Confirmado anticipo de Edición i: Aprobaron el juicio político a Boggiano

La Comisión de Juicio Político de la Cámara baja abrió hoy un sumario contra el juez de la Corte Suprema Antonio Boggiano, que podría derivar en su eventual remoción del cargo. La Comisión inició así el proceso en el que deberá reunir pruebas, para analizar, en una etapa posterior, si formula cargos contra Boggiano. La noticia confirma el anticipo de la revista Edición i donde se informaba que a Boggiano no le alcanzaba con el aval de Alberto Fernández ni con el del nuncio Adriano Bernardini para continuar indemne. La pregunta ahora es quien será el candidato a reemplazarlo.

La Comisión de Juicio Político de la Cámara baja abrió hoy un sumario contra el juez de la Corte Suprema Antonio Boggiano, que podría derivar en su eventual remoción del cargo.

La Comisión inició así el proceso en el que deberá reunir pruebas, para analizar, en una etapa posterior, si formula cargos contra Boggiano.

El cuerpo, encabezado por el diputado justicialista Ricardo Falú, apuntó contra Boggiano por un presunto "mal desempeño" en sus funciones en las mismas causas por las que en su momento había aprobado el juicio político contra el ex presidente de la Corte Suprema Julio Nazareno.

Al evaluar la decisión, Falú afirmó, en declaraciones periodísticas formuladas en el edificio Anexo del Congreso, que "en esta Comisión, la lógica indicaría que debe prosperar un pronunciamiento eventualmente acusatorio" contra Boggiano.

Al término de la reunión que se había iniciado esta mañana, Falú explicó que la Comisión utilizó "el mismo criterio que en los casos Meller, Macri y Dragonetti de Román", en los que Boggiano -según resaltó- emitió su voto en "idéntico sentido que el doctor Nazareno".

A continuación la nota de Edición i:

El Gobierno nacional no logra demostrar que existe la seguridad jurídica en la Argentina. Ejemplos:

• el "default" de buena parte de la deuda pública externa,

• los contratos no renegociados con las empresas concesionarias de servicios públicos,

• los fallos adversos que el Estado nacional no reconoce como válidos, la remoción por su ideología de ministros de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, y

• el fallo absolutorio de los imputados en el magnicidio ocurrido en la sede de la AMIA.

Por si todo eso fuese poco, ahora la Rosada intenta reinterpretar la ley, en forma discrecional, para salvar a Antonio Boggiano, el ministro de la Corte Suprema "menemista" que mutó en aliado de Néstor Kirchner. El riesgo para la credibilidad del Gobierno es evidente, pero cuenta con la complicidad de la Nunciatura Apostólica y el Opus Dei.

El lobby. Un diputado nacional que integra la Comisión de Juicio Político de la Cámara baja confirmó que en tres oportunidades fue consultado por Adriano Bernardini, el 11º nuncio apostólico vaticano en la Argentina, acerca de la situación de Boggiano. El legislador reveló que el nuncio se mostró muy desilusionado cuando le explicó que para él, Boggiano debe ser sometido a juicio político. Y el diputado agregó Alberto Fernández, jefe del Gabinete de Ministros, ha reiterado al bloque PJ la necesidad de que Boggiano permanezca en la función pública. El nuncio Bernardini y Fernández mantienen diálogos a través de un tercero que no es Rafael Bielsa, ministro de Relaciones Exteriores y Culto, en teoría el interlocutor habitual del embajador del Estado Vaticano en el país.

Los tratados bilaterales más permanentes que ha firmado la Argentina en su historia han sido con el Vaticano. En un comienzo, la relación con el Estado pontificio fue decisiva para obtener un reconocimiento internacional a la independencia de la Confederación Argentina.

En marzo de 1854, Justo José de Urquiza obtuvo del delegado apostólico en Río de Janeiro, monseñor Viera Borges, un pro-vicario apostólico para el gobierno de Paraná: José Leonardo Acevedo. Urquiza consiguió que el Vaticano ordenara, en 1857, a Marino Marini, delegado apostólico, trasladarse a Paraná para designar como delegado apostólico al vicario capitular de Buenos Aires, Mariano de Escalada. Luego, intentó conseguir de la Santa Sede un concordato. Pero el Vaticano no aceptó el proyecto de concordato sugerido por Juan Bautista Alberdi. De todos modos se produjeron acuerdos jurídicos. Hoy rigen dos tratados internacionales de jerarquía constitucional entre la Argentina y el Vaticano: el de 1957 (sobre vicariato castrense) y el de 1966 (el Concordato), que firmaron Arturo Humberto Illia y el papa Paulo VI.

En el caso de Bernardini, ha gozado de una considerable influencia desde el inicio de su misión. Como muestra de especial deferencia a Juan Pablo II, el presidente Eduardo Duhalde le concedió el placet en un plazo de dos horas. Esteban Juan Caselli, por entonces secretario de Culto, fue el nexo. Casi de inmediato, Bernardini fue a la Corte Suprema, que exhibía una mayoría de ministros que Duhalde calificaba de "menemistas" y había intentado expulsar. Desde esos días Bernardini demostró una notable preferencia por Antonio Boggiano, aún más que con Adolfo Vázquez, quien se reconoció ante el nuncio como "un amigo de la Iglesia".

Bernardini y Boggiano se mostraron juntos en diversos acontecimientos sociales. Cuando la Embajada de España y la comunidad judía premiaron la memoria del franquista Giorgio Perlasca, admirador del rey de Italia, Vittorio Emanuel III, falsificador de documentación que permitió salvar a muchos judíos de la persecución nazi, Julio Ramos, director del diario Ámbito Financiero, relató la presencia conjunta del nuncio Adriano Berbardini, el cardenal Jorge Bergoglio, y los por entonces ministros de la Corte Suprena, Adolfo Vázquez y Antonio Boggiano.

La curiosidad era que Bergoglio es un hombre de la Compañía de Jesús y Boggiano es mencionado como un simpatizante del Opus Dei. Jesuitas y opusdeístas no se llevan bien en el Vaticano. Quizá por eso las preferencias de Boggiano son hacia Bernardini.
En el inicio del mandato de Néstor Kirchner, el nuncio apostólico tuvo sus inconvenientes. Según Diego Schurman, del diario Página/12, Kirchner le dijo a su mujer, la senadora nacional Cristina Fernández de Kirchner, que había sido el nuncio Bernardini quien le facilitó el acceso a la Basílica de Luján a Daniel Hadad y Raúl Moneta.

El protagonista. Antonio Boggiano tampoco tuvo una fácil introducción a la gestión de Kirchner en la Presidencia de la Nación. En la página web del hoy Presidente de la Nación –tal como recuerdan los integrantes del oficialista Grupo Talcahuano- aún puede leerse un concepto muy crítico hacia Boggiano, que expresa a quien fue líder de ese grupo, hoy gobernador de la Provincia de Santa Cruz, Sergio Acevedo. La dirección digital es: http://www.kirchnerpresidente.com.ar/kirchner/sec_foro/leer.asp?qt=1703&...

El texto afirma: "¿Por qué Eduardo Moliné O’Connor fue separado de la Corte Suprema de Justicia de la Nación y el último de los cinco miembros de la ‘mayoría automática’ menemista, Antonio Boggiano ha quedado en la Corte? Porque Boggiano firmó gran parte de las sentencias y brindó apoyo a los desatinos de la década menemista como ocurrió con Nazareno, Vázquez, López, Moliné O’Connor y, cuando estuvo en el alto tribunal, Rodolfo Barra (...). Boggiano no será investigado por el Senado ni el Poder Ejecutivo Nacional impulsa su defenestración por el apoyo que le brinda el grupo de poder Opus Dei (...)".

No sólo el Opus Dei dio apoyo a Boggiano, varios obispos reclamaron al Poder Ejecutivo y movilizaron a legisladores como una representante de San Luis para trabar el enjuiciamiento del último miembro de la "mayoría automática" menemista.

En 1947, cuando Juan Perón defenestró a la Corte Suprema por haber justificado el golpe del 6 de setiembre de 1930 con la doctrina de facto y haberse opuesto a los decretos ley de la "reforma social", el presidente de esa Corte, Tomás D. Casares, fue salvado por la Iglesia Católica argentina. Pero en el caso de Casares, él provenía del nacionalismo católico, era un pensador que se referenciaba en Santo Tomás de Aquino y un excelente jurisconsulto, con una amplia obra jurídica y filosófica. A su vez, Casares firmó en disidencia con los otros cuatro conjueces de la Corte (Roberto Repetto, Antonio Sagarna, Benito Nazar Anchorena y Francisco Ramos Mejía), defendiendo los nuevos derechos laborales que Perón impulsó desde la Secretaría de Trabajo. "¿Cómo se hace para ignorar lo que está en el propio site del Presidente?", se preguntó un legislador justicialista.

El abogado. Monseñor Bernardini cumplió 62 años el 13 de agosto. Él es doctor en Teología y Filosofía, fue ordenado sacerdote en 1968, ingresó al Servicio Diplomático vaticano en 1973 y se desempeñó en las representaciones pontificias en Pakistán, Angola, Japón, Venezuela y España. Su carrera viene siendo dinámica y ascendente: en 1989 fue designado Encargado de Negocios en Taiwán; el 20 de agosto de 1992 fue nombrado nuncio en Bangladesh; el 15 de junio de 1995, nuncio apostólico en Madagascar y en isla Seychelles, y delegado apostólico en la isla Reunión e Islas Comores; el 24 de julio de 1999 nuncio apostólico en Tailandia, Singapur y Camboya, y delegado apostólico en Myanmar, Laos, Malasia y Brunei. El 26 de abril de 2003 fue nombrado nuncio apostólico en la Argentina.

Sin embargo, si luego de proponérselo, Bernardini no salva a Boggiano, es probable que su ascenso se detenga. Néstor Kirchner mantiene hoy una relación incipiente con los dignatarios de la Iglesia Católica argentina, y Bernardini se encuentra dispuesto a presionar: ¿cómo puede ser que en un país católico, apostólico y romano desde su Constitución Nacional, no considere un pedido del representante del Papa?

Además, tal como recuerda Mario Montoto, un ex montonero devenido en hombre de negocios cercano a los prelados y amigo de Bielsa, "¿Hay un partido político más católico que el PJ?". Pero el costo político por Boggiano puede resultar enorme.

El acusado. Antonio Boggiano llegó impulsado por los cardenales Antonio Quarracino y Ubaldo Calabresi, el nuncio de comienzos del "menemismo". Uno de los que redactó cierto escandaloso fallo favorable a Emir Yoma fue Boggiano.

El otro que redactó el fallo, pero se cuidó de no votar a favor (tal como hizo con una acordada en favor del rebalanceo telefónico), fue otro juez que llegó a la Corte por un acuerdo entre Lorenzo Miguel y Raúl Alfonsín.

En tanto, el abogado especializado en Derecho de Familia, Belluscio, ingresó en 1983, con Raúl Alfonsín, y siempre se mantuvo por presión de la UCR, aunque Alfonsín, en su senectud, ya no controla a la UCR.

Varios legisladores justicialistas ortodoxos reclaman una avanzada contra Belluscio. "Que entreguen uno los radicales; ya se los benefició con (Elena) Highton de Nolasco, pero ellos no entregaron a nadie; ahora es el momento".

En la Comisión de Juicio Político hay una denuncia contra el juez de la Corte Augusto Belluscio, que fue presentada por la Asociación de Abogados de Buenos Aires. En la comisión que preside Falú, la decisión de emitir un dictámen acusatorio contra Boggiano está tomada porque él firmó y utilizó los mismos argumentos que Julio Nazareno para favorecer a la empresa Meller en el caso del pago millonario por la impresión de una guía durante la gestión de la ex interventora de ENTel, María Julia Alsogaray.

"Sería una herejía decir que no va a haber juicio político y sería una herejía que habrá. Hay que someterlo a la opinión de la Cámara de Diputados", aseguró Falú. Pero agregó: "De mí no esperen conductas desiguales frente a un mismo hecho". El diputado respondió así a una consulta puntual acerca de versiones en el sentido de que el PEN buscaría evitar la remoción de Boggiano.

Sin embargo, el abogado especializado en Derecho Internacional privado, armó una muy buena relación con el ministro de Economía, Roberto Lavagna, y con las entidades bancarias, gracias a sus puntos de vista sobre el corralito financiero. Antes, fue el ministro de la Corte con mejor relación con Domingo Felipe Cavallo.

Felipe Yapur, periodista que en Página/12 expresa la opinión de su amigo, Alberto Fernández, escribió lo que escuchó en laRosada: "Boggiano no es un juez cualquiera. Es un magistrado con prestigio internacional, no es Nazareno".

Boggiano anudó un acuerdo con Fernández porque es el autor de un proyecto de sentencia que sostiene que la pesificación asimétrica es constitucional, a cambio de permanecer en la Corte Suprema. Todavía la Corte no ha resuelto en la pesificación porque espera la incorporación de su nuevo ministro, Carmen Argibay, quien pidió terminar algunos asuntos en la Corte Penal Internacional antes de ingresar a la Corte Suprema de Justicia.

Fernández recuerda que Boggiano es un aliado del perfil de Juan Carlos Maqueda, y se apartó manifiestamente de Julio Nazareno, Eduardo Moliné O’Connor, Guillermo López y Adolfo Vázquez durante el gobierno de Eduardo Duhalde, cuando votó en contra en la sentencia "Tobar", que restituyó la quita de 13% en el salario de los jubilados, ordenada por el gobierno de Fernando de la Rúa, y que a Duhalde le interesaba mantener.

Alberto F. apuesta a que el presidente del bloque de diputados oficialista, José María Díaz Bancalari, le ordenará a "la tropa’ detener el expediente que llegue desde la Comisión de Juicio Político.

El problema es si el ARI, de Elisa Carrió, inicia una ofensiva sobre Boggiano. La relación entre el Legislativo y el Judicial es hoy muy compleja. En verdad, Vázquez cayó porque se equivocó con su verborragia. Luego de Moliné O’Connor, quien fue apartado por tres votos escasos que le faltaron, y luego Cristina de Kirchner perdió la moción para inhabilitarlo en el ejercicio de un cargo público, todo estaba dado para que Vázquez frenara las ambiciones de la Casa Rosada. Pero habló y actuó en forma poco inteligente.

Muchos de quienes, a través de Vázquez, querían manifestar su repudio hacia cómo Kirchner diseña la nueva conducción del Poder Judicial, son quienes embisten contra Boggiano. Y ellos pondrán a prueba una de las relaciones más curiosas de la política argentina: la de un Presidente "progresista" y la orden eclesiástica más conservadora.

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Edición i, Ciudad de Buenos Aires, Argentina, 2004.

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