Cromagnón, piqueteros, bienes, personas... (1)

A continuación un UR opina sobre la nota publicada con el título "Absurdo planteo piquetero contra Alvarez" y que lleva la firma de Edgar Mainhard:

Más allá de las consideraciones políticas (que, nobleza obliga, en su mayoría no comparto), hay un concepto en el final que resulta altamente preocupante, sobre todo si se pone, como en la nota de referencia, en el primer lugar de las conclusiones:
"Pero la insólita protesta no devolverá la vida a los doscientos muertos de Cromañón".
Vaya novedad. Tampoco el castigo judicial a cada homicida devuelve la vida al fallecido, y sin embargo en todo el mundo el homicidio está condenado. Siguiendo el razonamiento preclaro de Mainhard debería eliminarse del Código Penal toda referencia al homicidio, aunque, claro está, deben mantenerse las penas para quienes cometan delitos contra la propiedad: Porque en algunos de esos casos, sí se pueden recuperar los bienes obtenidos de manera ilegal.
Por lo cual, Mainhard, siempre novedoso, viene a proponer que los bienes están por sobre las personas. Aún a riesgo de que construya notas tediosas, cargadas de datos, sería interesante que planteara qué experiencias internacionales hay al respecto. Si son los países del primer mundo los que ponen los bienes por encima de las personas, si en algún país que elimine la figura de homicidio, ya que no devuelve la vida a los fallecidos, hay más seguridad jurídica que en el nuestro, o "todo dato que considere de interés", para continuar con el Código y sus procedimientos.
Se puede discutir si Alvarez es responsable de las muertes de Kosteki y Santillán. Se puede discutir si una marcha sirve a los efectos de endilgarle esa responsabilidad. Se puede discutir si es Fernández, Kirchner, Ibarra, Menem, Bush, Sadam, las FARC o el carnicero de la esquina quien envía a los piqueteros. También es posible discutir si estos grupos tienen una visión propia, y no son sólo manipulaciones de las figuras estelares de la política.
Pero hay dos cosas indiscutibles: la primera es que nada devolverá la vida ni a los doscientos muertos de Cromañón ni a cada uno de los muertos y la segunda es que, pese a eso es imprescindible que haya justicia, para los doscientos muertos de Cromañón, para Kosteki y Santillán, y para cada uno que no muere por causas naturales o accidentales.
Si fuera sicólogo me atrevería a afirmar que se trata de un fallido de Mainhard, a quien leyendo atentamente siempre pone los bienes por encima de las personas, o al menos de algunos. Pero no lo soy.
Psicóloga es Fizsbin, quien tenía a su cargo el control de los boliches como Cromañón. Hubiera sido mejor que siguiera trabajando sobre fallidos y otras yerbas.
Quizás se hubieran encontrado, diván de por medio, y nos hubieran ahorrado varias calenturas con ambos.

Juan Carlos Sallenave

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