Absurdo planteo piquetero contra Álvarez

¿Hay algun aliento extraoficial de funcionarios de la Casa Rosada y del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires a la movilización de los piqueteros -idiotas útiles de estos tiempos- contra Juan José Álvarez, en Plaza de Mayo?

POR EDGAR MAINHARD

Aníbal Ibarra se encuentra trastabillando hora tras hora. Sus carencias ejecutivas, además de intelectuales, quedaron expuestas con la tragedia de República Cromañón.

Dificilmente Ibarra y sus colaboradores más cercanos puedan convivir con las consecuencias judiciales de la corrupción existente en la habilitación y verificación de locales comerciales en la Ciudad de Buenos Aires.

La feria tribunalicia ya termina y habrá que ver cómo evoluciona todo.

¿Cómo puede explicarse, por ejemplo, que el hotel más exclusivo de la Ciudad, el de Alan Faena y sus socios rusos, no tenga una habilitación en regla, con distinguidos pasajeros que pagan un mínimo de US$ 300 la noche?

¿Es un 'perejil? quien acordó con Faena la ridícula habilitación provisoria que exhibieron sus empleados ante los funcionarios, o habrá que especular con ex funcionarios de más alto rango?

Es tan sólo uno de muchos casos, pero ¿compromete tan sólo a Ibarra y su equipo o también a funcionarios de la Casa Rosada aliados de Ibarra?

En cualquier caso, la renuncia de Ibarra no estaba en los planes de Néstor Kirchner, para quien los comicios más cercanos a la Casa Rosada ocurrirían en la provincia de Buenos Aires, no cruzando la Plaza de Mayo.

La posibilidad cierta de un derrumbe de Ibarra es tan cierta hoy día como la preocupación que provoca en Kirchner porque carece de un candidato propio con posibilidades de ganar. Alberto Fernández sería estropeado para siempre frente a Mauricio Macri. Kirchner ya no es el de 2003, cuando pudo remontar los 20 puntos que Ibarra estaba detrás de Macri, y ganarle en la 2da. vuelta al presidente de Boca Juniors, que no es una luminaria política, vale la pena destacarlo.

En este escenario irrumpió en escena Juan José Álvarez, un hábil y experimentado sobreviviente de la política justicialista bonaerense, que conoce los códigos de la Ciudad de Buenos Aires, y comenzó a aprovecharse de una situación provocada por Ibarra: la indolencia en los controles de los lugares públicos, que convierte a la opulenta Ciudad en un lugar donde es peligroso vivir, pese a los impuestos elevados que se pagan.

Álvarez no fue buscado por la Casa Rosada. Ni es querido por Ibarra. Tan sólo descendió en paracaidas entre el humo que salía de Cromañón, consolidó su posición y ahora le ha complicado la agonia al Frente Grande porteño.

La única respuesta a manos que imaginan sus detractores en el Gobierno nacional y en el de la Ciudad es lanzar hoy a los piqueteros en contra de Álvarez, sin comprender que esto le dará más fuerza al nuevo habitante porteño porque si hay personajes que los vecinos no toleran ya es el grupo de marginados piqueteros bonaerenses que cruzan los accesos a expresar su placer por el ocio ideologizado.

Así, algunos militantes del Movimiento de Trabajadores Desocupados y de la Corriente Clasista y Combativa propiciarán un escrache contra Alvarez, frente a la sede del Gobierno de la Ciudad, al cumplirse 31 meses de los asesinatos de los jóvenes piqueteros Darío Santillán y Maximiliano Kosteki.

No tiene nada que ver con lo que ocurre hoy día, pero allí estarán. Algunas semanas culpan por lo ocurrido aquella vez a Oscar Rodríguez, quien era el Nº2 de la Side; a veces a Alfredo Atanasof; hacía algún tiempo que no se recordaban de Álvarez.

La vez anterior que recordaron, Álvarez era el ministro de Seguridad bonaerense, y fue la Casa Rosada la que promovió la embestida porque quería ubicar al nada transparente León Carlos Arlslanián en el lugar de Álvarez.

¿Está ocurriendo algo similar hoy día? Es una buena pregunta.

Así, la denominada Comisión Independiente por el Juicio y Castigo a los Asesinos del Puente Pueyrredón cumplirá con los compromisos que le demandan sus habituales proveedores de planes jefas y jefes, bolsones de comida y otros mecanismos de la prebenda política cotidiana.

"Al cumplirse 31 meses de los crímenes de Kosteki y Santillán, marcharemos a las 13 desde Constitución hasta la sede del Gobierno porteño para pedir la renuncia de (Juan José) Alvarez por considerarlo uno de los principales responsables políticos de la masacre", informaron los piqueteros, para satisfacción de varios funcionarios municipales y nacionales.

Hay normas que deberían limitar, cuando no impedir esa protesta. Y va siendo hora que la Ciudad de Buenos Aires no acepte la presencia de esas turbas, que se reserve el derecho de admisión. Pero hoy hay guerra política en Plaza de Mayo. A prepararse. Pero la insólita protesta

** no le devolverá la vida a los casi 200 muertos en Cromañón,

** no impedirá el derrumbe de Ibarra,

** no hará más candidato al nada carismático Fernández,

** no impedirá el traspaso necesario de la Policía Federal y los Bomberos a la Ciudad,

** no revertirá la inseguridad de la Ciudad,

** no ocultará la crisis profunda que ha provocado el Frente Grande en la administración ciudadana.

No cambiará la realidad.

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U24, Ciudad de Buenos Aires, Argentina, 2005.

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