El juego de las coincidencias: La Food and Drug Administration (FDA) y su par argentina ANMAT

La Food and Drug Administration (FDA) es una de las instituciones más prestigiosas de Estados Unidos, pero su reputación está en tela de juicio en los últimos meses luego de que se retirasen dos drogas letales del mercado que eran consumidas por cientos de decenas de personas desde hace varias décadas. La FDA no es infalible y otras versiones incluso se refieren a la corrupción detrás de los "errores". Si así funciona en USA esta organización, ¿cómo será el modus operandis de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT), su equivalente argentino?

Luego de muchos años en el mercado, Vioxx, analgésico para los pacientes con artritis, fue considerado perjudicial para la salud ya que incrementaba notoriamente la posibilidad de sufrir ataques cardíacos. La Food and Drug Administration (FDA) reconoció el error y ordenó retirar el producto de las farmacias. A los pocos meses, más precisamente el pasado viernes, la FDA admitió que otro medicamento llamado Celebrex duplica el riesgo de ataque al corazón en sus pacientes. Celebrex se vende en 60 países y sólo en USA lo consumen 27 millones de personas.

Muchos de los errores que puede llegar a cometer la FDA son letales y los laboratorios de los medicamentos Vioxx y Celebrex, Merck y Pfizer, respectivamente ya han recibido varias demandas de los familiares de personas que ingerían aquellos productos y fallecieron. Los especialistas estiman que entre 88.000 y 139.000 personas puedan haber sufrido ataques cardíacos producto del Vioxx de los cuales el 40% habría muerto.

La FDA tiene su equivalente argentino que se llama Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT). Este último es un organismo descentralizado creado mediante decreto Nº 1490 del 20 de agosto de 1992. La ANMAT depende de las normas y directivas que le imparte la Secretaría de Políticas de Salud y Fiscalización Sanitaria del Ministerio de Salud y Acción Social. Además, ANMAT posee un régimen de autarquía económica y financiera, y su jurisdicción comprende todo el territorio nacional.

La FDA es generalmente considerada una de las organizaciones más eficaces del mundo y maneja un presupuesto (US$ 1.600 millones anuales) muy superior a ANMAT, pero también las responsabilidades de FDA son mayores que las de sus pares internacionales. En la Argentina y en cualquier otro lugar del mundo se pueden evaluar la composición de los medicamentos y si posee o no efectos nocivos, pero si la FDA aprobó determinada droga las otras organizaciones suelen no tomarse la molestia de chequear el informe estadounidense ya que en aquella institución trabajan las personalidades más respetadas del mundo científico, alrededor de 10.000 personas.

Luego del hallazgo de lo perjudicial de las diversas drogas, la pregunta que surge es ¿la FDA es incompetente o hay corrupción por parte de los laboratorios para que determinada droga continúe siendo vendida?

La última posibilidad parece tener más fuerza ya que Vioxx, sólo este medicamento, generaba un ingreso a Merck Sharp & Dohme de US$ 2.500 millones en ventas.

La ANMAT está sujeta a varias presiones políticas y empresarias. Eduardo Bauzá, ex secretario general de la Presidencia, solía ser identificado como el mayor lobbysta de la industria de la salud en el país. ANMAT depende de Secretaría de Políticas, Regulación y Relaciones Sanitarias y esta del Ministerio de Salud y Acción Social, es decir que el ente responsable de los alimentos y los fármacos en la Argentina no es una institución independiente ni destacada.

Así como Viox y Celebrex manchan la reputación del FDA, la ANMAT también tiene su historia. La institución local autorizó la venta en la Argentina (así como también en Singapur, Indonesia, Japón) de un medicamento de Bayer para la hemofilia que presentaba un alto riesgo de contagiar el virus del sida, mientras destinaba a USA y a Europa una nueva versión del producto que presentaba un riesgo mucho menor. Los especialistas indicaron que las versiones de Factor VIII termotratadas para inactivar al HIV tuvieron consecuencias desastrosas: De los aproximadamente 1500 pacientes hemofílicos registrados en ese momento, 211 se contaminaron a través de los concentrados de Factor VIII. Bayer Alemania terminó culpando a la ANMATy a la Anmat nadie la reprendió.

La ANMAT y Bayer también se vieron involucradas en un escándalo cuando en 2001 se debió retirar del mercado el medicamento Lipobay, utilizado para el tratamiento de la hipercolesterolemia, luego de que se registraran varias muertes de pacientes que se trataban con esta droga.

Ni la FDA ni Anmat, a pesar de que una pertenezca al primer mundo y la otra al tercero, pueden escapar de la corrupción, el cohecho, y el error.
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Para más información consulte en: http://www.anmat.gov.ar/principal.html o en http://www.fda.gov/.

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