Un viaje hacia no sé dónde...

(*) POR JORGE HÉCTOR SANTOS El autor, con amplia experiencia en diversos medios de comunicación de masas, analiza cómo los argentinos perciben el futuro considerando las variables locales, así como también las internacionales.

El ser humano por naturaleza necesita cierto grado de certeza, que la vida no posee , para poder acallar sus miedos, que son los obstáculos más difíciles a vencer para crecer.

En ese crecimiento está el verdadero desafío de la vida.

Esos miedos los podríamos dividir muy genéricamente en privados y públicos.

Los privados son aquellos que provienen de su propio entorno familiar.

Los externos son aquellos que provienen del afuera, son los miedos sociales, los miedos que le produce insertarse en una vida que debe estar regulada por el estado municipal, provincial, nacional, internacional.

El ser humano por naturaleza es un ciudadano del mundo, pero entre las reglas que se pusieron para delimitar la convivencia existen los estados.

El mundo se convirtió en un gran edificio de departamentos donde cada estado tiene un habitat para alojar a sus ciudadanos y a los extranjeros que permite convivan ese compartimento, llamado país.

En el camino del crecimiento la mente se amplia más o menos en la medida que los hijos nacidos en un "departamento" vivan bien en él y puedan visitar otros para saber más del ser humano, de su estirpe, de su semejante.

Si admitimos por un instante como válido esta comparación, ser argentinos tiene más contra que beneficios.

Pero si cualquiera que visita estas tierras se maravilla de lo que poseemos?.

Sí es cierto...pero el argentino carece de previsibilidad para su vida en conjunto.

No sabemos porqué caímos tan profundo...

Le echamos la culpa al que más mano nos queda en nuestra memoria...

Nos comportamos como adolescentes frente al miedo que nos produce semejantes frustraciones.

No sabemos si mañana seremos más pobres que hoy.

No sabemos si mañana mantendremos lo que tenemos hoy.

No sabemos si mañana se da vuelta la taba y aparecemos con menos problemas que los actuales.

Esto agiganta los miedos y la irrespetuosidad social en la que hemos caído.

No sabemos vivir en convivencia, porque el respeto no lo tiene el mismo estado hacia sus habitantes, a través de sus gobernantes, estos, aquellos o los otros.

Somos muchos millones de almas deambulando por la vida con nuestros propios miedos individuales y sociales.

Los estados del primer mundo, y de un mundo hasta más sensato, tiene previsibilidad.

El que es rico lo será siempre y el que es pobre también.

Pero aquí supimos que todos podíamos comer, conseguir trabajo, acceder a la educación pública, tener seguridad, tener asistencia sanitaria de primera, etc.

Todo eso lo perdimos...y parece que para siempre aunque nos prometan lo contrario.

Nadie nos indica hacia donde vamos...siempre nos hablan del vencimiento de mañana.

Nadie nos dibuja el hoy y el mañana. Nadie nos dice si seremos tenidos en cuenta de una vez por todas, o seguiremos siendo lo que creemos que somos pero no somos.

Hoy, estaremos igual o peor que mañana...así es muy difícil encarar una sólida consolidación del ser humano en forma individual, en forma social, así no creceremos, así involucionaremos más.

Así las sociedades serias del mundo no salieron del pozo.

Así estamos metidos en un viaje hacia no sé dónde...

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(*) Ex director de Radio Mitre y FM 100; fundador y ex director de La 101 y ex director de Radio Rivadavia.

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