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La dueña de una minera australiana podría convertirse en la persona más rica del mundo

Gina Rinehart, dueña de la minera australiana Hancock Prospecting, podría convertirse pronto en la persona más rica del mundo, por encima del mexicano Carlos Slim y otros magnates del planeta. El crecimiento de China ha dado a esta australiana (única dueña de la minera) un empujón sideral en la acumulación de patrimonio.

Durante algún tiempo Carlos Slim y Bill Gates se disputaron el privilegio de ser la persona más rica del mundo. La competencia se mantuvo hasta el año pasado, cuando Slim, cuyas empresas en México tocan casi cualquier aspecto de la vida cotidiana, fue designado por Forbes como el millonario número uno del planeta.

Se trata de Gina Rinehart, una australiana de 57 años, propietaria de la compañía minera Hancock Prospecting que heredó de su padre prácticamente en bancarrota y la cual ahora, veinte años después, podría hacer de ella la mujer con más dinero en el mundo.

Como retorcido cuento de hadas financiero, Reinhart se hizo de la compañía de su padre luego de una lucha legal con su madrastra, Rose Porteous, quien se casó con su entonces jefe cuarenta años mayor que ella, cuando tenía 36 y él 76. Aunque Langley George Hancock murió por una enfermedad cardíaca, su hija Gina pidió que se investigara judicialmente el caso por considerar sospechoso el deceso.

Durante las pesquisas algunos testigos acusaron a la viuda de estresar continuamente a Hancock, montándole escenas y berrinches por dinero que eventualmente le causaron la muerte; también se dijo que Ms. Porteous suplicó a un tal Julian Teodoro que le ayudara a matar a su cónyuge. Pero al final se determinó que Hancock había muerto de causas naturales en las que su viuda, casada ya con un amigo cercano del difunto, nada tuvo que ver. En cuanto a Gina, ella quedó con el control total de la compañía paterna.

Aunque la riqueza de Hancock Prospecting se remonta al lucky strike en que Langley George descubrió el depósito más grande de mineral de hierro en el mundo en el oeste de Australia, lo cierto es que la fortuna actual de Reinhart se debe sobre todo al sorprendente y al parecer imparable desarrollo que China ha experimentado en los últimos años.

Eso y que, en oposición a la práctica habitual, Reinhart es la propietaria única de la compañía: con nadie comparte las acciones de Hancock Prospecting (rasgo que algo podría decir de su carácter y personalidad).

Así que, si los pronósticos se cumplen, esta carrera por ser la persona más rica del mundo pronto mostrará un nuevo y casi desconocido rostro ganador.

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