USA: arrestan a periodista por no revelar sus fuentes

La ley de Estados Unidos difiere de la ley en Europa y en la Argentina para tratar el tema de la protección a las fuentes periodísticas. Mientras que en USA la Justicia puede exigir que se revele la identidad de la fuente, y el periodista debe otorgar la información, en la Argentina no sucede lo mismo. Hay que recordar el caso del periodista inglés del Financial Times, Thomas Catan en el marco del escándalo por las coimas en el Senado. El juez Claudio Bonadío le exigió al periodista que le diese los nombres de las personas que le habían confesado este hecho, pero él se negó, amparándose en artículo 43 de nuestra Constitución Nacional.

La organización Reporteros Sin Fronteras (RSF) ha denunciado el arresto dictado por un juez federal estadounidense contra el periodista Matthew Cooper, de la revista 'Time', por negarse a identificar sus fuentes en una investigación sobre la identificación de una agente de la CIA, un derecho que es "la piedra angular de la libertad de prensa".
"Forzar a los periodistas a revelar sus fuentes socava uno de los elementos clave del periodismo de investigación, que es vital para la democracia", ha afirmado RSF en un comunicado.

Además, la organización ha recordado que EEUU, como miembro de la Organización de Estados Americanos, debería respetar los principios sentados por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, como el que dice explícitamente que "todo comunicador social tiene el derecho de mantener confidenciales sus fuentes de información, sus notas y sus archivos personales y profesionales".

Thomas Hogan, un juez federal de EEUU, ha ordenado que Matthew Cooper vaya a prisión por negarse a revelar sus fuentes en una investigación sobre la identificación de una agente de la CIA y que su empleador, la revista "Time", pague una multa de 1.000 dólares por cada día que dure el desacato del reportero.

De momento, Hogan ha dejado ambas medidas en suspenso a la espera de las apelaciones, mientras que el jefe de redacción de "Time", Jim Kelly, ha señalado que su publicación empleará todos los recursos legales posibles para proteger ese privilegio periodístico.

# Un caso con raíces políticas

La historia se remonta a julio de 2003, cuando el columnista conservador Robert Novak, con muy buenos contactos con la Casa Blanca, reveló que Valerie Plame, la esposa del ex embajador Joseph Wilson, era empleada de la CIA. Posteriormente, otros periodistas de el 'Time' y la NBC corroboraron entre fuentes oficiales la información y la difundieron.

Sin embargo el asunto tiene raíces más profundas: había comenzado en febrero de 2002, cuando la CIA encomendó al embajador Wilson que verificara en Níger si el régimen iraquí de Sadam Husein había intentado comprar uranio en ese país para sus supuestos programas nucleares.

En enero de 2003, durante su discurso sobre el Estado de la Unión, el presidente George W. Bush, que ya planteaba los motivos que justificaron la invasión de Irak, afirmó que el régimen de Sadam había buscado materiales nucleares en África y, dos meses después, Wilson le demintió afirmando públicamente que Sadam nunca intentó comprar uranio en Níger.

Más tarde, cuando se reveló el trabajo de su esposa para la CIA, Wilson afirmó que se trataba de una represalia de la Casa Blanca por criticar la justificación de la guerra en Irak; acusó directamente de la filtración a Lewis Libby, jefe de gabinete del vicepresidente Dick Cheney, y escribió un libro sobre el episodio.

En EEUU la revelación de la identidad de los agentes de los servicios de inteligencia es un delito federal, por lo que el Departamento de Justicia inició una investigación. Desde que ésta se inició, Novak ha rechazado revelar su fuente de información y el 20 de julio el juez Hogan ordenó que Cooper y un conocido presentador político de la NBC, Tim Russert, declararan "en relación con supuestas conversaciones que tuvieron con un funcionario del poder ejecutivo".

Russert declaró bajo juramento ante la fiscalía el sábado pasado y, según NBC, no fue él quien recibió el dato sobre Plame y no le hicieron preguntas que hubieran requerido que revelara la fuente de una información confidencial. "Las preguntas del jurado se centraron en qué dijo Russert cuando en el verano pasado recibió una llamada de Lewis Libby", asegura en un comunicado de la cadena televisiva.

Ahora la decisión del juez Hogan de mandar a prisión a Cooper ha hecho saltar las alarmas de la prensa y un amigo del periodista incluso ha comenzado a vender en internet camisetas con la leyenda "Libertad para Matt Cooper", con la intención de que el dinero que se recaude sirva para ayudar a pagar sus gastos legales.

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