Lavagna y los impuestos: Entre la ignorancia y la mala fe

¿Para qué desea la Argentina el mayor superávit fiscal de su historia cuando no logra aumentar la inversión ni la tasa de empleo, lo que requeriría una modificación inmediata del régimen tributario? Roberto Lavagna defendió su posición en el Coloquio de IDEA; del otro lado sólo encontró ejecutivos incapaces de debatir técnicamente con el ministro, y periodistas que priorizan sus pautas publicitarias del Estado. Así se construye la Argentina 2004.

Arrogante, autoconvencido del papel que se buscó para sí mismo, crédulo hasta la vanidad de la adulación fugaz de políticos y ejecutivos (no empresarios) que frecuentan los aburridos coloquios de IDEA, Roberto Lavagna dijo que las exportaciones a las retenciones permanecerán porque no son impuestos distorsivos para la población sino solamente para los productores afectados.

Logró que nadie se atreviera a cuestionarlo.

Nadie ni siquiera la preguntó por qué, con tanto superávit fiscal, en vez de aumentar el gasto público, no se reducen los impuestos.

Hasta ahora, la única baja efectiva de impuesto fue la merma de 0,2 puntos porcentuales del impuesto sobre los créditos en cuentas a la vista.

En tanto, la posibilidad de utilizar el IVA de las inversiones para el pago de otros impuestos, o la de su reintegro a los 3 meses, es un adelantamiento de la devolución de recursos que el fisco adeuda al contribuyente. O sea que no implicó una baja de la presión fiscal en el largo plazo; aunque tengan impacto financiero beneficioso para las empresas.

Y encima periodistas como Guillermo Kohan, cada vez más oficialistas, explicaron que todo anda sobre rieles.

En los primeros 9 meses del año, el sector público tuvo ingresos totales por $ 79.462 millones, mientras que los gastos primarios totales se ubicaron en $ 62.655 millones Tales valores representan incrementos interanuales del 41,0% y 27,3%, respectivamente, que en términos absolutos equivalen a incrementos de $ 23.088 millones y $ 13.432 millones.

¿En qué ha beneficiado esto a la producción? En nada.

La evolución de los ingresos totales del sector público se explica por la evolución de los recursos tributarios, ya que el aumento de estos últimos representa el 82,8% de la suba total verificada en el período enero-septiembre.

El comportamiento de la recaudación implica una mejora para el fisco de $ 1.767,6 millones en comparación con lo ingresado en igual mes del año anterior. A diferencia de lo ocurrido en meses anteriores, el IVA (versión bruta) no fue en octubre la principal explicación del incremento, quedando relegado al 2do. lugar al explicar solamente el 20,1% de la suba.

Si bien la tasa de crecimiento del IVA Bruto sigue siendo importante (14,7% interanual), producto principalmente de la mejora en la actividad económica con respecto a un año atrás, se observan en los últimos meses claras señales de debilitamiento, tanto en el recaudado por la DGI como en el ingresado por Aduana.

Al igual que lo ocurrido el mes pasado, el IVA Aduana mostró una menor tasa que su contraparte DGI: mientras el primero verificó una suba del 12,2% interanual, el segundo se ubicó 16,5% por encima de los valores verificados en octubre de 2003. Actualmente la relación IVA DGI / IVA Aduana es de 60/40.

Para Lavagna, las retenciones a las exportaciones funcionan como un impuesto imperfecto a las ganancias oligopólicas, y contrarrestan la regresividad del sistema impositivo argentino.

Lavagna no lo dice pero, en enero de 2002, Roberto Frenkel y Jorge Remes Lenicov diseñaron las retenciones para acercarle dinero al Fisco.

En general, los periodistas oficialistas y los funcionarios del Ejecutivo Nacional (y en especial Néstor Kirchner, según lo demostró en la Provincia de Santa Cruz), desconocen todo acerca de la producción agropecuaria. Para ellos, un productor rural es un millonario, y no está mal gravarlo por algún motivo.

Si hay incremento de los insumos, no interesa.

Si bajan los precios internacionales, tampoco.

Tiene un tipo de cambio alto para que ingrese dinero al Fisco.

Según el Presupuesto 2005, el 27,1% de la recaudación provendrá de impuestos directos, como Ganancias, y el 12,7% de las retenciones.

Y el 60,2% restante, de impuestos indirectos como el IVA (que, además, habría que eliminar, gravando directamente las ventas en origen, como es en USA, y evitando los negociados tributarios construidos en torno al IVA).

¿Por qué no leerá un poco algunos periodistas?

No puede ser que acepten a libro cerrado las tonterías que le cuentan... afirman que la presión tributaria en 2005 será del 25% del PIB contra, por ejemplo, el 43% de Italia, el 34% de España y el 30% de Brasil y el 28% de USA.

Cleris Candelaresi: ¿cómo vas a incorporar a la estimación de la presión tributaria la economia en negro, que no tributa? Para considerar la presión tributaria, tenés que restarle la economía en negro. ¿Qué sentido tiene estimar una presión tributaria que incluya a lo que no paga impuestos?

¿Que en definitiva lo dijo José Sbatella, director del Instituto de Estudios Fiscales y Económicos? Y... que Sbatella se haga cargo de su ignorancia, pero no vos...

Sbatella es un tecnócrata que en su vida trabajó en algo productivo; por ejemplo, una pyme, y entonces habla desde la nada.

Lavagna le dijo a los ejecutivos presentes en IDEA: "¿Impuestos distorsivos? ¿quién dijo que son distorsivos? Ustedes, pero ustedes no son toda la sociedad".

Entonces, ¿qué hará Lavagna? ¿Recorrerá La Matanza preguntándole a los habitantes de González Catán qué opinan de los impuestos distorsivos? No, porque él se autodesignó representante de todos los que no estaban presentes en el coloquio. El ministro va de disparate en disparate, y ahora que se le caerá el canje de deuda, será peor.

"Las retenciones no van a desaparecer, pero se van a transformar", dijo Lavagna.

Luego, para compensar, Lavagna afirmó que el Gobierno tenía prevista una nueva reducción en el impuesto al cheque.

"La última reducción le costó al Tesoro $1.000 millones. La intención, ahí sí, es continuar bajándolo".

El moderador, Enrique Szewach, aportó a la cuestión cuando habló de los servicios públicos que el Estado consideraba estratégicos. Le dijo al ministro que esa palabra debería gustarle porque era "setentista".

"Me producen igual urticaria los setentistas que los noventistas -contestó Lavagna-. Ambas políticas económicas fracasaron. Los '80, en cambio, son los años pobrecitos, porque están en el medio, como el jamón del sandwich, cargando con la deuda y los problemas políticos heredados."

Desde el público le preguntaron si no pensaba que muchos de esos logros existían gracias, otra vez, a la década de los '90, y Lavagna fue drástico: "Lo invito a venir al ministerio y repasamos la lista. Seguro que vamos a encontrar alguna cosa bien hecha, no digo que no, pero el resultado está a la vista. Estamos hablando de una crisis que produjo una caída del 20% en el producto".

¿Ignorancia o mala fe en la interpretación de la crisis que realizó el ministro?

Luciano Miguens, presidente de la Sociedad Rural, le dijo al diario La Nación: "Lavagna nos hace sentir optimistas en cuanto al crecimiento. Lo que quizá no tiene mucho sentido es que, si la Argentina está creciendo, ¿por qué seguir con la emergencia económica y varios de los impuestos distorsivos que deberían bajar? La esperanza es lo que dijo sobre reducir las retenciones por impuestos a las ganancias cobrables".

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