LA INCERTIDUMBRE LABORAL DE RECOLETOS

INTERFIERE EN LOS PLANES DE CASTELLANOS PARA RECOMPRAR EL GRUPO EDITORIAL

La plantilla del grupo editorial Recoletos afronta días de incertidumbre. Ayer fueron los trabajadores del diario deportivo Marca los que se manifestaron a las puertas de la sede corporativa, en el Paseo de la Castellana, por la última oleada de despidos que ha afectado a la redacción. Un paro simbólico de 15 minutos para hacer ver su oposición al nombramiento del nuevo director del periódico deportivo, Manuel Saucedo, y por las incógnitas que se abren sobre su futuro.

Este último incidente ha puesto en alerta a la dirección del grupo, con su presidente, Jaime Castellanos, a la cabeza, que ya en noviembre se enfrentó a paros simbólicos del área económica por la firma de un convenio colectivo. El ambiente hostil que se ha generado en las redacciones de las principales cabeceras del grupo no llega en buen momento, ahora que el equipo directivo, junto con Banesto y un grupo de inversores privados, está en plena recompra de la compañía, tras llegar antes a un acuerdo con Pearson, accionista mayoritario con un 79%.

Mientras el folleto de la OPA está pendiente de recibir todavía el visto bueno de la CNMV, desde donde aseguran que "la oferta está en estudio, dentro de los plazos habituales", Castellanos negocia durante estos días con distintos fondos de capital riesgo para que se sumen a la operación, como afirman fuentes próximas al editor. Pero los encuentros no son aún definitivos.

La búsqueda de más inversores para financiar la operación (cuyo volumen rondaría los 900 millones de euros) está todavía sin cerrar. De hecho, antes de acudir al private equity, el equipo de compradores sondeó a los grupos editoriales Vocento y Unedisa para pulsar su interés por adquirir una participación relevante en el nuevo mapa accionarial, como reconoce el ejecutivo de uno de estos medios.

Este proceso se está viendo afectado por el clima de hostilidad existente dentro del grupo, al que se suma al generado por la propia operación de recompra de Recoletos, presentada el pasado mes de diciembre, a un precio de 7,20 euros por acción, que no fue recibida con agrado ni por trabajadores ni por accionistas minoritarios. La compañía salió a Bolsa en octubre de 2000 a un precio de 12 euros/acción. Cuatro años después, el mismo equipo directivo que sacó el grupo a Bolsa pretende hacerse con ella... pero pagando un 40% menos.

Las incógnitas generadas por la presentación de la OPA han desembocado en un mar de especulaciones sobre el futuro de la compañía. "Aquí hasta las señoras de la limpieza tienen una versión de lo que puede ocurrir", afirman desde dentro de la compañía. "Todo lo que está sucediendo es muy raro, es una sensación generalizada de incertidumbre y está claro que a Recoletos no le conviene eso".

En este contexto, hoy sale a la calle el nuevo proyecto editorial de Recoletos. Se trata del diario gratuito Qué, con presencia en 12 de las mayores ciudades del país, una apuesta personal de Castellanos que, hasta ver la luz, ha sufrido distintos retrasos en el calendario. Los riesgos del lanzamiento, en dura competencia con los gratuitos 20 Minutos y Metro, totalmente implantados, han sido uno de los detonantes finales para que la matriz Pearson haya decidido romper su relación con Recoletos y vender su participación con pingües plusvalías (200 millones de euros).

Esta semana también estará de estreno la revista Actualidad Económica, que llegará a los quioscos con nuevo diseño y reestructuración de contenidos, tras los cambios efectuados en el staff y redacción vía recortes de personal, al que se ha reubicado en otras publicaciones del grupo, realizados este verano. La mala marcha continuada del semanario hace pensar que se trata de la última oportunidad para AE, antaño publicación de referencia de Recoletos.

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