Algunas razones para unirse y participar

A continuación una usuaria comparte una carta que le envió al presidente Néstor Kirchner en marzo, antes de que secuestraran a Nicolás Garnil y previo al asesinato de Daniel Bogani.

Luego de leer la carta que la Sra. Susana Garnil, madre de Nicolás, le enviara al Presidente Kirchner, volvieron a mi mente los fantasmas de un pasado muy reciente, cuando el 15-3-2004 envié esta carta al mismo presidente Kirchner. Así también, el 28-7-2003 envié un fax con similar contenido de esta carta al entonces Ministro de Seguridad Juan Pablo Cafiero. Pero tuvo que ocurrir otro hecho desgraciado, como el asesinato de Daniel Bogani, para que el contenido de las mismas fuera difundido por medios televisivos. Entonces fui llamada para dar testimonio ante los medios de comunicación, pretendiendo hacer mi aporte para terminar de alguna manera con la violencia, el descontrol y la inseguridad que no nos permite vivir en paz.

Este e-mail con el contenido de esa carta, tiene la humilde pretensión de hacer tomar conciencia a todos los argentinos que ayer fueron por un familiar mío, hoy fueron por un familiar de Garnil, y mañana pueden ir por Ud.. No esperen a tener que pasar por este terrible sufrimiento para unirse y participar. El asesino de mi hermano, Juan José Pagnotta, mató a Mario Medina el 1-5-2003 y a Daniel Bogani el 8-4-2004 (un año después). De haber actuado la fiscalía y la jueza de garantías con idoneidad, sagacidad y voluntad, con una simple pericia balística de ambos hechos, tanto de Angiono como el de Medina, podía haberlo enviado a prisión y evitado la muerte de Bogani. Pero la fiscalía en ese momento no la solicitó. Por favor protejámonos y reenvíe esta información a todos sus contactos.

Ituzaingó, Marzo 15 de 2004.

Sr. Presidente Néstor Kirchner

Mi nombre es Alicia Angiono de Reynoso, vivo en Ituzaingó, zona oeste de la Provincia de Buenos Aires y me llevó meses decidirme y sentarme a escribirle esta carta, ya que en las madrugadas cuando me despertaba y no podía conciliar el sueño armaba esta carta en mi mente pero siempre terminaba de las misma forma: llorando desconsoladamente recordando todo lo que a continuación le voy a redactar. Espero que estas líneas le lleguen a lo más profundo de su corazón para que Ud., que tiene los medios y el poder, pueda disminuir estos hechos de violencia que tanto están haciendo sufrir a los Argentinos.

El 9 de abril del 2003 mi hermano, Eduardo Angiono, de 62 años de edad, fue a buscar a su nieto de 7 años a las 7.50 a.m a la puerta de la casa de su hija Verónica que vivía en Erlich 598, Ituzaingó, cerca de mi casa, para llevarlo al colegio, cuando fue abordado por 3 individuos menores de edad, había un cuarto individuo esperando en un auto a la vuelta de la esquina, para robarle su auto Palio. Como estaba su nieto de por medio no se resistió al asalto y se quedó con las manos en el alto. Mi sobrina se dio cuenta de lo que estaba sucediendo y salió a la calle comenzando a gritar y con uno de los asaltantes apuntándole a la cara de ella, mi hermano le hizo seña con sus ojos para que entraran a la casa con el nene, así lo hizo y cuando los malvivientes se escapaban en el auto de mi hermano uno de ellos le disparó en el pie (mi hermano seguía con las manos en alto en el momento de dispararle) y otro le disparó en el estómago perforándo!le la vena cava y muriendo tres horas después en la Clínica Modelo de Morón, desangrado. Le puedo asegurar que estoy escribiendo esta carta y llorando al mismo tiempo ya que hoy después de haber pasado 11 meses de esta pesadilla no puedo entender tanto sadismo y horror. Este hecho destruyó familias, amigos que lo querían muchísimo, mi madre de 88años a la cuál no sabíamos como decirle que su hijo estaba muerto. Su esposa ya no quiere vivir, y yo, que él fue para mí mi hermano y padre a la vez ya que perdí al mío cuando tenía 5 años, lloro en los rincones para no hacer sufrir más a mi familia recordando su sonrisa buena y creyendo que todo fue una gran pesadilla y que me va a venir a ver o llamar en cualquier momento. En el momento de su muerte él era promotor de Provincia Seguros en Banco Provincia de Aldo Bonzi y tenía 1000 clientes asegurados, la mayoría de ellos por recomendación ya que la gente que lo conocía lo quería por su dedicación y bondad.

En este hecho hubo connivencia entre los ladrones y algunos malos policías de la Comisaría Nro. 2 de Villa Ariza, ya que los agentes del patrullero hablaron con mi hermano mientras estaba tirado herido esperando la ambulancia, así como también con vecinos y amigos de mi sobrina ofreciéndose como testigos y sin embargo ellos en la comisaría dijeron que no había testigos. Más aún, tres días antes de declarar mi sobrina y su pareja como testigos recibieron amenazas telefónicas (están grabadas y presentadas ante la Fiscalía) teniendo que mudarse de esa casa y finalmente no declarando y estos individuos perfectamente identificados, quedando libres. Uno de los que disparó se llama Juan José Pagnotta, vive en el Barrio de Villa León, de Ituzaingó y unos días después de matar a mi hermano mató a un muchacho de 29 años que terminaba de jugar un partido de fútbol con sus amigos, con el mismo arma que mató a mi hermano. Hay otro de los asaltante!

Es de apellido Luna que fue muerto por algún vecino, no se sabe bien, hace 1 mes atrás. Por lo tanto hay tres delincuentes peligrosos sueltos y mi hermano que no hacía mal a nadie, muerto. Si Ud. estuviera en mi lugar ¿lucharía por justicia o bajaría los brazos? Mi pedido es que investiguen a la comisaría y lleguen a la verdad, esto salvaría muchas otras vidas. Le adjunto fotocopias que podrían facilitarle algunos datos, quedando a su entera disposición si necesitara más información sobre el hecho.

Sin más y teniendo la esperanza que de curso a mi carta, y si fuera posible que su asesor pudiera avisarme que la ha recibido, lo saludo atentamente.

Alicia Angiono de Reynoso

*Luna, que menciono en la carta como muerto, está vivo.

*El dolor que manifiesto en esta carta lo seguiremos teniendo familiares y amigos hasta nuestros últimos días por el recuerdo que él nos dejó.

*Tengo la esperanza de que llegue a vuestros corazones.

Muchas Gracias

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