Secuestros: el show de las brigadas

Julio Cirino preside el Centro de Estudios Hemisféricos Alexis de Tocqueville que ha realizado un "Programa de Seguridad Urbana". Este lúcido trabajo destaca ante el vacío de propuestas por parte del Gobierno Nacional para combatir y prevenir a la inseguridad así como también por parte de la oposición. Tal es el caso de Ricardo López Murphy que es portador de un discurso coherente, aunque sus planes se refieren más a una "Reforma Política" de fondo, como la eliminación de la lista sábana, antes que a un análisis y a una propuesta que aspire a revertir de modo radical hechos de resolución más imperiosa como los secuestros.

A continuación reproducimos la propuesta de Julio Cirino, presidente del Centro de Estudios Hemisféricos Alexis de Tocqueville:

Como el drama de los secuestros extorsivos en todas sus variantes y modalidades, lejos de disminuir se convierte cada día más en un buen negocio para los delincuentes, y algo hay que hacer para dar, ante las cámaras de TV, imagen de preocupación, la "moda" por hoy es hablar de las "brigadas antisecuestros" (tema ya bastante desgastado) palabra que como un conjuro, si la repetimos con fe el suficiente número de veces solucionará el problema.

Frente a la expansión del secuestro, como modalidad delictiva, existen dos opciones, se trata de prevenirlo, antes que se perpetre; o bien se tiene que solucionar una vez realizado; entendiendo por solución la libertad sin daño de la victima y el arresto de los perpetradores.

Prevenir los secuestros es en un 95% tarea de la Inteligencia Criminal a la que aludimos en el trabajo de Luis Somoza "La política criminal es una herramienta indispensable"(www.centrotocqueville.org.ar).

Realizar Inteligencia Criminal requiere de una estructura de conducción capaz de supervisar a un personal calificado y muy bien pagado; requiere además presupuesto, equipo técnico, analistas entrenados que son quienes hacen sentido de la información "en bruto" que se va reuniendo; informatización, con software que permita integrar y cruzar informaciones provenientes de diversas fuentes y diversos casos (aclaremos que esto ya está en uso en buena parte de las policías del planeta, está comercialmente disponible y no se trata de nada ultra-secreto) requiere además una política para el manejo de informantes y una red de informantes amplia y continuada en el tiempo. Todo esto desarrollado en forma dinámica y continua permite llegar a saber con alguna precisión cuántas y cuáles son las bandas que operan y dónde, quiénes son sus principales contactos para la obtención de la "infraestructura de los secuestros" (que es bastante costosa) en suma, permite tener una ida de lo que está sucediendo en el mundo del delito, paso previo para ejercer la prevención.

Solucionar un secuestro es mucho más delicado y además implica aceptar que la suerte incidirá, en algún porcentaje de la investigación, en otras palabras no se trata de una ecuación matemática y no hay recetas a prueba de fallas.

Dejemos de lado las obviedades – interceptación telefónica y las malas películas de espionaje --. En "el terreno" necesitaremos contar con técnicos, investigadores y analistas trabajando bajo una sola cabeza que les oriente y coordine, es decir, la conducción operativa no puede ser colegiada.

Cuando se conoce la "escena" del secuestro, lo que NO necesitamos es vecinos, curiosos a más de decenas de policías que caminan de un lado al otro sin rumbo fijo para aparecer "en cámara" y, lamento decirlo, tampoco necesitamos colegas del periodismo micrófono y cámara en mano preguntando obviedades, o haciendo preguntas sin respuesta para convertir lo que es la "escena de un crimen" en el Circo de Moscú.

El éxito o fracaso de una investigación de este tipo va a depender de:

*Lo caliente del hecho (cuanto más tiempo transcurre, más frío el rastro)
*La calidad de la "información base" de la que partimos
*Lo que nos diga o deje de decir la escena del crimen – evidencias, rastros –
*La dedicación y capacidad profesional de los investigadores especializados.
*El entrenamiento, la experiencia y el apoyo técnico que posean los analistas.

Finalmente la capacidad de diversas fuerzas de seguridad para trabajar en conjunto, y lo que es más difícil aún, compartir información.

En lo que va de estas reflexiones, queda claro que otra cosa que no resulta prioritaria en una escena investigativa, es decenas de swats dando vueltas y sí requeriremos de cerebro, experiencia y capacidad de análisis. Obvio que llegados a un punto va a hacer falta "músculo", fuerza; pero esta deberá ser altamente cualitativa, no cuantitativa, refinada en sus procedimientos, dedicada full time a esa tarea y con el equipo adecuado (tema que también esta descubierto en todo el globo).

La fuerza de intervención aparece en escena cuando las condiciones están dadas para liberar a la víctima – con bajo riesgo, el riesgo cero no existe – y/o arrestar a los perpetradores, pero será la unidad investigadora la que señale el blanco y estos los que "operen" con reglas claras, limpieza y precisión de cirujano que sólo se logran con un entrenamiento arduo y constante.

Todo esto tiene un solo problema, la conformación, calificación y recalificación permanente, demanda un material humano muy seleccionado, muy bien remunerado y muy motivado.

Otra cosa que se hace evidente es que la prevención y represión del delito no pueden hacerse sin información, sin conocimiento de lo que sucede en los diversos puntos del Gran Buenos Aires donde el grueso de los delincuentes tienen sus bases; esto implica que muchas veces, los investigadores tienen que trabajar con informantes los que a su vez suelen estar implicados en actividades no precisamente ejemplares, es una línea delgada, pero la información sobre los criminales no la van a obtener en la catedral metropolitana.

Conclusiones

Los pocos renglones que acabamos de presentar no pretenden en modo alguno presentarse más que como líneas de reflexión, pero reflexión focalizada en un actuar concreto que lleve a soluciones para las víctimas actuales y potenciales.

Reseñemos algunos puntos que se podrían tomar en cuenta:
La acción anti-secuestros es un capítulo dentro de un esquema de Inteligencia Criminal.

La acción preventiva eficaz no puede centrarse en controles camineros o en patrullajes barriales; todo esto sirve, pero su utilidad aislada es baja.

La calidad de una fuerza policial se mide primero que nada por la calidad de su conducción política, luego su conducción estratégica y finalmente su conducción operativa.

La calidad de una fuerza se mide además, por la calidad de su personal que debe estar bien pago, mejor seleccionado, incentivado, capacitado permanentemente y equipado en forma adecuada....

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