Wall Street cree que la propuesta de canje es "muy al límite"

El ministro de Economía, Roberto Lavagna, presentó ayer a la Comisión de Valores de USA (SEC) la propuesta definitiva para reestructurar la deuda pública en cesación de pagos. Wall Street definió a la propuesta como "muy al límite" y varios analistas coincidieron en que sólo incorpora cambios muy marginales a la presentada en junio pasado y que la mejora concreta establecida mediante el adelanto de la fecha de emisión de los nuevos bonos no se debe evaluar como positiva. Esto último se debe a que la baja en las tasas de los títulos a emitir compensa en parte la mejora en el valor presente.

A partir del 29 de noviembre, fecha clave para la reestructuración de la deuda, los acreedores tendrán la oportunidad de optar por el canje de la deuda en default por los nuevos bonos.

Si todo se desarrolla como estima Economía, el 17 de enero de 2005 el país podrá dejar atrás el mayor default de la historia. Claro que dependerá de lograr un piso alto de adhesión, entre 70% y 80% como mínimo, y que sea reconocido por la comunidad financiera internacional.

Por lo pronto, la primera lectura no fue favorable en los mercados financieros. En Nueva York la lectura fue pesimista, la consideran "muy al límite" y le pronostican un nivel de aceptación de 60% a 65%.

Por su parte, varios analistas se mostraron entre cautos y optimistas a la hora de analizar cuál será su grado de aceptación. Coincidieron en destacar que la propuesta sólo incorpora cambios muy marginales a la presentada en junio pasado y que la mejora concreta establecida mediante el adelanto de la fecha de emisión de los nuevos bonos no se debe evaluar como positiva. Esto último se debe a que la baja en las tasas de los títulos a emitir compensa en parte la mejora en el valor presente.

Los inversores no reaccionaron mejor que los analistas. Pese a que hasta el momento se mantenían más pesimistas que los análisis de los bancos de Wall Street, ayer coincidieron hasta en la quita estimada. "Con toda la furia, estamos calculando un recupero de 31%", sostuvo un influyente inversor institucional. En tanto, Hans Humes, cotitular del Comité Global de Acreedores, dijo sin titubear que "el GCAB no aceptara esa propuesta en estos términos".

El inversor, que también participa del fondo Greylock, que intentó obstaculizar el canje de deuda mendocino, estuvo de muy mal humor y llegó a adelantar que en las elecciones presidenciales de hoy votará a John Kerry, a ver si los reclamos de los acreedores son más escuchados por el gobierno norteamericano.

Roberto Lavagna giró ayer a la SEC de USA el denominado Prospecto Suplementario con las características de emisión de los nuevos bonos, Par, Cuasipar y Descuento, y las condiciones para canjear por los bonos en default. El mismo prospecto será girado a las autoridades regulatorias de Londres, Luxemburgo, Roma y Tokio en los próximos días, cuando culminen las traducciones oficiales del documento.

La oferta argentina, presentada ayer en una rueda de prensa por Lavagna, y los secretarios de Finanzas, Guillermo Nielsen, y de Coordinación Económica, Leonardo Madcur no se aleja de la lanzada en junio pasado en Buenos Aires, con algunas correcciones. La principal modificación fue confirmar al 31 de diciembre de 2003 como fecha de emisión de los bonos, lo que redundará en un pago cash de unos US$1.000 millones en la segunda quincena de enero a los acreedores que entren en el canje.

También se reconocieron US$ 2.100 millones correspondientes a intereses impagos antes del 31 de diciembre de 2001, cuando el entonces presidente Adolfo Rodríguez Saá declaró al país en cesación de pagos. Fue, por otra parte, la revelación de que el país estaba en default antes de la declaración formal.

Se incorporó la cláusula de acreedor más favorecido, que actúa como un desaliento al Gobierno para concretar nuevas reestructuraciones en los próximos 10 años sobre los bonos en default que no ingresen al canje. Pero a la vez es una clara señal a los acreedores de que no tendrán otra oportunidad mejor y que la única alternativa será la vía del juicio, un camino que por ahora no arrojó buenos resultados para los fondos buitres que lograron sentencias favorables pero no encontraron ni fondos líquidos ni propiedades para embargar. Un tercer efecto es que garantiza a los que ingresen que serán beneficiados de cualquier mejora que se realice a futuro.

De esta manera, la deuda que se reestructurará asciende a los US$ 81.800 millones representados en 152 bonos y 8 legislaciones, que combinados arrojan 178 productos financieros. La nueva deuda que se emitirá será de US$ 38.500 millones (si la aceptación es inferior o igual al 70%) o US$ 41.800 millones (si la aceptación es superior), en cuatro monedas (pesos, dólares, euros y yenes) y cuatro legislaciones (argentina, estadounidense, inglesa y luxemburguesa). Cada uno de estos bonos tendrá la opción de agregar un cupón atado al crecimiento del país, que repartirá el 5% de lo que crezca el PIB por encima de la pauta oficial. Otro 5% será destinado a la recompra de bonos y el 90% quedará de libre disponibilidad para el Gobierno.

Aunque la legislación de USA prohíbe privilegiar a grupos de acreedores, la oferta argentina tiene característica particulares para hacerla atractiva a los distintos segmentos.

La reestructuración de la deuda en cesación de pagos debe andar todavía un largo trecho. Economía espera que para el 29 de noviembre estén las autorizaciones de los organismos reguladores, para abrir el canje simultáneamente en todas las plazas financieras. A partir de ese día y por tres semanas, los acreedores podrán expresar su voluntad irrenunciable de ingresar al canje

Luego se cerrará las dos últimas semanas del año y se reabrirá por dos semanas más en enero.

Con los primeros números del canje en la mano, técnicamente la Argentina saldrá del default el 18 de enero. Pero el Fondo Monetario Internacional deberá resolver si considera exitoso el canje y retorna las negociaciones con la administración de Néstor Kirchner, suspendidas en agosto cuando quedaba pendiente la tercera revisión del acuerdo. Si la acepta, habrá que decidir si se retorna el viejo acuerdo o se negocia uno nuevo.

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