Festejos injustificados

POR GUSTAVO LAZZARI (*)

El presidente Kirchner celebró el final de las negociaciones por el canje de la deuda.

Festejó como lo hizo Rodríguez Saa cuando declaró el default. Quizás con un poco mas de mesura. Argentina parece una tribu cuyos caciques festejan estafar al resto del mundo.

El canje de la deuda fue festejado como si se tratara de una epopeya heroica. El presidente felicitó a sus funcionarios como el emperador que felicita a los gladiadores valientes y capaces.

Haciendo alarde de sus pronósticos Kirchner se mofó de los economistas como quien desahoga un resentimiento poco comprensible.

El canje de la deuda no merece festejarse ni arroja méritos a los funcionarios intervinientes. Felicitar a Lavagna y a su equipo es lo mismo que felicitar al malhechor que nos dice "la bolsa o la vida".
La palabra "éxito" no puede utilizarse en estas circunstancias. No es exitoso el resultado de una opción forzada, inevitable.

Los bonistas no fueron otra cosa que sujetos forzados por un gobierno dispuesto a no pagar, con toda la tradición de no haber pagado y con los mínimos deseos de hacerlo en el futuro.

La "bolsa o la vida" es similar a "un bono mediocre con quita a 40 años o nada". La opción es igual. Quien aceptó el canje es la misma persona que elige "la vida" ante la negociación impuesta a punta de pistola en cualquier esquina de Buenos Aires.

Los malhechores, al regreso de sus tropelías, no se animan a festejar lo que festeja el gobierno del presidente Kirchner. ¿Alguien puede imaginarse a un ladrón festejando que sus víctimas optaron por una de las dos opciones impuestas en la arbitraria negociación?.

¿Es un mérito de los malhechores conseguir un 100% de aceptación de sus propuestas de canjes?

Los gobiernos tienen mucho parecido con los ladrones privados Sin embargo, la gente suele condenar sólo a estos últimos y a la vez, tener contemplación con los primeros.

Seguramente, las encuestas mostraran mejores guarismos respecto de la imagen del presidente y su gobierno. (mucho mas las encuestas contratadas desde Balcarce 50 y difundidas a cambio de pautas publicitarias por los medios adictos).

Los bonistas no tuvieron opción. La clave de la aceptación canje es la firme convicción que el gobierno no quiere pagar sus compromisos. El canje se iba a aceptar de cualquier modo. La opción era nada por promesa de nada. El equipo económico no merece ser felicitado por semejante usurpación. Argentina no debe festejar ni sonreir por robarle el dinero a las personas de nuestro país o de otras latitudes.

El argumento de la "imposibilidad de pago" es una falacia que el gobierno (y toda la corporación política) quiere imponer para evitar ser racionales en el gasto público.

Hace unos meses, la televisión argentina difundió un reportaje a un joven delincuente que confesaba robar y matar para comprar droga. Sin embargo, cuando le preguntaron por sus hijos, contestó que a ellos le decía que "salía a trabajar" para ocultarles lo que realmente hacía. Increíblemente se emocionó y sintió vergüenza.

Sin querer, ese joven dio una lección a nuestro gobierno. Robar la propiedad de los demás es motivo de vergüenza no de festejos.

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(*) Fundación Atlas.

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