Los rusos desembarcan en la F1

Sí, Jaguar (Ford) abandonó la Fórmula 1 -su fracaso tecnológico fue evidente- pero los rusos tendrán una escudería en la temporada 2006. La entrada del nuevo equipo da un respiro al patrón del circo, Bernie Ecclestone, y abre la puerta del mercado ruso tras la entrada de este año en China.

La Fórmula 1 empieza a recuperarse del golpe que ha supuesto la marcha de Jaguar (Ford).

El grupo inversor canadiense de origen ruso Midland ha aprovechado el Gran Premio de Japón de este fin de semana, el penúltimo de la temporada, para dar a conocer Midland F1, la nueva escudería que debutará en el Gran Premio de Australia en 2006.

"Lentamente, el oso se sube a la F1", según aseguró ayer Midland en un comunicado.

"Por supuesto que el equipo tendrá un sabor ruso y con el tiempo esperamos traer el primer piloto ruso a la Fórmula 1", agregó el presidente de Midland, Alex Shnaider, también ruso de nacimiento aunque canadiense de adopción.

La intención de Shnaider es aprovechar la enorme audiencia de la Fórmula 1 para expandir la cartera de negocios de Midland, que mantiene intereses en siderurgia, astilleros, agricultura y sector inmobiliario, todo ello fundamentalmente en países emergentes como las repúblicas de la ex Unión Soviética, Turquía o el este de Europa. El holding, creado en 1994, da empleo a 50.000 personas en 34 países.

Pese a ser Midland una empresa de raíces rusas radicada en Canadá, la sede de la nueva escudería se ubicará a las afueras de Londres, Reino Unido, como otras escuderías, y los autos correrán a cargo de un fabricante italiano, Dallara, compañía fundada en 1972 y con experiencia en el circo.

En 1988, y durante cuatro años, compitió en la escudería Italia, que contaba con la cooperación de Ford. Shnaider ha elegido cuidadosamente el deporte que le pueda aportar mayor rendimiento.

La Fórmula 1 es el espectáculo más seguido por televisión, con audiencias que rondan los 162 millones de espectadores. 'Las oportunidades de crear valor son inmensas', asegura.

El presidente de Midland sólo tiene 36 años. A esa corta edad ya ha sido capaz de insuflarle alivio al septuagenario Bernie Ecclestone, dueño y señor en una competición, que no pasa sus mejores horas en el plano empresarial.

La marcha de Ford -dueño de Jaguar-, incapaz de sostener los altos costes, dejará el circuito con nueve equipos, la cota más baja desde 1969. Además, Jordan y Minardi están cerca de la bancarrota y van a verse en más problemas debido a que Ford tampoco les suministrará sus motores Cossworth el año próximo.

Paralelamente, Ferrari, Toyota, Renault, BMW, Mercedes Benz y Honda exigen un pedazo del pastel cada vez más grande y amenazan incluso con un motín. Las marcas invierten cerca de 1.500 millones de euros anuales y aseguran recibir poco a cambio.

Pero Ecclestone obtendrá más beneficios con la entrada de Midland. El magnate desea abrir el negocio a un mercado como el ruso, algo que ya ha logrado este año con China, y la nueva escuadra puede ser la chispa que encienda la pasión de inversores locales.

Shnaider dice ser consciente de la exigencia de fondos. "Entendemos que la supervivencia básica requiere un presupuesto de unos 100 millones de euros, y estamos preparados", asegura, a la vez que confía en la entrada de socios.

Ese monto le asegura sólo eso, la supervivencia básica. Ferrari ha gastado unos 300 millones este año. Toyota se acerca a 500 millones, según Automotive News. A Midland F1 le queda un largo trayecto hasta la meta.

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