"Los senadores son representantes y reflejo de la sociedad argentina"

A seguir, la opinión de un usuario sobre los miembros del Congreso, quienes aprobaron muchas de las propuestas impulsadas por Juan Carlos Blumberg.

Sr. Director:

Dado el elevado índice de analfabetismo funcional que es una de las características de la sociedad argentina a muy pocos sorprenderá que el Congreso haya sancionado una ley retrógrada y brutal puesto que los senadores y diputados al contrario de lo que vocifera una gran mayoría son la fiel expresión de ese lamentable perfil social, condición que se encargan prolijamente de subrayar en cuanta oportunidad se les presenta a despecho de toda observación razonable y fundada científicamente como lo han hecho en el caso de la elevación del tope penal del art. 55 del Código a 50 años.

Que un ciudadano de profesión ingeniero civil plantee reformas a la legislación penal frente a las cuales los especialistas en derecho se hacen cruces es lo mismo que si un abogado pretendiera construir por sus medios un edificio de 20 plantas ya que tanto en uno como en otro caso la ignorancia del tema no puede sino llevar a resultados desastrosos, pero esta verdad tan simple, irrefutable y evidente no parece perforar la mollera colectiva y mucho menos la de los inefables legisladores que votan alegremente engendros normativos dignos de los regímenes mas sanguinarios e inhumanos y lo que es peor, ni siquiera por convicción sino asustados por las amenazas de una turba paqueta.

Pero en verdad la ignorancia que exhiben unos y otros no es el problema porque desde que el hombre salió de las cavernas existe el remedio para corregirla, el verdadero problema y de muchos mas difícil solución es la actitud general de exaltación de la ignorancia que ha infiltrado hasta el tuétano a la sociedad argentina llevándola a un increible grado de desprecio del saber científico que por lo visto es inferior al saber vulgar para grandes mayorías.

Jueces, fiscales, académicos de nota y reconocidos abogados especialistas entre otros se han pronunciado enfáticamente antes y ahora en contra de tamaña barbaridad con razones fundadas no sólo en el estudio sino también en la experiencia de muchos años pero el Congreso - como no puede ser de otro modo dada el deplorable nivel de preparación de legisladores que como resulta comprensible en un contexto de despiadado canibalismo para acceder a una banca han invertido la mayor parte de su tiempo en lides políticas de carnicería completamente ajenas ámbitos de estudio y reflexión - se ha hecho eco de la propuesta de un ignorante funcional como Mr. Blumberg y sus seguidores y demostrando así cabalmente que son fieles representantes de un pueblo convencido de la absoluta inutilidad del saber y la ciencia que enarbola alborozado la bandera del sentido común - no del buen sentido que es otra cosa - como gran ingrediente componedor de los entuertos que, operaciones mediáticas mediante, conmueven hoy a muchos hogares del país.

Desde luego que este perturbador fenómeno no es ni único de la Argentina ni siquiera novedoso toda vez que ya fue pronosticado por el gran pensador español José Ortega y Gasset hace mas de setenta años quien en su obra maestra "La rebelión de las masas" lo anticipa - y también sus penosas cosnecuencias - con estas reflexiones: "El hombre masa se habitúa a no apelar desde sí mismo a ninguna instancia fuera de él. Está satisfecho tal y como es. Ingenuamente, sin necesidad de ser vano, como lo más natural del mundo, tenderá a afirmar y dar por bueno cuanta en sí halla: opiniones, apetitos, preferencias o gustos. ¿Porque no, si como hemos visto, nada ni nadie le fuerza a caer en la cuenta de que el es un hombre limitado incapaz de crear ni conservar la organización misma que da a su vida esa amplitud y contentamiento en los cuales funda tal afirmación de su persona?"

El catálogo de desafortunadas propuestas que autoritariamente Mr. Blumberg logró imponer a pusilánimes legisladores temblequeantes ante el rugido de la turba es una afrenta a la ciencia, al derecho y a muchos profesionales que han dedicado su vida a la investigación y el desarrollo del saber jurídico a los cuales los políticos una vez mas como ha ocurrido muchas veces en la historia no han escuchado prefiriendo atender a la razón de la sinrazón que esgrimen personas de escasa o nula preparación jurídica impulsadas por la soberbia de creer que el derecho es una materia que está de mas en las universidades y debe ser reemplazado por la sabiduría popular.

Juan Ruiz

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