La Nación dice que Hilda Molina estará en la Argentina antes de abril y Clarín dice que al cuerpo de Kirchner le pasa algo (¿?)

Rafael Bielsa y Roberto Lavagna han sido víctimas de una erosión despiada de su poder dentro del gobierno a manos del kirchnerismo. Joaquín Morales Solá ensaya una defensa de ambas... como puede; en tanto, Eduardo van der Kooy dice algo sobre la salud de Néstor Kirchner que, según él, habría tenido algún problema la semana pasada pero no brinda mayores detalles.

Joaquín Morales Solá, en el diario La Nación, hace una defensa encendida de Roberto Lavagna (Morales Solá conoce bastante poco sobre macroeconomía, por lo tanto preferimos quitar esos alegatos) y de Rafael Bielsa, a la vez que anticipa un voto argentino contra Cuba en la ONU si para la votación Hilda Molina no llegó a la Ciudad de Buenos Aires. ¿Será realmente así? ¿Qué percibirá Fidel Castro, cuya influencia sobre Néstor Kirchner llegó al punto de suministrarle las escuchas telefónicas que condenaron a Alberto Valdéz, quien -dicho sea de paso- ya inició los trámites para reinsertarse en el Gobierno K?

·"(...) El Gobierno, a su vez, se creó problemas internos que no tenía ni necesitaba.

¿Para qué ensombreció la Navidad más dispendiosa y optimista de los últimos diez años? No hay respuesta sensata para lo incomprensible.

Lo cierto, de todos modos, es que comerciantes y economistas no recuerdan un fin de año tan pródigo desde 1993. Revela no sólo que ha mejorado la capacidad de compra de la sociedad, sino también que ésta recobró la confianza. La confianza precede a la fe en un sistema económico.

(...) Julio De Vido asegura que la relación del Estado con las empresas de servicios públicos inició un proceso de rápida normalización. Cree que el acuerdo con la empresa eléctrica norteamericana de La Plata terminará abriendo otros acuerdos, por un efecto dominó, con una docena de empresas más. El acuerdo prevé la construcción de una o dos plantas generadoras de energía, que eliminarían los malos presagios para el año 2006.

La buena novedad es que se comenzó a hablar dentro del Gobierno de una cuestión que se eludía, peligrosamente. La gran inversión privada será el desafío prioritario del año próximo. Las decisiones sobre los servicios públicos tienen un límite político, que es abril. Después, el país y el Gobierno se meterán, hasta octubre, en una orgía electoral.

(...) La Habana viene deslizando dos argumentos para retener a la médica. Uno es que el cerebro científico de Hilda Molina "es propiedad del Estado". Ningún cerebro es propiedad de ningún Estado. El otro es que Hilda Molina podría convertirse en el exterior en un referente de una transición posible de la Cuba poscastrista. Aunque fuera así, ¿dónde hay un delito ahí según los métodos de cualquier democracia occidental?

El canciller cubano, Felipe Pérez Roque, no le contestó ningún llamado a Bielsa en los últimos tres meses. Diplomáticos cubanos les han asegurado a colegas argentinos que el régimen cubano tiene una línea directa con Kirchner, que elude al canciller. Voceros del Presidente han dicho que se trata de una patraña.

Sería raro, al menos. Hace unos cinco meses, la senadora Cristina Kirchner planificó un viaje a La Habana, pero anticipó que se reuniría con Hilda Molina y con una asociación de esposas y madres de presos políticos. El gobierno cubano rechazó el planteo en términos "irreproducibles". Al final, la senadora no viajó. La diplomacia cubana trabaja, así, para dividir el frente interno argentino entre el Presidente y su canciller.

España es una carta débil, que también la Cancillería desconoce, si es que realmente existe. No habría mayor desaire para Kirchner que una eventual decisión de Castro de enviar a Hilda Molina a Madrid y no a Buenos Aires. (...)

(...) Cristina Kirchner le agradeció personalmente en Estados Unidos al ex presidente Carter y a Patricia Derian por sus activas gestiones para moderar a los militares argentinos en nombre de los derechos humanos. Al revés, Castro se negó siempre a condenar al régimen militar argentino en las Naciones Unidas.

Hilda Molina viajará a Buenos Aires, tarde o temprano. Seguramente será cerca de abril, cuando volverá a votarse en las Naciones Unidas sobre los derechos humanos en Cuba. Si nada cambiara hasta entonces, Kirchner no podrá hacer otra cosa que condenar a Cuba (...)".

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Nota completa:
http://www.lanacion.com.ar/opinion/Nota.asp?nota_id=666196

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Lo único realmente interesante del panorama político de Eduardo van der Kooy en el diario Clarín es su referencia a que el cuerpo de Néstor Kirchner tomó nota del fastidio que le provocó Hugo Moyano. ¿Qué quiere decir eso? ¿Hemorragias? ¿Transfusiones? ¿O sólo dolores? ¿Algún tratamiento especializado? Una lástima que Eduardo van der Kooy no sea más preciso y mantenga su información tabicada, en un evidente mensaje a 'alguien' que él sabe algo que el resto no sabe. Veamos en qué contexto lo dice:

"(...) Kirchner estuvo dos veces en cuatro días con los dirigentes de la CGT: y el apellido Menem no se pronunció una vez ni tampoco las peripecias de su vuelta. Los jefes del sindicalismo están tratando de habituarse a la nueva situación: el caudillo riojano los barrió de la política pero no los apartó de las prebendas; el Presidente intenta devolverles un protagonismo pero exige seguridades.

¿Cuáles? Que esos hombres sean capaces de contener el inevitable conflicto salarial pero que, a la vez, no atenten contra el hilado social que va construyendo el Gobierno con vista a las elecciones venideras. Por esa razón sucedió una fricción fuerte la semana pasada.

Uno de los secretarios cegetistas, José Lingeri, le reclamó a Kirchner por la posibilidad del reconocimiento legal de la CTA de Víctor De Gennaro como otra central obrera. No hubo lugar a meloneos: "Ustedes me pidieron la audiencia. ¿Para esto vinieron? Si es así, ahí está la puerta", les disparó el mandatario. Los sindicalistas torcieron de un golpe el rumbo del diálogo.

El Presidente no fue más cordial con Hugo Moyano. Ha depositado en el líder camionero la responsabilidad de una CGT que navegue en dos orillas: que no haga, desde luego, oposición pero que tampoco se desentienda de los problemas sociales que recrudecen a medida que nace otra etapa de la crisis.

Kirchner se encolerizó —y su cuerpo tuvo registro— por el modo de la protesta de los recolectores de basura que convirtió por una tarde a la Plaza de Mayo en un baldío. Los destinatarios de los reproches fueron dos: Moyano, por haber permitido el desborde, y Aníbal Ibarra, por no haber frenado a tiempo el conflicto. "Al cuarto día la gente empieza a creer que la culpa es del Gobierno", rezongó Kirchner (...)"

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Nota completa:
http://www.clarin.com/diario/2004/12/26/opinion/o-02701.htm

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