Efecto postsunami: Crean en Tailandia el mayor centro del mundo de identificación de cadáveres

Bajo la dirección del gobierno tailandés, y coordinado por la Interpol y las policías de 20 países, la localidad de Phuket se ha convertido en el mayor centro de identificación del mundo de restos humanos. Unas instalaciones que cuentan con los mayores avances tecnológicos para tratar de poner nombre a los más de 2.000 cadáveres que quedan por identificar tras el maremoto del sureste asiático.

Unos 60 expertos, procedentes de 20 países, trabajarán durante los próximos meses -nueve, según los cálculos del gobierno tailandés- para recoger muestras genéticas de los cadáveres sin identificar, así como de sus familiares cercanos, cuyos datos ya se han registrado en una inmensa base de datos que gestiona la Interpol, dado que muchos de los desaparecidos son turistas extranjeros que estaban en la zona en el momento del maremoto.

"Es la primera vez en la historia en que se ha puesto en marcha una operación integral de atención a los cadáveres y a sus familiares, y donde podemos trabajar con las mejores y más avanzadas tecnologías de todo el mundo", comentó a la prensa internacional el inspector de policía australiano Jeff Emery, que dirige desde ayer el Centro de Información e Identificación de Víctimas de la Catástrofe.

El Centro ocupa el tercer piso de lo que en su día fue la mayor compañía de telecomunicaciones del país en Phuket, y en ella los forenses trabajarán fundamentalmente con placas dentales, huellas digitales y muestras de ADN en los casos más complicados.

Las muestras genéticas tomadas en sus países de origen a las familias de los desaparecidos han comenzado a llegar a Tailandia. Además, los familiares también han remitido a los patólogos que trabajan en Phuket radiografías de sus seres queridos, informes dentales antiguos y completas descripciones corporales que puedan ayudar a su identificación.

"Si tenemos una correspondencia positiva entre una víctima y un dossier dental, no esperaremos a tener las huellas digitales, o las pruebas de ADN", agregó Emery, quien recalcó que tanto las autoridades como los responsables de Interpol quieren terminar el proceso de identificación "lo antes posible".

A pesar de ello, el procedimiento será ejecutado "con mucha seguridad. No podemos permitirnos ningún error en la identificación", aseguró el respondable del centro, que estima que los forenses tendrán trabajo "unos nueve meses" antes de poner nombre a todos los cadáveres: más de 2.000.

En el centro, que coordina la Interpol, se han puesto en práctica algunas de las técnicas más avanzadas del mundo, como la base de datos de personas desaparecidas puesta en marcha por la policía federal australiana, los programas de reconocimiento facial estadounidenses, o un sistema de identificación desarrollado por la policía danesa.

El equipo de cuatro forenses españoles también trabaja ya a las órdenes de Interpol, con la prioridad puesta en tratar de encontrar a los dos ciudadanos españoles que siguen desaparecidos en este país.

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