Subtes: La incoherencia entre tarifas e inflación

Muchos economistas afirman que en marzo ocurrirá otra ola de reclamos salariales porque los precios no se estabilizan; en el caso de Metrovías el conflicto comenzó antes porque tiene arrastre. La cuestión ahora es si el resto del gremio UTA participará o no de la huelga. Si no ocurre eso, los delegados de Metrovías pueden debilitarse pero si se extiende el conflicto pueden fortalecerse. Hoy es un día importante al respecto.

POR GUILLERMO MÁRQUEZ

En el ambiente sindical se conoce que la conducción gremial de los trabajadores de Metrovías / Subterráneos se encuentra muy a la izquierda de la conducción de los choferes de ómnibus, la base tradicional de la Unión Tranviarios Automotor (UTA).

Por esto sorprende la solicitud de ayuda que los dirigentes sindicales en conflicto (los de Subterráneos y Premetro) le realizaron a Juan Manuel Palacios y el resto del gremio de transportistas de pasajeros.

Evidentemente, los sindicalistas de Subterráneos y Premetro advierten que sólo pueden ganar el conflicto si lo generalizan y especulan, inicialmente con UTA, y luego con los otros transportistas como los de cargas, de Hugo Moyano.

Esto supone ir demasiado lejos para un gobierno como el de Néstor Kirchner porque, aún cuando haya sido permisivo con algunos conflictos como el de los telefónicos, no aceptará una paralización del país (lo que ocurriría con la generalización del conflicto) por una cuestión de los Subterráneos de Buenos Aires.

Lo concreto es que hoy las 5 líneas de subterráneos y el Premetro quedaron paralizadas por 24 horas porque los trabajadores del sector, profundizaron el conflicto que mantienen con la empresa concesionaria de los Subterráneos y Premetro por un pedido de aumento salarial.

En verdad, la tensión tiene su origen en un pasado bastante anterior: cuando los sindicalistas embistieron contra Metrovías reclamando turnos de 6 horas, y lo hicieron en el intermedio entre la primera y segunda vuelta electoral en la Ciudad de Buenos Aires, para obligar a Néstor Ibarra a interceder en su favor ante Metrovías.

Para la empresa, la reducción del horario laboral siempre fue un costo que consideró mejora salarial indirecta, ¿cómo computarlo, de lo contrario? La reducción laboral no estaba en el contrato de concesión ni en la estructura tarifaria programada.

El tema no es menor porque se vincula con una actualización tarifaria pendiente en las empresas prestadoras de servicios públicos, que no se hizo para reprimir inflación. Pero como la inflación se ha producido, de todos modos, llegan los reclamos salariales que las empresas no pueden atender si no les mejoran las tarifas, lo que supone más inflación.

La macroeconomía es muy sencilla, pura lógica; el problema es cuando la complican los intereses microeconómicos que influyen sobre las políticas. En el caso de la postergación de aumentos tarifarios, muchas empresas se beneficiaron con la licuación de deuda que desencadenó la devaluación de enero de 2002, y este proceso de transferencia de riqueza se compensó, en parte, trabando el ajuste de tarifas. ¿Qué se hace ahora?

El Gobierno afirma que las empresas ya se normalizaron y están ganando dinero, pero el balance que presentó Metrovías dice todo lo contrario: sostiene que el ejercicio contable 2004 fue muy pobre por el problema persistente de descalce entre costos y tarifas.

Los sindicalistas se quejan que la empresa utiliza a los miles de usuarios del servicio en su contra. Pero ellos intentan utilizar al resto del sindicato en su favor, reclamando solidaridad con su causa.

En todo caso, lo que intenta Metrovías es que la conducción del paro pierda la noción del conflicto real, y cometa una exageración que provoque la intervención gubernamental.

Hasta ahora la actuación del Ministerio de Trabajo es muy formal. Los delegados de los trabajadores rechazaron por "provocativa" una propuesta de un aumento del 8% que hizo Metrovías, y dispusieron la paralización por 24 horas, sin que Trabajo opinara al respecto.

El Ministerio de Trabajo volvió a convocar a una audiencia para esta tarde a las 15:00 en el edificio de la avenida Callao 114, en la Dirección de Relaciones Laborales.

Los delegados Néstor Segovia y Roberto Pianelli indicaron que, a su criterio, el aumento debe ser del 53% sobre la masa salarial, además del pago de un plus del 2 por ciento por año de antigüedad.

Metrovías, entonces, le pregunta a las autoridades cuál aumento de tarifas van a permitirle, ¿o acaso detrás del conflicto hay otro intento más del Estado Nacional de cancelar una concesión, tal como ocurrió con el correo estatal y está ocurriendo con Aguas Argentinas?

Metrovías difundió un comunicado en el que sostuvo que "la oferta básicamente supone mejoras salariales del orden del 24% sobre el salario básico".

Y se ha plantado en su oferta. Ahora, Palacios tiene la palabra porque si interviene en favor de los trabajadores de la concesión luego tendrá que buscar una mejora equivalente para el resto de los trabajadores de UTA, y no es esa la política de Palacios con los dueños de ómnibus.

Sin duda que ésta es la especulación de la empresa, que siempre ha mantenido un buen diálogo con Palacios, más allá del conflicto. En cualquier caso, son vísperas de un marzo que será abundante en reclamos salariales ya que la inflación se detiene. Y esto pondrá a prueba a la política económica.

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