Sombras Chinescas

(*) POR RUBÉN BENEDETTI

Mientras el gobierno busca desesperadamente cómo inventar algún show que permita cubrir su palmaria incapacidad de gestión (pasaron mas de 500 días de gobierno y aún no hay solución ni para el default ni para la cuestión de las tarifas pesificadas, entre otras cosas), apareció la historia fantástica del acuerdo estratégico con China.

No pretendo acá ahondar en que 20.000 millones de dólares si bien son mucha plata, apenas son cinco mil mas que los que en la aborrecida década del 90 se invirtieron en Argentina sólo en el sector energético, ni entrar a preguntarme cómo unos políticos que aún festejan la nacionalización de los ferrocarriles en el 47 hoy celebran que los chinos desarrollen emprendimientos ferroviarios en el país.

No voy a caer en la tentación de interrogarme si una alianza con China no significa consolidar un modelo agroexportador tan denostado por la progresía nacional, ni siquiera voy a caer en la tentación de preguntarme si la pregonada alianza con China no será tan de cartón piedra como la que Alfonsín enunció con Italia en los lejanos 80, o la de Isabel con Libia (con Libia!!) en los setenta.

Apenas voy a revisar algunos trapitos que los chinos mantienen ocultos, y que algunos países occidentales prefieren no ver, admirados de su pujante "capitalismo controlado por el Estado".

En 1947 se consolidó la ocupación de Mongolia, en 1949 ocupó a sangre y fuego al Tíbet, anexándolo en 1952. En ambos casos iniciando progroms contra los ciudadanos nativos acusándolos de "contrarrevolucionarios" o "separatistas". En 1979 China inició una expedición punitiva sobre Vietnam, que fracasó. La tensión permanente con Taiwán escaló desde el colapso de la URSS, haciendo que China busque un rol de potencia militar en la región. Actualmente tras el rediseño de sus fuerzas armadas está encarando un fuerte programa armamentista.

El caso del Tibet me resulta particularmente notable. La progresía vociferante que se alza para protestar por cualquier causa de moda no se inmuta por un país invadido, con su Dios-Monarca en el exilio, con miles de fusilados, torturados y desplazados. Con sus propios ciudadanos, el Estado-Capitalista chino no se queda atrás. Desde la política del hijo único, a la eugenesia femenina, los nuevos socios de Kirchner prometen una realidad verdaderamente orwelliana. Amnesty es mas concisa que yo: "decenas de miles de personas continúan siendo detenidas o encarceladas por ejercer pacíficamente su libertad de expresión, de asociación o de culto".

Fenómeno, justo el socio que yo quería.

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(*) Editor del Blogbis

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