Para el aniversario del escándalo, Parmalat se lanza contra 45 entidades financieras

Hace un año, la Comisión de Mercados y Valores estadounidense declaró que en la empresa Parmalat se produjo "uno de los mayores y más descarados fraudes financieros corporativos de la historia". Desde la espectacular quiebra de Parmalat, los fiscales buscaron castigos para los presuntos autores. Pero lo que ha causado el mayor revuelo es el trabajo del administrador Enrico Bondi, asignado al puesto por el gobierno, y su campaña contra los bancos, a los que considera cómplices del colapso del gigante de los lácteos. Bondi emprendió una serie de acciones judiciales contra entidades como el Bank of America, Citigroup y las auditoras Deloitte&Touche y Grant Thornton, a las que pide indemnizaciones millonarias como resarcimiento por su supuesta responsabilidad en la bancarrota. Ahora, además, emprendió nuevas acciones revocatorias contra 45 entidades financieras por una cantidad que rondaría los 3.000 millones de euros.

El grupo alimentario italiano Parmalat, declarado insolvente a finales del año pasado, tras "uno de los mayores y más descarados fraudes financieron corporativos de la historia", según la Comisión de Mercado y Valores estadounidense, festeja su primer aniversario con nuevas acciones revocatorias contra 45 entidades financieras.

El administrador Enrico Bondi es el hombre al que se le asignó salvar Parmalat. Inició demandas y acciones para recuperar miles de millones de dólares ante decenas de bancos, incluyendo a los gigantes internacionales Citigroup Inc., UBS AG, Deutsche Bank AG, Credit Suisse First Boston, y Bank of America Corp., así como a los ex auditores de Parmalat.

Bondi dice que los bancos conocían el estado financiero de la empresa de Parma antes de su quiebra, pero siguieron prestándole dinero para obtener comisiones y ayudaron a maquillar su verdadera situación, desempeñando así un papel activo en el fraude.

Ahora, la dirección de Parmalat informó que Bondi emprendió además nuevas acciones revocatorias contra 45 entidades financieras, 35 italianas y diez extranjeras, por una cantidad que, según fuentes legales, rondaría los 3.000 millones de euros.

El que hasta el año pasado era el octavo grupo industrial de Italia trata en la actualidad de salir adelante con un proyecto de reestructuración que pretende reducir las pérdidas este año a 108 millones de euros y volver a los beneficios en 2005.

Los que eran directivos de la empresa en el momento del "crack", entre ellos su presidente y fundador, Calisto Tanzi, afrontan un juicio en Milán con cargos que van desde especulación abusiva a bancarrota fraudulenta.

* A un año del escándalo

En diciembre pasado, Parmalat, la octava empresa más grande de Italia con 36.000 empleados en 30 países, estaba al borde del colapso. El 19 de diciembre, la compañía reconoció que una cuenta de US$4.910 millones en Bank of America no existía.

Su fundador, Calisto Tanzi, pronto estuvo en la cárcel junto con otros funcionarios de la empresa. Uno le dijo a los investigadores que a un empleado se le había ordenado usar un martillo para destruir una computadora que tenía un logotipo falso del Bank of America almacenado en su disco duro.

"Tarde o temprano, atemorizados por las cifras, bancos como el Bank of America ofrecerán llegar a un acuerdo", dijo Paolo Criscione, abogado de Lovells en Milán, que ha representado a una ex subsidiaria de Parmalat en los trámites de bancarrota. "E incluso si pagan 50%, creo que para Bondi eso sería excelente".

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