S&P (1): La Argentina K se parece al Ecuador de Lucio Gutiérrez

La calificadora de riesgo Standard & Poor's (unidad de negocios de The McGraw-Hill, que tiene desde el semanario 'Business Week' hasta la editorial tradicional de libros especializados), presentó su análisis sobre la economía argentina que puede resumirse en dos conceptos: no hay recuperación sostenible sin inversión extranjera, y sin un largo plazo claro no hay inversión extranjera posible.

Standard & Poor's presentó su Media Road Show en el Faena Hotel & Resort, de Puerto Madero, escenario en extremo confortable para hablar de economías en peligro.

Una importante convocatoria de prensa en el Día Internacional de la Libertad de Prensa. Llegados desde New York City, David Beers, Jane Eddy y Sebastián Briozzo. Luego, la 'country manager' Marta Castelli.

El discurso de S&P ya había sido anticipado, de alguna manera, por la entrevista a Jane Eddy que publicó Pablo Wende en el diario 'Ámbito Financiero', en la mañana de hoy. En todo caso, lo que permitió el encuentro fue ampliar una perspectiva complicada para una sociedad que demora demasiado en modificar su comprensión del mundo global y de sus estándares.

Quedó sin responder la pregunta más importante, que la hizo Claudio Chiaruttini: "En el análisis de riesgo argentino, ¿incluyó S&P la posibilidad de un nuevo default financiero del Estado?"

Nota al pie: la pregunta de Horacio Embón, en un encuentro sobre calificación de deuda, acerca de cómo afecta la corrupción (un supuesto) al crecimiento (un dato aritmético), permitió corroborar la Teoría de Doman: "Inevitablemente, a una pregunta mediocre, le sigue una respuesta equivalente".

La pregunta era lógica porque Jane Eddy mencionó que, pese a la reestructuración de la deuda, las obligaciones son muy elevadas en términos de PBI, y esto provoca cierta incertidumbre.

David Beers explicó que de 107 emisiones de deuda soberana emergente que califica S&P, 15 pueden obtener una recalificación positiva, en breve; y 5 una recalificación negativa. En principio esto demuestra que la coyuntura financiera global es favorable.

¿Qué países emergentes pueden obtener una recalificación positiva?

Bahrain, Bulgaria, China, Eslovaquia, Indonesia, Lituania, Macedonia, Montserrat, Marruecos, Mozambique, Rumania, Papua / Nueva Guinea, Polonia, Qatar, y Trinidad y Tobago.

¿Qué países emergentes pueden obtener una recalificación negativa?

Belice, Costa Rica, Ecuador, Portugal y Taiwan.

3 de los 5 son latinoamericanos.

Sebastian Briozzo habló de la volatilidad extrema de las economías latinoamericanas, demasiado pendientes de los ciclos de precios de los 'commodities', variable que no controlan esos países.

Briozzo realizó una comparación de qué ocurrió en los países que estuvieron en 'default' en los 5 años posteriores a salir del incumplimiento. A todos les resultó complicado cobrar impuestos, los gastos primarios aumentaron, los procesos de inversión se complicaron.

Una idea que quedó -aunque Briozzo no la explicitó- fue que la renegociación vía 'Plan Brady' dejó a la Argentina mejor preparada para el crecimiento que la actual, pero ya se verá...

Jane Eddy explicó que para S&P, toda deuda soberana calificada desde BBB a AAA es aceptable. Toda deuda soberana calificada desde BB a CCC está complicada.

La calificación actual de la deuda argentina es B-, eso es negativo.

Es una calificación similar a la que tiene Ecuador, un país que acaba de sufrir una ruptura institucional, con un golpe de Estado contra Lucio Gutiérrez, un Presidente elegido por el voto popular, más allá de sus excesos institucionales.

De todos modos, cabe destacar que en las calificaciones de S&P se utilizó el supuesto de continuidad institucional sin dificultades de Néstor Kirchner. O sea que sin peligro institucional, la Argentina se encuentra con una calificación equivalente a la de Ecuador.

Un problema enorme es la relación entre la deuda y el PBI, en 71% y luego de la reestructuración, que aún tiene pendiente una cantidad de instancias judiciales.

Luego, si bien la deuda reestructurada sólo prevé llevarse el 13% de los ingresos, cuando se le agregan las obligaciones por la nueva deuda y los pasivos contingentes varios (y considerando la posibilidad de que un acuerdo con el FMI no permita reestructurar todos los vencimientos con ese organismo multilateral), el superávit fiscal primario se encuentra en riesgo, aún cuando en 2004 haya sido de 4,5% del PBI y ahora ronde el 4%.

Pero no hay un margen político-social para aumentar los impuestos, y sí una creciente demanda de reducción de tributos, al menos de los más regresivos, que son los derechos a las exportaciones y el gravámen sobre los débitos bancarios.

Con un Estado cobrando elevados impuestos a las empresas que los pagan, es inverosímil pretender que ellas colaboren mucho en la lucha contra el desempleo.

Hay que considerar que es un año electoral y que es probable hablar de un intento de reelección en 2007, lo que supone, durante 2006, una permanente búsqueda renovada de plebiscitar la imagen del Presidente. Todo eso preanuncia demandas sociales de parte de los trabajadores públicos y del 50% de la población que se encuentra viviendo por debajo de la linea de pobreza.

¿Cómo no hablar de incertidumbre en la economía argentina?

De todos modos, la economía argentina es más rica que la de Ecuador, y su capital humano es superior, pero a la hora de hablar de crecimiento lo que debe evaluar es el ahorro nacional en términos de PBI.

En la Argentina ya no es tan bajo como en 2002, cuando llegó a 14% pero hoy ronda entre 18% y 19%.

¿Cuánto es en Rusia, paíse que salió del 'default' y en 3 años logró el 'investment grade'? 32%.

¿Cómo hace la Argentina para cubrir la diferencia?

Reflexión de U24: Solamente con capital extranjero pero ¿cómo se logra en una sociedad a la que hoy parece agradarle toda prédica contra el capital extranjero?

El gasto público, los precios de los 'commodities' y el acceso a los capitales extranjeros marcan los ciclos de la economía argentina que, junto a la de Venezuela, son históricamente las más volátiles de Sudamérica.

Entonces, Marta Castelli cerró el encuentro:

> La economía argentina se recuperó pero no tiene asegurado el crecimiento a mediano plazo.

> El crecimiento sigue vinculado a la exportación de 'commodities', cuyos precios no controla, no volverán a subir como en el pasado reciente y bien pueden mantenerse en el nivel presente.

> Las limitaciones que tiene el crecimiento restringen el horizonte del consumo interno.

> Las reformas estructurales pendientes limitan el arribo de inversiones, y a su vez esto cuestiona todo crecimiento sostenible.

> Atraer a la inversión extranjera es el gran desafío. Haber demorado tanto en resolver las cuestiones pendientes con las empresas de servicios públicos, fue un grave error.

> No habrá inversión extranjera si no hay reglas claras del retorno de la inversión a largo plazo. La coyuntura ya no atrae si es con alto riesgo porque hay otras posibilidades en el mundo global.

> La economía argentina no tiene disponibilidad de financiamiento propio a largo plazo.

> La infraestructura disponible es la que se consiguió durante los '90 y hace 4 años que no hay inversiones, por lo que debe ejecutarse alguna acción de inmediato, especialmente en lo que hace a la energía.

> No se esperan cambios importantes en el futuro inmediato.

> Aún se encuentra pendiente la reestructuración del sistema bancario (hay que resolver el descalce de las tasas si aumentan los costos del fondeo, las compensaciones a bancos, mejorar aún más la solvencia del sistema y expandir la recuperación del crédito a otros segmentos).

En fin, está muy claro hacia dónde hay que ir. Pero esto no coincide con muchos de los anhelos y de las decisiones gubernamentales. Por suerte ahora ya no lo dice U24, también S&P. Fue lo más importante del encuentro.

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