Un pasado muy pesado: "Los Jóvenes K sólo buscarían llevar agua para su molino"

Nicolás Trotta es el fiel expositor de lo que hoy en día se conoce como la nueva juventud kirchnerista, o simplemente "Jóvenes K". Se muestra como un fiel seguidor del Presidente, apoyando todo tipo de políticas "progresistas" para y por el bien de la Nación. Sin embargo, según publica hoy la Agencia Nova, "su historia no sería como la de Heidi corriendo por la pradera, sino algo peor".

Nicolás Trotta es un fiel expositor de "la nueva juventud kirchnerista", o simplemente "Jóvenes K". Se muestra como un fiel seguidor del Presidente, pero su historia no parece ser la de Heidi corriendo por la pradera, sino algo peor, según informa la Agencia Nova. A continuación, la nota:

En su momento, tanto Trotta como sus laderos Federico Saravia (hijo de la ex interventora del PAMI, la menemista Matilde Menéndez) y Sebastián Pilatti, habrían apostado sus cartas a "llegar alto". Para lograrlo habrían jugado políticamente con todos los que creían tenían posibilidades en 2003: Trotta se alineó a Kirchner, Saravia al inefable Carlos Saúl y Pilatti con el puntano Adolfo Rodríguez Saá. De ese modo, el que llegase, repartiría cargos a los demás. Hoy, todos están en el Gobierno.

En septiembre de 2004, al ganar Néstor Kirchner, Trotta quedó en un principio como Director Nacional de la Juventud. Acto seguido, los que quedaron afuera comenzaron a ser nombrados: Pilatti en la Dirección de Juventud de la Ciudad de Buenos Aires, y Saravia en el Ministerio de Economía.

* La platita, la platita...

El "joven prominente" siempre trabajó para el menemismo: a los 18 años fue funcionario del PAMI, ocupando un lugar en el área de Probienestar, y cuyo contrato rondaba los $900 limpios.

Hoy, según diversos testimonios certificatorios, estaría manejando 47 contratos de trabajo de varias categorías, los que irían de los $600 a los $5.000 cada uno. Asimismo, y dentro de la Jefatura de Gabinete de la Nación, poseería 9 contratos y algunos otros "desparramados" en áreas como Migraciones y Registro Nacional de las Personas.

En total, Trotta estaría cobrando $10.000 por mes (y en blanco), producto de un contrato de planta transitoria en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires (recinto al que nunca concurre), por la suma de $2.281; un contrato a partir del 11/12/03 en la Secretaría de Descentralización del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (tampoco va nunca), por una suma superior a los $3.000, y una designación en la Dirección Nacional de la Función Pública, ocupando la titularidad de la Escuela de Gobierno en la Jefatura de Gabinete de la Nación, cuyo sueldo es desconocido.

Estas cuestiones implicarían una grave falta, puesto que de acuerdo con la Ley 471 de Relaciones Laborales en la Administración Pública de la Ciudad, promulgada en 2000, se establece que "el desempeño de un cargo en el Gobierno porteño es incompatible con el ejercicio de cualquier otro remunerado en la ciudad, así como en el orden nacional, provincial o municipal".

"El ‘joven K’ dio sus primeros pasos en la política grande de la mano de Gustavo Béliz, y es estudiante de Derecho de la Universidad de Belgrano, carrera que aún no culminó".

* Las conexiones militares

La incompatibilidad de las historias de Trotta y sus amigotes con las políticas esgrimidas y llevadas adelante por el Gobierno nacional no terminarían allí. El joven prometedor vendría de un reducto que nada tiene que ver con Kirchner: su familia posee directos contactos con las más altas cúpulas castrenses.

Fernando Cativa Tolosa (ex teniente coronel del Ejército) fue su tío-abuelo. Decimos fue, porque murió en lo que su familia y el propio Nicolás llamaron la "guerra contra la subversión". Tan alto era el rango que ocupaba, que incluso se lo mencionó como uno de los probables presidentes de facto que la Junta Militar de Comandantes designó en el interregno 1976-1983.

De acuerdo a lo mencionado por fuentes altamente calificadas, tanto los Cativa (apellido históricamente ligado a las Fuerzas Armadas), como los Trotta, se ¿habrían pasado? sus días de charlas y conversaciones íntimas reivindicando el accionar militar durante ese período de tiempo, y la salvación nacional que su llegada al poder le habría ofrendado al país.

Asimismo, el desprecio por todos los movimientos peronistas, izquierdistas o lo que fuere no militar, eran moneda corriente y casi rutina diaria de las reuniones familiares.

Por si esto fuera poco, la adoración y sobredimensión a la década menemista no faltaba nunca en esos "meetings" castrenses.

Dicho todo esto, y sabiendo que con seguridad Néstor Kirchner no posee conocimiento de estos "asuntos", ¿cuánto durará el joven prominente en el armado político del Presidente? Algunos auguran que si sigue en este rumbo, "sin dudas va a terminar ocupando un alto cargo ejecutivo o legislativo", ¿será así?

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