A 3 años del golpe, el Plan T hace crisis

POR EDGAR MAINHARD (*) Un modelo agroexportador no puede convivir con un modelo de recuperación salarial. Hay mucha confusión entre los dirigentes políticos, sociales y empresariales. El Plan Techint confronta con las necesidades del PJ, y la alianza que hace 3 años provocó un golpe de Estado, ha comenzado la disgregación.

Tipo de cambio alto vs. Recuperación salarial, son variables econométricas que no pueden convivir.

El tipo de cambio alto es la depreciación salarial.

En general, la recuperación salarial ocurre con tipo de cambio en paridad de equilibrio o -lo que resulta mal- por atraso cambiario.

El tipo de cambio de equilibrio actual es $ 2,60, pero el Gobierno mantiene el tipo de cambio lo más cercano que puede a $ 3,00 y hay quienes sostienen, desde los sectores exportadores, que desean que llegue a $ 3,20 para mantener la competitividad de comienzos de año.

La competitividad exclusivamente basada en tipo de cambio supone salarios bajos. En la Argentina, se necesitaría una mayor productividad y competitividad a través de reformas estructurales, a las que Néstor Kirchner y Roberto Lavagna se oponen, o las ignoran.

Lo que está haciendo crisis es la política económica, el modelo Techint está confrontando con las ideas básicas del justicialismo, lanzado a un año electoral.

Cuando la familia Rocca se instaló en la Argentina, adhirió a un modelo de sustitución de importaciones, propio del peronismo de los '50. El modelo de sustitución de importaciones es incompatible con la política de exportaciones de tubos de acero sin costura, que es el eje de la propuesta Techint que suscribió el PJ para el golpe institucional que dio en diciembre de 2001.

El problema de la política económica que impulsó Techint es que no prevé el 'derrame' sino la concentración de la riqueza.

Y el problema de Néstor Kirchner es que no conoce otra forma de 'derrame' que no sea el aumento salarial general por decreto.

Un Estado eficiente en la educación, la salud y la seguridad, por ejemplo, provocaría otras formas de 'derrame'.

Un sistema bancario funcionando con mucho crédito al consumidor, es otra forma de 'derrame'.

Pero la Argentina 2004 tiene un Estado ineficiente y un sistema bancario muerto.

No es un problema solamente de Kirchner. Es un problema en general del justicialismo, de la UCR, de la izquierda y también del ARI, cuyo discurso se basa exclusivamente en la construcción desde la denuncia, últimamente alquilada al servicio de guerras empresarias.

El panorama es desolador porque no hay concepto estratégico ni comprensión del problema económico. Y las consecuencias son de temer, a menos que se cambie cuanto antes el rumbo.

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(*) U24, Ciudad de Buenos Aires, Argentina, 2004.

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