Edición i: Dudas sobre las mediciones de imagen pública de K

Muchas consultas se recibieron acerca de los datos que fundamentaron la nota de la Edición i en papel de esta semana. Por lo tanto, aquí divulgamos cuál fue la clave que motorizó esa nota que desnuda la realidad del marketing K:

La Licenciatura en Comunicación Social de Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales (UCES) investigó las encuestas relacionadas con la medición de imagen de Néstor Kirchner y su gestión de gobierno, publicadas entre mayo de 2003 y octubre de 2004 en los principales diarios de la Ciudad de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires.

El objetivo fue mostrar la diversidad de mediciones realizadas y publicadas durante todo el período analizado, que contradice la percepción generalizada de que la imagen presidencial tenía índices homogéneos.

El trabajo muestra quer hubo meses en que la diferencia entre el índice mínimo y máximo asignado a la imagen presidencial por distintas encuestas excedía los treinta puntos.

La autora del trabajo, Adriana Amado Suárez, directora de la Licenciatura en Comunicación Social de la UCES, analizó la profusa difusión en diarios nacionales de las diferentes encuestas de imagen del presidente, que ocuparon reiteradamente las primeras planas de los periódicos.

Desde mayo de 2003 a octubre de 2004 hubo por lo menos 2 mediciones mensuales que fueron difundidas públicamente, siendo más numerosas en los meses de junio y diciembre de 2003 y mayo de 2004, meses donde se registran más de nueve mediciones.

En el trabajo se plantea que las diferentes encuestas no necesariamente daban cuenta del mismo fenómeno y que si bien todas se englobaban desde el nombre genérico "imagen" la falta de datos técnicos dificulta la interpretación.

De la misma manera, las encuestas solían separar la imagen del Presidente de la medición de imagen de gobierno, cuyos guarismos estuvieron durante este periodo por debajo de la imagen presidencial, con la única excepción del mes de septiembre de 2004, donde la relación se invierte y el promedio de mediciones de imagen de gobierno es superior que el de Kirchner.

De ahí que la investigación plantee que es necesario analizar cómo se mide la imagen pública, señalando la falacia de medir opinión en lugar de desempeño profesional de una persona.

Por otra parte, se plantean también los sesgos en la medición derivados del tipo de cuestionarios y de la forma de realización de la entrevista.

Al finalizar las conclusiones del trabajo, Adriana Amado Suárez afirma "(...) el uso intensivo que se le dio a las encuestas en el pasado año no ha beneficiado ni a investigadores, ni a medios que han quedado envueltos en un círculo de operaciones, suspicacias y escepticismos."

De ahí que la autora plantee la necesidad de realizar un balance de la difusión pública de los indicadores de imagen que considere la responsabilidad de cada uno de los actores involucrados.

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