desmentidos: en los dos últimos años, Colombia ha extraditado a EU una cifra nunca antes vista de presuntos narcotraficantes. "Es probablemente uno de los presidentes más proestadounidenses en toda la historia de Latinoamérica", señala Adam Isacson, del Centro de Política Internacional en Washington.

Sin embargo, las dudas persisten. Tras llegar a la presidencia gracias a su compromiso de detener a los guerrilleros izquierdistas, Uribe está ahora ofreciendo indulgencia a los paramilitares que renuncien al narcotráfico y se desarmen.

"Algunas de estas personas son simplemente narcotraficantes que con dinero se incorporaron al movimiento paramilitar como una forma de adquirir estatus político, legitimar sus fortunas y salir libres".

La decisión de Uribe de iniciar conversaciones de paz con las milicias de derecha ha sido recibida con desagrado por algunos funcionarios estadounidenses y, al parecer, la presencia de algunos líderes "paras" en el Congreso, la semana pasada, empeoró las cosas.

Pero, con las tasas de aprobación de Uribe por encima del 70%, es probable que consiga una enmienda constitucional este mismo año para contender nuevamente en 2006 y ganar.

Así que, para bien o para mal, Uribe será el hombre al que Washington tendrá que recurrir en Bogotá en el futuro previsible, ya sea que concrete o no un acuerdo de paz con narcotraficantes a quienes funcionarios estadounidenses preferirían ver tras las rejas.

(c) 2004. Newsweek Inc.

Dejá tu comentario