La letra chica preocupa a los acreedores estadounidenses

El secretario de Finanzas, Guillermo Nielsen, de gira para presentar la oferta argentina de canje de bonos en default debió responder ayer en Wall Street sobre el día después además de hacer frente a los cuestionamientos acerca de la cláusula de acreedor más favorecido.

"Estamos armando una estructura legal que evitará embargos por parte de los que queden afuera de la operación", indicó el secretario de Finanzas, Guillermo Nielsen al responder ayer en Wall Street al interrogante de un analista quien le preguntó sobre la posibilidad de que los pagos de los nuevos títulos sean captados por eventuales embargos.

La idea del Gobierno es instrumentar un fideicomiso con un banco internacional. Allí se estipulará que los fondos que integren el "trustee" tendrá como único destino el pago a los acreedores. Y al ser el fideicomiso un instrumento financiero del banco, quedaría aislado de posibles acciones judiciales.

Otro punto que buscaron profundizar los representantes de bancos de inversión de Wall Street fue si un eventual control de capitales -adicional o no al plazo mínimo de permanencia de 180 días vigente- alcanzaría a los acreedores que opten por los bonos en pesos. Nielsen dijo que todavía no se evaluó a fondo esa situación, según informa Nosis.

Los analistas también reclamaron precisiones sobre la cláusula de acreedor más favorecido. "Hay muchas dudas sobre la capacidad de que esa cláusula sea respetada. Los inversores no les creen", señaló al diario La Nación uno de los asistentes a las reuniones. Y agregó que Nielsen aclaró que esto no incluye aquellos pagos a acreedores que el país se vea obligado a hacer por vía judicial.

Además, en Wall Street existe preocupación por el denominado "efecto Venezuela", país que emitió bonos atados a la evolución del precio del petróleo y recientemente dejó de pagarlos aduciendo divergencias entre las cifras provistas por la petrolera PDVSA y la consultora encargada de fiscalizar.

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