Confirmado: La inversión aumenta pero no alcanza

POR JULIO PIEKARZ (*) Con tanto economista y periodista remunerado por el Presupuesto Nacional, a veces la opinión pública queda confundida acerca del fracaso del proceso económico que comenzó el 1º de enero de 2002 cuando el irresponsable Eduardo Duhalde llegó al poder, y que continúa con Néstor Kirchner, el hombre que nunca regresó el dinero de la Provincia de Santa Cruz en el exterior. El siguiente análisis -realizado por un economista sobrio, moderado, prudente- es más que significativo sobre lo que le espera a la Argentina:

La inversión interna bruta fija (IBIF) continúa con una fuerte recuperación.

En el 2do. trimestre creció 38.3% respecto del mismo período del año
pasado, y 86.4% comparado con el piso de la crisis -primero/segundo
trimestre de 2002-.

La recuperación de la inversión bruta fija ha contribuido al crecimiento del PIB a la par del consumo.

En el 2do. trimestre la inversión explicó 5.1 puntos del crecimiento del PIB respecto del mismo período de 2003, mientras que el consumo lo hizo en 5.0 puntos.

Asimismo, desde el inicio de la recuperación del PIB, la inversión contribuyó en 9.0 puntos y el consumo en 10.0 puntos.

Pero aunque el nivel actual de inversión bruta fija es, en pesos constantes, semejante al del año 2000, está aún 23% debajo del pico de 1998.

En proporción al PIB, la velocidad de recuperación de la inversión emula a la de principios de los '90 -años 91/92-, aunque todavía es inferior a los ratios de esa década.

En la actualidad el ratio IBIF/PIB alcanza a 17.1%, mientras que en el
2do. trimestre de 2002 era de 13.2% y en el piso de la crisis de 10.5%.

A pesar de la mejora, la inversión en proporción al PIB no alcanza la de
1998 –21.1 %-, ni la del promedio 92/00 -19.2%-, ni la del año 2000 –17.9 %-.

¿ Pero qué está pasando, por debajo de estas cifras, con la inversión fija neta?

Evolución de la Inversión fija neta

La inversión neta fija -la inversión bruta fija menos la depreciación del stock de capital- representa las variaciones netas del stock de capital.

Una inversión neta positiva implica un incremento del stock de capital, mientras que si es negativa significa destrucción del stock de capital.

Durante los '90 -excepto 1991-1992- la inversión neta fue fuertemente
positiva, alcanzando un máximo de 7.4% del PIB en 1998.

En los años siguientes la inversión neta fue decreciendo, convirtiéndose en levemente negativa en el 2001.

En el año 2002 se observó una fuerte contracción, que arrojó una desinversión de 6.3%3 del PIB, y que continuó hasta el 3er. trimestre
de 2003, año en el que la inversión neta fue de -1.9% del PIB.

A partir del 4to. trimestre de 2003, nuevamente se observaron valores positivos de inversión neta, del orden del 1.5% del PIB para ese período, y del 0.5% y 2.7% para el 1er. y 2do. trimestre de este año.

Como resultado, en promedio en el 2004 la inversión neta alcanza por el momento a 1.5% del PIB.

¿Cuánta inversión neta fija hace falta para crecer ? ¿ Alcanza con la
verificada en los últimos 3 trimestres?

Inversión neta fija necesaria para crecer

La inversión neta fija necesaria es, naturalmente, aquella que asegura una expansión del stock de capital que permita mantener una cierta tasa de crecimiento del PIB de manera sostenible en el mediano plazo.

En la década del '90, en particular en el período 92/00, la inversión neta
promedio anual que aseguró un crecimiento sostenido del PIB de 3.4% anual fue de 4.9% del PIB.

Si se adopta, esta última tasa como de equilibrio, entonces para lograr la misma performance de crecimiento que en los '90 se requerirían unos 3.4 puntos porcentuales de PIB adicionales de inversión neta, respecto del promedio de 1.5% del PIB del 1er. semestre de 2004, o 2.2 puntos porcentuales del PIB si tomamos como referencia el 2 trimestre del año en el que la inversión neta fue de 2.7% del PIB.

En síntesis, según este cálculo, para crecer a un ritmo del orden de 3.5% anual, se requeriría aumentar la tasa de inversión en entre 2.2 y 3.4 puntos porcentuales del PBI, respecto de los niveles ya alcanzados este año.

El piso fue en el 1er. trimestre de 2002 con una tasa anualizada negativa de 8.5% del PIB.

Una estimación alternativa

Un 2do. cálculo puede hacerse mediante el análisis de las fuentes de crecimiento, de nuestro pasado cercano y de la situación actual.

El crecimiento del PIB de 3.4% anual del período 92/00 se logró gracias a:

1. incremento del stock de capital de 1.6%, que contribuyó en 0.7
puntos al crecimiento anual del PIB;

2. aumento del empleo de 1.4%, que aportó 0.8% al PIB, y

3. mejoras o ganancias de eficiencia en la utilización de ambos
factores (PTF= Productividad total de los factores), que contribuyeron en 1.9% del PIB. A su vez,

4. el incremento del stock de capital de 1.6% anual se fundó en una
inversión neta anual promedio de 4.9% del PIB.

La situación actual es algo distinta a la de los 90´s.

Por un lado, el cambio en precios relativos entre trabajo y capital incentiva la utilización del 1er. factor, incrementando la elasticidad ingreso del empleo.

Por el otro podría suponerse una menor productividad total de los factores debido a las rigideces que puede generar una economía con mayor intervención/discreción sectorial.

Con respecto a la 1ra. diferencia, en los '90 un aumento de 1% en el
PIB implicaba un incremento del empleo de 0.4%.

Durante el 2003 y este año, la elasticidad fue bastante mayor, alcanzando a 0.9, y aunque esta relación no es sostenible en el tiempo, es posible que se estabilice en el orden de 0.6, es decir aproximadamente 0.2 mayor que en los '90.

En un escenario en el que se mantienen las mejoras de productividad total de los factores que hubo en promedio en los '90, pero se incrementa la elasticidad ingreso del empleo a 0.6, puede asegurarse un crecimiento del PIB de 3.4% -al igual que en 92/00-, con un incremento del stock de capital de 0.9% anual, que se logra con una tasa de inversión neta de 2.6% del PIB

Como puede observarse, la tasa de inversión requerida que impone este
escenario es semejante a la obtenida en el segundo trimestre de 2004.

Pero en un escenario más influido por políticas discrecionales y la
intervención del gobierno en los mercados, es previsible que se vea afectada la productividad total de los factores.

Bajo el supuesto de que la productividad realiza un aporte 15% menor al del período 92/00, se requeriría un incremento del stock de capital de 1.5% anual y una inversión neta de 4.3% del PIB, para lograr un crecimiento del PIB semejante al de los '90.

En este último caso, la inversión neta de equilibrio se acerca a la del período 92/00, requiriendo en la actualidad para alcanzarla un incremento de 1.6 punto respecto del 2do. trimestre de este año, o de 2.8 puntos si la comparación se realiza con el 1er. semestre de este año.

En resumen, la inversión neta que se requiere para asegurar un ritmo de
crecimiento del PIB semejante al de los '90, puede ser menor que la de ese período, si se logra aprovechar la aparente mayor elasticidad ingreso del empleo que proviene del cambio en precios relativos, pero solo si no se la contrarresta con pérdidas de eficiencia originadas en una mayor discrecionalidad o intervención.

¿Y si es necesario crecer más rápido?

Las estimaciones anteriores de la inversión neta requerida se efectuaron para una tasa de crecimiento semejante a la de los '90, de 3.4% anual.

Pero dado el retroceso en los niveles de actividad ocurridos desde 2001, y más aun en el ingreso per cápita, y dado además el elevado nivel de desempleo y subempleo existentes, una tasa de crecimiento como la de los ’90 difícilmente pueda considerarse satisfactoria.

Para una tasa de crecimiento anual de 5 % -moderada en comparación con algunos países emergentes-, la tasa de inversión debería aumentar, respecto de los niveles del 2do. trimestre de 2004, en entre 6.5 y 8.3 puntos porcentuales.

Por otra parte, aunque la información disponible no es completa, aun no se ha recuperado la inversión externa, que disminuyó fuertemente durante la crisis.

Por lo que es probable que los puntos adicionales de PBI que aun tiene
que subir la inversión para asegurar el crecimiento necesario requieran,
entre otros factores, que la inversión externa vuelva a niveles semejantes a los alcanzados en la década de los ’90.

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(*) Economista. Ex gerente general del BCRA.

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