POR ALDO M. ABRAM
Es bueno evaluar el actual acuerdo entre el gobierno y las AFJPs para poder aprender de dicha experiencia. En el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 1375 (8/10/04), el gobierno las "incentiva" a canjear los Préstamos Garantizados en Dólares no pesificados (PG) por el Bono Cuasi Par de la oferta de reestructuración de deuda oficial. El mismo implica "pesificar" esta acreencia a $1,40 más CER, tiene un plazo de 42 años y recién empieza a pagar el capital dentro de 33.
Es lógico que las administradoras hayan tenido que ser "incentivadas", ya que ningún otro acreedor aceptaría este papel. La realidad es que no solamente implica resignar los derechos de los aportantes a la garantía tributaria, sino asumir una pérdida de más del 75% del valor real de los PG si dicha garantía se cumpliera. Si se tiene en cuenta que la participación de los PG en nuestros ahorros jubilatorios acumulados es de más del 50% (valuados correctamente), la pérdida de los aportantes será de alrededor del 40% del total de lo ahorrado hasta ahora.
Esta pérdida justifica otra medida que está dentro del mismo DNU. Los próximos años estos bonos se contabilizarán a su valor técnico. ¿Qué significa esto? Que se "anotarán" en nuestras respectivas cuentas como si valieran lo que dice el título de capital más los intereses no abonados corridos hasta ese momento.
Dado que valen muchísimo menos, con este artilugio se evita que aquellos que se jubilen en dicho período noten una gran caída de sus jubilaciones. Por eso, las AFJPs no podrán venderlos, ya que tendrían que hacer una pérdida respecto al valor contable.
Dado que el flujo de ingresos de los próximos años será todavía mayor al de los egresos por jubilaciones, éstas se pagarán con los aportes de quienes continúen dentro del sistema y no con los fondos acumulados.
Esto significa que por varios años quienes sigan aportando al fondo estarán comprándoles a quienes se vayan jubilando sus bonos Cuasi Par a un valor superior al real. Sin saberlo, estarán subsidiando con sus propios ahorros para la vejez a quienes accedieron a esa etapa de la vida antes que ellos, en un injustificado acto de inequidad intergeneracional.
Por otro lado, ese sobreprecio pagado implicará que, por esa parte del ahorro previsional acumulada, los próximos aportantes tendrán un rendimiento menor al que podrían obtener de poder comprar otros activos en el mercado. Por ende, quienes se jubilen cuando se haya eliminado este mecanismo de contabilización tendrán una menor jubilación, no sólo por la pérdida del 40% de lo acumulado hasta ahora, sino también por los Cuasi Par que habrán "comprado" en estos próximos años.
En el marco de contradicciones continuas del actual gobierno, podemos anotar una más. La principal crítica oficial al sistema de capitalización es la fuerte compra de deuda pública que realizaron las AFJPs en el pasado. Sin embargo, este DNU elimina el límite de las AFJPs para financiar al Estado.
¿Será para seguir financiándose con ellas? Si fuera así, deberíamos interpretar que lo criticado oficialmente no es que las AFJPs financiaran al Estado, sino sólo a los gobernantes del pasado, y lo es porque aquellos perseguían objetivos que los integrantes de este gobierno no compartían.
En su momento, las AFJPs, excepto la del Banco Nación, decidieron no aceptar la pesificación de los PG, ya que implicaba resignar los derechos de los afiliados a mantener su moneda y la garantía tributaria. Varios meses después, ante la imposibilidad de acceder a sus derechos por vía judicial o administrativa, terminaron aceptando este acuerdo en el cual ceden ambos derechos.
Lo notable es que quienes aportaron a Nación-AFJP, que renunció a sus derechos de entrada, tienen hoy Préstamos Garantizados pesificados que vencen, a más tardar, en 2011. Los restantes afiliados al sistema se quedarán con títulos de actualización y rendimiento similar, pero que empezarán a pagar intereses recién en 2015 y capital, en 2037.
Por eso, en el mismo DNU, también se decidió suspender por 90 días los traspasos y, pasado ese período, habilitarlos pero transfiriendo la parte de los activos que le corresponde a cada afiliado. Por lo tanto, quien quisiera pasarse a Nación-AFJP no podría desprenderse de sus Cuasi Par sino que debería pasarse con ellos también.
Con esto se pretende desincentivar los traspasos que hasta ahora existían. En realidad, esta medida es insuficiente, ya que los Cuasi Par se pasarán a valor técnico y se "mezclarán" en la masa de activos de Nación-AFJP.
Esto implica que quien se pase a esta administradora estará comprando cartera de valor real y con PG pesificados mejores que los Cuasi Par, pagando con Cuasi Par sobrevaluados. Por lo tanto, licuará su pérdida al compartirla con los restantes afiliados de ese fondo. Las quejas de esta administradora ya se están comenzando a escuchar.
Una buena a favor de los afiliados tiene que ver con las LETES que el ministro Cavallo obligó a comprar a las AFJPs en 2001. Éstas serán canjeadas por BODEN 2014 en pesos más CER con un valor de mercado de alrededor de $ 1.300 millones mayor, lo que será todo un premio por ingresar al canje.
Si bien los acreedores que tienen papeles similares interpretan que esto es arbitrario, mientras alcance solamente a las AFJPs no lo es. Éstas hicieron juicio contra dicha colocación compulsiva de títulos y ganaron la demanda en primera y segunda instancia, por lo que esta oferta actual debería asimilarse más a un acuerdo extrajudicial que a un premio.
Lo notable es que, luego del canje, los resúmenes de cuenta que recibirán los afiliados mostrarán una ganancia, y no solamente por el canje de LETES. La contabilización a valor técnico de los Cuasi Par será superior a la valoración actual de los PG, porque contendrá más meses de actualización por CER. De esta forma, pese a haber perdido gran parte de nuestros ahorros para la vejez, nos darán la noticia de que salimos ganando. Esto es parte del famoso "milagro argentino" que estamos viviendo.
Luego de lo descrito, muchos se preguntarán cuál es el futuro de las AFJPs en la Argentina. No lo sabemos, ya que dependerá de la reforma previsional que impulsa el actual gobierno. Sí sabemos que aún hoy seguimos prefiriendo el sistema de capitalización al de reparto y el análisis es sencillo.
En éste uno aporta a una cuenta que está a su propio nombre. Uno sabe que, cada tanto, en un país en el que el estado de derecho no importa demasiado para los gobiernos, alguien le pegará un "manotazo" para poder aumentar el gasto público.
Sin embargo, también sabe que nunca podrán llevarse todo, pues aunque sea de modo maquillado y "a valor técnico" algo deben dejar en los resúmenes de cuenta para que la gente no proteste demasiado. En cambio, si uno aporta al sistema de reparto, pone el 100% de sus ahorros previsionales en el "bolsillo" del gobierno de turno para que se lo gaste. Por eso, todavía preferimos perder una parte y no todo.
Por último, queda claro que la mejor reforma que se le puede hacer al sistema de capitalización es arbitrar los mecanismos para que nuestra dirigencia política no pueda hacerse de ellos para gastárselos como si fueran propios. Sí, ya sabemos, es cierto ... pero soñar no cuesta nada
-----------
Exante, Ciudad de Buenos Aires, Argentina, 2004.
www.exante.com.ar/
Enviá tu comentario
IMPORTANTE: Este es un espacio de participación de usuarios.
Las opiniones aquí expresadas pertenecen exclusivamente a los usuarios y no reflejan la opinión de Urgente24
El equipo de redacción revisará las opiniones para evitar la difusion de comentarios no apropiados o insultos. Enviar un comentario implica la aceptación del Reglamento