La depresión incrementa 4 veces el riesgo de contraer una enfermedad cardiovascular

Charles Nemeroff, de la Facultad de Medicina de la Emory University de Atlanta, es un reconocido psiquiatra de USA. De paso por Buenos Aires y en una charla organizada por Laboratorios Pfizer advirtió que quienes ya tuvieron un episodio cardiovascular y entran en un cuadro depresivo, tienen un riesgo 4 veces mayor de padecer otro infarto.

Las personas que tienen un cuadro de depresión mayor o padecieron un episodio depresivo severo tienen "4 veces más probabilidades de sufrir una enfermedad cardiovascular" que aquellas que no fueron afectadas por esa patología.

Así lo aseguró en su visita por Buenos Aires el profesor Charles Nemeroff, director del Departamento de Ciencias en Psiquiatría y Comportamiento de la Facultad de Medicina de la Emory University de Atlanta, USA, quien además sostuvo que los pacientes que ya tuvieron un episodio cardiovascular y luego entraron en un estado depresivo "tienen un riesgo 4 veces mayor de padecer otro infarto en los próximos seis meses que aquellas personas que no padecen ese problema".

El especialista estadounidense se expresó de esa manera en el marco de una conferencia de prensa ofrecida en esta capital, en la que estuvo acompañado por el profesor Rodolfo Fahrer, jefe del Departamento de Psiquiatría del Instituto FLENI.

En su exposición, Nemeroff afirmó que "es necesario educar a otros médicos y al público en general para que sepan que el paciente con depresión corre un riesgo elevado de tener estas enfermedades".

Al respecto, enfatizó: "la depresión aumenta el riesgo cardíaco de una forma enorme, como por ejemplo puede suceder con otro factor, como el consumo de cigarrillo".

Precisamente, Nemeroff fue uno de los especialistas que comenzaron a estudiar a principios de la década del 90 los resultados de un trabajo en el que se había hecho un seguimiento a lo largo de 12 años de distintos pacientes que no habían tenido anteriormente ningún signo de patología cardiovascular.

Luego de que detectaran que había casos en los cuales aparecían esos problemas cardiovasculares, Nemeroff, junto a otros colegas, finalmente determinaron que quienes sufrían de depresión tenían "una mayor tasa de infartos, ya sea fatales o no fatales".

Asimismo, estudiando a quienes sufrieron esos episodios cardiovasculares, establecieron que "quienes desarrollaron luego un cuadro de depresión, a los seis meses murieron en una tasa cuatro veces mayor que quienes tenían una patología cardiovascular pero no tenían depresión".

* El vínculo depresión-riesgo cardiovascular

Al momento de explicar las causas de esta relación entre depresión y riesgo cardiovascular, el especialista señaló que existen distintas teorías, las cuales no son "excluyentes" e incluso pueden darse juntas. Una de ellas, señala que los pacientes con depresión tienen "un mecanismo de coagulación hiperactivo, por lo cual sus plaquetas funcionan de manera anormal y están más propensas a formar trombos", es decir coágulos en el interior de los vasos sanguíneos. Ese hecho, precisamente, hace que la persona sea más propensa a sufrir eventos cardiovasculares. Otra teoría indica que aquellos pacientes que tienen depresión no tratada ven modificada la variabilidad de su frecuencia cardíaca (controlada por el cerebro), y esto puede llevar a la muerte.

También se menciona como posible vínculo entre ambas patologías a una teoría que señala que la depresión es una enfermedad inflamatoria que exacerba las cardiopatías.

Según resaltó Nemeroff, "la depresión no es algo que solamente ataca al cerebro, sino también a otros órganos del cuerpo, ya que por ejemplo en el caso de las mujeres reduce la densidad ósea haciéndolas más vulnerables a fracturas de cadera o de columna. Además, reduce la función inmunológica, por lo cual los linfocitos no pueden luchar con la misma intensidad" contra las infecciones.

"La depresión mayor –agregó el especialista- es una patología que amenaza la vida del paciente".

* ¿Puede controlarse?

Nemeroff sostuvo que enUSA hay trabajos que demuestran que los tratamientos con ciertos antidepresivos permitieron normalizar la función plaquetaria en los pacientes con depresión, bajando de esa manera el riesgo cardiovascular. También remarcó que "la variabilidad de la frecuencia cardíaca mejora con el uso de determinados antidepresivos, como la sertralina".

Con respecto al tratamiento, farmacológico, señaló que hay un estándar que indica que después de un primer episodio de depresión "puede extenderse 6 meses, luego reducir la dosis y después interrumpirse", aunque subrayó que en los casos en que aparecen "dos episodios, si se detiene la medicación, el riesgo de que aparezca un tercero es del 90 %".

* La depresión y las mujeres

Nemeroff también explicó que en USA se hizo un estudio de comorbilidades para analizar a toda la población y se determinó que "el 21% de las mujeres, contra el 13% de los hombres, tendrían un episodio de depresión mayor en sus vidas".

En ese sentido, destacó que las mujeres "son más susceptibles a la depresión, por varios factores, entre ellos la existencia de la llamada depresión post-parto, que desarrollan un 10% de las mujeres; la existencia de traumas en la niñez, como abusos sexuales, que conllevan un mayor riesgo de sufrir depresión; un factor hormonal, ya que se piensa que la relación estrógenos-progesterona puede tener vinculación con la depresión; y un factor con connotaciones psicosociales, ya que la mujer en general es más maltratada que el hombre, sufre mayor estrés crónico y padece mayor acoso a nivel laboral".

* La situación en la Argentina

La realidad descripta en base a estudios realizados enUSA se asemeja mucho a lo que ocurre en la Argentina. Así lo señaló el profesor Fahrer, quien destacó que aquí se está llevando adelante un trabajo en conjunto con profesionales de la Facultad de Medicina de la UBA estudiando la variabilidad de la frecuencia cardíaca en los pacientes que sufrieron episodios cardiovasculares.

Según explicó el profesional, "se estudió a los pacientes a las 72 horas, a las dos semanas y a los seis meses, y se estableció que de las personas que tenían depresión, al cabo de los seis meses muchas habían muerto, a diferencia de quienes no tenían esa patología".

* El estudio SADHART

Un estudio publicado en el JAMA y denominado SADHART reveló que los pacientes que habían sido tratados con una droga antidepresiva, llamada sertralina, habían obtenido beneficios desde el punto de vista cardiovascular.

Por ejemplo, la tasa de eventos adversos cardiovasculares descendió a 14,5% en el caso de quienes habían recibido esa medicación, respecto de un 22,4% observado entre la población que tomó sólo placebo. El análisis de los datos demostró que se logró reducir 1 evento cardiovascular cada 13 pacientes tratados.

Luego de conocido ese trabajo, comenzaron a realizarse sub-estudios para indagar en las causas de esa mejora, y se determinó que esta droga antidepresiva evitaría la formación de trombos actuando a nivel de las plaquetas.

También, según las conclusiones que se divulgaron durante un Simposio de Actualización en Farmacología organizado por Pfizer, en el marco del XX Congreso Argentino de Psiquiatría, realizado un par de meses atrás en la ciudad de Mar del Plata, la utilización de la sertralina permite tratar con eficacia la depresión asociada a infarto agudo de miocardio (IAM) y angina inestable, y disminuye la probabilidad de episodios depresivos y de eventos cardiovasculares en pacientes que sufrieron un accidente cerebrovascular (ACV).

El estudio SADHART demostró no sólo que la droga era segura para los pacientes que habían sido hospitalizados después de un infarto de miocardio, sino también que hubo una disminución de un 20% de eventos cardiovasculares serios en pacientes con tratamiento activo.

Otro estudio investigó una hipótesis inversa: se enrolaron 137 pacientes no deprimidos que habían padecido ACV (accidente cerebrovascular), y se los asignó al azar a recibir sertralina o placebo durante 12 meses. El resultado fue que el antidepresivo redujo 3 veces el riesgo de depresión (8% vs 23%).

Para los especialistas, la depresión aumenta el riesgo cardiovascular por distintas razones: incrementa el riesgo de arritmias / muerte cardíaca súbita y la agregación plaquetaria, produce alteraciones en el metabolismo lipídico y en los marcadores para inflamación, altera el flujo arterial coronario, y favorece un pobre cumplimiento de prescripciones médicas y de los cambios sugeridos en el estilo de vida.

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