FT explica cuáles son las lecciones que tras el canje dejó la Argentina

El diario inglés Financial Times enumeró una serie de lecciones que "todos" necesitan aprender tras el cierre del canje de la deuda del gobierno argentino en default. "Prestarle a gobierno puede ser riesgoso, especialmente a aquellos que se merecen una reputación por ser imprudentes" es una de ellas y advertir que "el Fondo Monetario Internacional (FMI) le prestó la soga con la que la Argentina se ahorcó a sí misma" es otra de las lecciones de crucial importancia que otros casos deberán de ahora en más tener presentes.

Martín Wolf enumeró en el Financial Times una serie de lecciones que el mundo debe aprender tras finalizar el proceso del canje de los bonos argentinos en default.

La primera lección. Tal como explicara alguna vez Walter Wriston de Citibanck "Un país no entre en bancarrota, sus acreedores sí".

La segunda lección (que se desprende de la anterior). "Prestarle a gobierno puede ser riesgoso, especialmente a aquellos que se merecen una reputación por ser imprudentes". La ganancia y los riesgos son dos caras de la misma moneda, así que nadie debe sorprenderse o shockearse por el hecho de que un default siempre es posible.

La tercer lección. Tanto acreedores como deudores ahora advierten que nadie los rescatará de las consecuencias de ser insolventes. Los acreedores han perdido mucho y la Argentina ha descubierto que el Fondo Monetario Internacional (FMI) le prestó la soga con la que se ahorcó a sí misma. La ayuda externa que recibió la Argentina no aseguró a los acreedores de los políticos argentinos, sino que hizo que sus errores fuesen más dolorosos.

La cuarta lección. A pesar de que anunciar el default de un país puede ser costoso, más costoso puede ser no declararlo. Los costos que implica el default son obvios: una dolorosa crisis, la pérdida de reputación, mayores tasas de interés y un desarraigo financiero. Pero en el caso del gobierno del presidente Luiz Inacio Lula da Silva, quien pudo evitar el default, los acreedores pudieron advertir que se había ingresado en un círculo vicioso: se debilita la economía, los intereses aumentan y los créditos se debilitan.

La quinta lección. Una vez que el default se convierte en la opción "menos mala", el "óptimo" default se profundiza. Este default enfurece a sus acreedores, como lo ha hecho la Argentina. Los créditos dependen de la percepción de la voluntad y de la habilidad que tenga este país para pagar la deuda. Cuando un país ingresa en default su voluntad de pago se pone en duda entonces los tenedores de bonos se enfocan en la habilidad de pago que tenga un país. Con esta lógica no se puede explicar un default que no sea lo suficientemente crítico para poder luego mejorar su habilidad para efectuar el pago.

La sexta lección. La comunidad internacional en general y el FMI en particular necesitan repensar cuán será su acercamiento a la vida luego del default. Con el caso argentino ha surgido una gran pregunta en torno al rol que el Fondo ha tomado para guiar (o no) las negociaciones.

La séptima lección. Lo que necesita del Fondo un país cuando declara el default es su guía y no lo ha hecho con la Argentina.

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