Ralph Nader, el candidato independiente a la presidencia de USA

Su papel como rebelde contra el establishment político y abogado de los consumidores es su vocación y su programa político. Ralph Nader, de 70 años, se presenta otra vez como candidato independiente a la presidencia de Estados Unidos, y aunque las encuestas no le otorgan más del uno por ciento de las preferencias, podría costarle al demócrata John Kerry la victoria en los nueve estados más disputados del país.

La siguiente noticia fue publicada por IBL News:

Después de las elecciones del año 2000, los demócratas atribuyeron al 2,7 por ciento de los votos que recibió Nader la victoria del republicano y actual presidente George W. Bush. Esta vez intentaron todo para persuadir a Nader de que se retire de la carrera: cartas y discursos de disuasión, campañas de difamación e incluso los tribunales. Pero ha sido un éxito a medias: Nader se puede presentar en 34 de los 50 estados norteamericanos.

Los encuestadores no se ponen de acuerdo sobre la dimensión que el "factor Nader" tendrá el 2 de noviembre. Al contrario que en el año 2000, esta vez temas como las guerras contra el terrorismo y la presencia estadounidense en Irak serán decisivos.

Nader nació el 27 de febrero de 1934 en Winsted, estado de Connecticut, en el seno de una familia de inmigrantes libaneses.
Estudió abogacía en la exclusivas universidades de Princeton y Harvard.

A principios de los años 60 comenzó a representar ante la Justicia a consumidores estafados. En 1990 lo asaltó la idea de fundar un partido que quiebre el tradicional bipartidismo estadounidense y defienda mejor los intereses de ciudadanos y consumidores.

Al contrario que en 1996 y 2000, los Verdes estadounidenses no han designado a Nader como candidato oficial para los comicios del 2 de noviembre. El abogado defiende su presentación como independiente argumentando que "demasiado poder y demasiada riqueza descansan en muy pocas manos".

Durante la campaña, Nader aseguró que la Casa Blanca no pertenece ni a demócratas ni a republicanos. El país necesita más competencia para que los dos grandes partidos, que en su opinión manejan la política norteamericana como un oligopolio, no negocien el bienestar de los estadounidenses "con el mejor postor".

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