EL ZAR TUCUMANO (CAPÍTULO 4).

Alperovich, radiografía de un gobernador millonario

Urgente24 presenta el 4to. Capítulo de 'El Zar Tucumano', biografía no autorizada del gobernador de Tucumán, José Alperovich, escrita por los periodistas, Nicolás Balinotti y José Sbrocco y censurada en esa provincia, donde no se permite su comercialización. En esta entrega, la fortuna de un empresario polifuncional, capaz de vender, en una misma tarde, un auto, un inmueble, miles de toneladas de soja y una noche de hotel.

Ya fue publicado
 
 
 
 
 
por NICOLAS BALINOTTI y JOSE SBROCCO
 
Capítulo IV
 
La radiografía de la riqueza. La fortuna de un empresario polifuncional, capaz de venderte en una misma tarde un auto, un inmueble, miles de toneladas de soja y una noche de hotel. Cómo pasar de una concesionaria a la gobernación.

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“Está sentado arriba de una montaña de dólares”
 
La sentencia cayó de la boca de un incondicional: “La fortuna de Alperovich es incalculable. Está sentado arriba de una montaña de dólares”. La misma fuente, quien conoce como nadie la economía del gobernador, agregó: “Tiene para solventar a cuatro o a cinco generaciones”.
 
Concesionarias de autos, camiones y maquinaria agrícola; empresas constructoras, inmobiliarias y financieras; hoteles, inmuebles y medios de comunicación; productor de soja, ganado y exportador citrícola son el epítome de una cadena de rubros que hacen a la riqueza de José Alperovich.
 
Afirmar que cultivó su fortuna desde su desembarco en la función pública sería una suerte de verdad a medias. Sí, desde su ingreso en el mundo político, en 1995, este empresario de pura cepa multiplicó su patrimonio, amplió sus negocios privados y desarrolló un multifacético imperio que amenaza con no detener su crecimiento.
 
— Decile al Mago que se desvíe que lo voy a ir a visitar a mi viejo, ordenó José Alperovich a uno de sus secretarios durante una de las habituales recorridas en la combi del gobernador.
 
Como casi todos los días de 2010, Alperovich se impone un alto para visitar a León, su padre, que con 84 años yace enfermo en su domicilio de la calle Moreno. 
 
La pausa es válida en cualquier momento de la jornada. Aunque al gobernador le agrada que sea a media mañana, después de la informal reunión de gabinete en su residencia y previo a entrar en funciones en la Casa de Gobierno.
 
Suele ser una visita veloz, quizás de apenas 15 minutos. Mientras que Alperovich saluda a su padre, el resto del gabinete aguarda dentro de la combi, a veces ambientada simpáticamente con la música de Daniel, alias “El Mago”, el chofer del jefe provincial. 
Los sábados, Alperovich y sus hermanos suelen pasar la tarde en la casa paterna, como una remake de los tiempos de empresario, cuando se reunían a compartir unos mates y conversar sobre las empresas del grupo antes de iniciar la jornada laboral.

León Alperovich echó raíces en Tucumán cuando tenía 22 años. De origen lituano, llegó a la provincia después de haber peregrinado por Las Palmeras, un pueblo santafecino cercano a Ceres y a unos 75 kilómetros de Rafaela.
 
León abandonó su hogar desde joven, peleado con su padre por un problema doméstico. “O matás ese animal, o te vas de la casa”, lo ultimó su padre.
 
León, fiel a sus convicciones, ya que había criado a ese potrillo y tenía una amorosa debilidad por los animales, desobedeció a su padre y buscó refugio en un tambo cercano. Luego trabajó de distintos oficios en la zona. Entre otras cosas, León se dedicó a la venta ambulante de pescados junto con su amigo Salomón Rojkés. Como una ironía del destino, los hijos de ambos, unos 30 años después, se casaron y son hoy el matrimonio tucumano más poderoso.
 
El desembarco de León en Tucumán fue el 18 de marzo de 1948. Se instaló inicialmente en la ciudad de Concepción, al sur, pero al año siguiente se mudó a la capital, según se precisa en la investigación "León Alperovich. Trayectoria y obra de un pionero", producida por Elisa Cohen de Chervonagura y Guido Mossé. 
  
“León fue ingenioso en los negocios. Era duro negociar con él. Creció de la nada a tener una fortuna que hoy ostentan los hijos y los nietos, y que tiene como objetivo seguir creciendo”, describió Jaime Salamon, el presidente de la Kehilá (comunidad judía) de Tucumán.
 
Humilde y trabajador, León construyó a fuerza de voluntad su perfil empresario. Sus logros no fueron un regalo, sino que fueron la conquista a la que le precede un historial de sacrificios. De vendedor ambulante y comerciante textil, le dio origen a la concesionaria de autos, devenida hoy en una empresa familiar que diversificó su oferta mucho más allá de los vehículos.
 
León Alperovich inauguró en 1960 la primera concesionaria, que por entonces comercializaba únicamente vehículos Dodge. Se lo solía ver en la construcción del local siguiendo de cerca la evolución de la obra, pese a los dolores de espaldas que lo aquejaban.
 
Siempre se preocupó para que sus hijos tomaran la posta. Desde que eran jóvenes les predicó el legado empresarial. Tanto es así, que intercedió en persona ante Antonio Domingo Bussi para evitar que su hijo José, a los 21 años, fuera parte del servicio militar, por entonces obligatorio, según recordó la historiadora Marta Ezcurra, vieja amiga y ex vecina del padre del gobernador. Esto sucedió en 1976, en plena dictadura militar, con el general Bussi a cargo de la gobernación. Ya por esa época, León comenzaba a delegar trabajo en sus hijos, como una suerte de adoctrinamiento.
 
Ubicó a José al mando de la concesionaria mientras él se dedicaba al nuevo rubro: el Hotel República. A León se lo veía barrer la vereda del edificio por las tardes y, a veces, cargar de frutas y verduras el auto para abastecer el bar del hotel. No confiaba en sus empleados. Yendo él mismo a hacer las compras se aseguraba de conseguir el mejor precio y, sobretodo, que los empleados no se quedaran con los vueltos. Le gustaba estar en todos los detalles. Controlaba todo.
 
“Mi padre es una persona muy inteligente. Tuvo una crianza muy difícil y creció por la dedicación al trabajo y por la honestidad, que es lo que nos inculcó siempre”, dijo Sara Alperovich, hermana del gobernador.
 
León no tardó en volver a la concesionaria, al ver que su hijo dividía su tiempo en atender la empresa familiar y sus primeros pasos en la política. León se mantuvo firme para no desviar el objetivo del grupo económico más importante de la provincia.
 
José Alperovich heredó de su padre la habilidad para los negocios. “Es rico porque su papá es rico. En tiempos del corralito y el corralón se hablaba que tenía sumas millonarias en dólares en plazo fijo en el Banco Empresario y de algunas centenas de departamentos en San Miguel de Tucumán. El papá hizo una fortuna importante y no me consta que él la haya incrementado”, comentó el diputado nacional oficialista Alfredo Carlos Dato, ex presidente de la Corte Suprema de la provincia.
 
Salamon, en cambio, se permitió la duda sobre el incremento del patrimonio. “Seguramente la fortuna creció desde que está en el gobierno. Pero no fue solamente por eso. La familia se planteó un objetivo: crecer. Por eso venden todas las marcas de autos, o te das vuelta y te ofrecen un departamento o un campo”, planteó el prosecretario de la Delegación de Asociaciones Israelitas (DAIA) y referente de la comunidad en Tucumán. 
 
La astucia empresarial de la familia Alperovich se reflejó en 2008, cuando el mundo fue sacudido por una crisis económica que decretó la quiebra de varios gigantes, como Lehman Brothers, la compañía americana de servicios financieros que lucía imbatible en Wall Street. 
 
En octubre de ese año, el ex titular del Banco Central, Martín Redrado, enfrentado con el kirchnerismo, dio a conocer un listado de personas y empresas que habían comprado dólares a montones como un rapto especulativo por la crisis que amenazaba con acentuarse. En las anotaciones de Redrado figuraban los inversores Néstor Kirchner, Daniel Scioli y Alberto Rodríguez Saá, entre otros. También aparecían el Gobierno de Tucumán y León Alperovich, que habían comprado 1.944.327 y 2.000.000 de dólares, respectivamente, según publicó el semanario Perfil .

El Banco Noar: un mal recuerdo
 
A comienzos de los '90, José Alperovich se desempeñaba como director del Banco Noar, aunque también observaba de cerca y con cautela los negocios familiares. 
 
El Noar era un banco regional y cooperativista que estaba integrado en su mayoría por representantes de la comunidad judía. “Era un privilegio ocupar el sillón del banco por los contactos que te daba”, recordó Jorge Gassenbauer, actual ministro de Desarrollo Productivo y por entonces integrante de la mesa chica del Noar. 
 
Elegido a través de una asamblea de representantes, Alperovich fue director entre 1991 y 1995, cuando el banco fue absorbido por el Banco Mayo a causa de la “falta de liquidez” y la “fuga de depósitos”.

“El banco se cerró con buen tino. Era un gigante con pies de plomo que tenía poco patrimonio. La caída fue consecuencia del sistema bancario de esa época”, explicó Gassenbauer.
 
Por aquellos años la crisis de México, conocida como “efecto tequila”, fue la causante madre del derrumbe de la política cambiaria en la Argentina. Esto perjudicó al Noar, según las autoridades.

“El Noar nunca fue un gigante. No tenía fuerzas propias para afrontar los retiros de los depósitos ni para seguir si es que el Banco Mayo no lo tomaba. Ningún banco aguantaba. El Mayo, que era el más grande, perdió el 55 por ciento de sus depósitos en 40 días”, señaló un ex directivo del Mayo que negoció con Alperovich la fusión de los bancos. 
 
En el ejercicio de Memoria y Balance de1994/95 del Banco Mayo se bajó en tinta la oficialización de la compra de los activos, pasivos y personal del Noar. Es decir, se concretó la fusión. Por entonces, el Mayo había absorbido a 28 bancas regionales en todo el país, entre ellas, al Provencor (Córdoba) y Cooperativo (La Plata). 
 
El cierre del Banco Noar provocó un tembladeral financiero en un sector de la provincia. “La caída fue un caos para la comunidad judía. La gestión de Alperovich fue normal. Todas las bancas judías cayeron al mismo tiempo. No me consta de que hayan habido movimientos raros”, manifestó Salamon, quien aún conserva un trato cotidiano con la mayoría de los ex ahorristas del Noar. 
 
Sin embargo, la abogada Patricia García Moscoff, en representación de los damnificados de la entidad bancaria, denunció en 1998 ante la Fiscalía II, a cargo de Carlos Ramón Albaca, al consejo directivo del Noar por presunto delito de estafa, quiebra fraudulenta, asociación ilícita, abuso de autoridad, incumplimiento de funcionario público y maniobras tendientes a licuar las acciones.
 
“Todo el mundo que tenía el dinero ahí cobró hasta el último centavo. Es imposible de que haya habido una causa en trámite porque al Banco Mayo nunca llegó una queja o un problema. El Noar cayó en 1995 y desde ese tiempo hasta el cierre del Mayo, en 1998, nunca hubo nada raro. Lo que más me llamó la atención fue un crédito de seis millones de pesos a una empresa de electrodomésticos”, sostuvo un ex directivo del Banco Mayo que siguió de cerca la negociación con la entidad tucumana.
 
La acusación de García Moscoff refería a unos 117 millones de pesos en acciones que se habrían licuado del Banco Noar y que salpicaba tanto a Alperovich como al resto de las autoridades de la entidad, entre los que estaban Gassenbauer y Carlos Rojkés, cuñado del gobernador. 
 
Una fuente que conoce el trasfondo de la causa desestimó la imputación. “El Mayo, que era el gigante que había fusionado a los bancos cooperativos, no alcanzaba los 115 millones en depósitos. Así que me parece que por más que revuelvan, no van a encontrar nada”, dijo. 
 
La denuncia de García Moscoff se desvaneció ante la falta de impulso que le dio el fiscal Albaca, aunque la gestión de Alperovich en el desaparecido Banco Noar no pasó de inadvertida.
 
— Martita, creo que voy a volver a ir seguido a la agencia porque si José la agarra, corremos riesgo de que la funda, le comentó León Alperovich a su vecina Marta Ezcurra en una de las habituales charlas en la vereda de la calle San Lorenzo, próxima a la concesionaria familiar. 
 
Así fue que León Alperovich retomó su actividad empresarial hasta que una enfermedad le dijo basta. Intentó en vano oponerse al desembarco de José en el mundo político. León no quería que se metiera en la función pública por temor a desproteger la fortuna familiar y desatender las empresas. Tampoco le agradaba porque observaba con desconfianza el contexto, al que llegó a considerar como un mundo subterráneo y deshonesto. Veía a los políticos desprestigiados y no quería eso para su hijo. “Lo intentó proteger como todo padre a su hijo. No quería que saliera lastimado”, aclaró Sara Alperovich.
 
A modo de homenaje, quizás, Sara, convocó a la doctora en Letras Elisa Cohen de Chervonagura para escribir una biografía sobre León Alperovich, el verdadero originario de la riqueza familiar.
 
La copia única del libro, que sería de unas 50 páginas, fue entregada a Naum, el más chico de los tres hermanos que tiene el gobernador. La obra aún no se editó ni se publicó. Tampoco hubo reproducciones. Nadie sabe bien por qué. Es todavía un enigma.

El patrimonio, bajo la lupa
 
A José Alperovich se le achaca que su patrimonio se fue a las nubes desde que desembarcó en la función pública. Una serie de emprendimientos a partir de 1995, cuando asumió como legislador provincial, comprueba que fue así.
 
El ex diputado nacional Exequiel Avila Gallo tomó nota del incremento del patrimonio del gobernador y lo denunció ante la Justicia. El expediente 1543/09 ingresó a la Fiscalía de la 5a Nominación el 22 de mayo de 2009. Nunca avanzó: la causa sigue ahí, intacta, bajo el título “Alperovich José Jorge s/enriquecimiento ilícito”.
 
Al menos, Avila Gallo consiguió que el gobernador hiciera público algunos de sus negocios personales. “Mis cosas son transparentes, no tengo nada que esconder. Mi patrimonio es conocido por todos, saben que tengo packing, campo, hoteles, tengo de todo, que vean, mi patrimonio es de lo más normal”, se defendió Alperovich ante una nube de micrófonos.
 
Un tiempo antes, en 2006, el gobernador confesó en una entrevista con el diario La Nación que era millonario, pero que no podía disfrutar de su riqueza. “Tengo mucha plata por mis empresas y mis negocios, pero no la puedo disfrutar”, dijo en la edición  del 29 de agosto de 2006. 
    
Cuentan que en la primera declaración pública sobre su patrimonio, cuando era legislador provincial, Alperovich manifestó tener únicamente “un viejo automóvil” y omitió mencionar ser propietario de inmuebles y decir que era integrante de sociedades anónimas.
 
Las declaraciones juradas fueron siempre un dolor de cabeza para el gobernador y su esposa. En 2002, previo a llegar a la Casa de Gobierno, Alperovich era senador nacional. A partir de entonces, su fortuna comenzó a hacerse más pública, aunque no para tanto. Ese año, el entonces senador justicialista por Tucumán había declarado dos propiedades en la provincia por el total de 282 mil pesos; un automóvil por $19.000; bienes del hogar por $23.866; títulos y participaciones en sociedades en el país o en el extranjero por el total de $3.261.309, y dinero en efectivo: 450.000 dólares.
 
Curiosamente, al año siguiente, el empresario automotriz declaró ante el mismo recinto no tener vehículos, además de haber variado mínimamente algunas cifras de los anteriores ingresos enumerados.   
  
En 2011, en el mismo Congreso de la Nación, Beatriz Rojkés de Alperovich acaparó todas las miradas tras una investigación periodística que la ubicaba como una de las senadoras más ricas de la Cámara, con $20.627.274. La senadora consignó, además, depósitos bancarios y dinero en efectivo por casi cinco millones de pesos. La mayoría del patrimonio declarado por Rojkés está en acciones de León Alperovich de Tucumán SA, una concesionaria de autos que si bien lleva el nombre del padre del gobernador, es el jefe provincial el mayor accionista desde junio de 1997, cuando se quedó con el 88 por ciento del paquete accionario. En su declaración jurada de la Cámara Alta, Rojkés de Alperovich omitió los datos patrimoniales de su marido.
 
Pese a los insistentes pedidos de los pocos opositores con bancas en la Legislatura, en Tucumán nunca se sancionó una ley para que los funcionarios presenten su declaración jurada de bienes.
 
El directorio de la empresa León Alperovich de Tucumán SA está integrado por su presidenta Beatriz Rojkés de Alperovich, y vicepresidenta, la hija del matrimonio, Mariana Alperovich. El director titular, Gabriel Alperovich, el hijo mayor de la pareja. El síndico titular es Raúl Fernando Estofán, hermano del presidente de la Corte suprema de la provincia y el suplente es el contador José Luis Romero.
 
Pero el gobernador y su esposa no solamente pisan fuerte en León Alperovich de Tucumán SA. El 15 de abril de 1992 nació Avanco SRL de la mano de Rubén Ricardo Rojkés, hermano de Beatriz, y de Roxana Judith Weiss. Poco más de seis años después, el 7 de septiembre de 1998, se incorporó José Alperovich y se asoció únicamente con Rubén Rojkés, con porcentajes igualitarios. Por entonces, Alperovich ya ejercía como legislador provincial por la Unión Cívica Radical y era el presidente de la Comisión de Hacienda del Parlamento. 
 
El 31 de agosto de 2000, la escribana Hebe Amalia Orlando y la doctora María Cristina Márquez de Robin, en representación del Registro Público de Comercio de la provincia, fueron testigos de que Alperovich se había convertido en el socio mayoritario de Avanco SRL. Desde ese día, el 95 por ciento del paquete accionario le correspondía. Por entonces, Alperovich era el ministro de Economía del gobierno del justicialista Julio Miranda.
 
Pero Avanco SRL no retrocedió en los negocios ni en las ganancias. El 28 de mayo de 2003, Alperovich le cedió, como está certificado en la actuación notarial, un 45 por ciento de las acciones a Rubén Rojkés, y de esta manera la empresa volvía a quedar sostenida en partes igualitarias entre el gobernador y su cuñado.
 
Mientras Avanco tramitaba en el Registro Público de Comercio una ampliación de actividades comerciales, Rubén Rojkés, en representación de la empresa, se quedaba con un campo de 3.000 hectáreas en Horcones, cerca de Rosario de la Frontera, en Salta. Lo bautizó “La Divina”, donde ahora Avanco se dedica a la explotación de soja y de ganadería.
 
Avanco le adquirió “La Divina” a los Singh, que tenían su empresa familiar en convocatoria de acreedores por lo que sus abogados aconsejaron la venta del campo. Uno de los oferentes fue Rojkés, que llegó con un maletín repleto de dinero para cancelar la deuda concursada. Con ese dinero se les pagó a los acreedores. El saldo se completó en varios meses siguientes y finalizó en noviembre de 2003, un mes después de que Alperovich asumiera la gobernación por primera vez. En total el monto que pagó Avanco fue de 1.800.000 pesos, aunque la suma habría sido superior, según allegados a la familia Singh.
 
En ese momento, el campo tenía unas 1.000 hectáreas desmontadas y otras 2.000 con monte. Según inmobiliarias de la zona, ese campo estaría tasado en 12 millones de dólares, a razón de 4.000 dólares cada hectárea.
    
Avanco SRL creció notablemente, sobre todo desde 2003, con Alperovich como gobernador, ya que ese año incorporó el rubro agropecuario a sus actividades, en sintonía con el boom sojero. Avanco desarrolla las siguientes tareas, según la Dirección General de Rentas provincial:
 
— Constructora: ejecución, dirección y administración de proyectos y obras civiles, hidráulicas, portuarias, sanitarias, eléctricas, urbanizaciones, pavimento y edificios, incluso destinados al régimen de propiedad horizontal; construcción de silos, viviendas, talleres, puentes, sean todos ellos públicos o privados. Proyectos, dirección y construcción de plantas industriales, obras viales, gasoductos, oleoductos y usinas públicas o privadas. 
 
— Inmobiliaria: mediante la adquisición, venta y/o permuta de toda clase de bienes inmuebles, urbanos o rurales; la compra-venta de terrenos y su subdivisión; fraccionamiento de tierras, urbanizaciones con fines de explotación, renta o enajenación, inclusive por el régimen de propiedad horizontal. 
 
— Financiera: mediante préstamos con o sin garantía a corto plazo, aportes de capitales a personas o sociedades a constituirse; para financiar operaciones realizadas o a realizarse, así como para la compra-venta de acciones y toda clase de valores mobiliarios y papeles de crédito, de cualquiera de los sistemas o modalidades creados o a crearse. Exceptuándose las operaciones comprendidas en la ley 18.081 u otras por la que se requiera el concurso público. 
 
— Agropecuaria: explotación directa por sí o por terceros en establecimientos rurales, ganaderos, agrícolas, frutícolas, forestales, propiedad de la sociedad o de terceras personas. Cría, venta y cruza de ganado y hacienda de todo tipo; explotación de tambos y cultivos; elaboración de productos lácteos y de ganadería; compra,  venta y acopio de cereales, oleaginosas, forrajes, pasturas, alimentos balanceados, semillas, fertilizantes y agroquímicos; incorporación y recuperación de tierras áridas; caza y pesca; renovación y reconstrucción de maquinaria y equipo agrícola para la preparación del suelo, la siembra, recolección de cosechas, y la venta, distribución, importación y exportación de todas las materias primas derivadas de la explotación agrícola y ganadera.         
 
Como si fuera poco, desde el 17 de noviembre de 1998, Alperovich dirigía otra empresa que llevaba su nombre: José Alperovich SA. “El cargo del director es personal e indelegable”, dice en el acta que constituyó la sociedad entre el gobernador, socio mayoritario, y su esposa. Está certificado por el escribano público Nicasio Olmos
 
Integran también el directorio: Beatriz Rojkés, Gustavo Isaac Andjel, que es director de una de las concesionarias Volkswagen, Gabriel Alperovich (uno de los hijos del matrimonio gobernante) y Marta León de Alperovich, la madre del primer mandatario. 
 
José Alperovich SA desarrolla actividades comerciales, industriales, financieras, inmobiliarias, hoteleras, agropecuarias y forestales, según se consigna en la documentación que le dio origen a la sociedad anónima.
 
Gustavo Isaac Andjel, uno de los directores titulares de la firma Alperovich SA, es socio en la empresa constructora Andjel Construcciones SA junto con sus hermanos Eduardo y Pablo. Esa empresa se llamaba, en un comienzo, Glaciar Construcciones SA, en la que Eduardo Andjel era socio fundacional de Leonardo Elgart y su esposa Sara Alperovich, cuñado y hermana del gobernador, respectivamente.
 
Actualmente esa compañía se llama Alperovich SA. Los directores titulares de la firma son el gobernador, su cuñado Rubén Rojkés, Isaac Gustavo Andjel y Roxana Judith Weiss. El director suplente es el hijo mayor del mandatario, Gabriel Alperovich. El síndico titular es Raúl Fernando Estofán, y el síndico suplente es José Eduardo Laks
 
Algunos negocios tienen nombre propio, como el Hotel República, donde se hospeda el plantel de Atlético Tucumán a modo de concentración antes de cada partido. El hotel es dirigido en la actualidad por Sara Alperovich, según reconoció ella en una entrevista para este libro.
 
Las concesionarias son un rubro familiar: José administra las marcas Volkswagen y Kía, y su hermano Naum comercializa Ford, Hyundai y, desde hace poco, también los autos Chery.  
Tal vez la empresa menos conocida del gobernador sea Fernal SA,  mediante la cual intentó quedarse con una parte de Canal 10, según  reprodujo el diario local La Gaceta, el 21 de abril de 1998.
 
Hasta ese entonces, Canal 10 era propiedad de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) y del estado provincial. Con el llamado a licitación se apuntaba a incorporar a un socio privado para mejorar la rentabilidad. Así fue que surgió el interés de Alperovich como el de otros oferentes, entre los que estaban Maschtrich Group, de Enrique García Hamilton y Eduardo Stordeur; Multimedios SA, de Lucía Elena Aráoz de García Hamilton y Ricardo Domínguez, y Gestión de Medios SA, de Eduardo García Hamilton.
 
Sin embargo, la ganadora de la licitación fue Newline, de Raúl Spinelli Roca y Rodolfo Gaustein. Ambos tenían muy buena relación con Alberto Llaryora, que en ese momento era dueño del otro canal de aire de la provincia, Canal 8. Tanto es así que cuando Llaryora vendió Canal 8 a Telefé, luego fue él quien se quedó con el control de New Line.
 
Fernal SA había ofrecido 960 mil pesos de aumento de capital para la “compra del usufructo de las acciones por compra de la UNT”. Además, en su propuesta incluía una prima de edición por 4.519.000 pesos. La empresa del gobernador ofrecía 960.500 pesos de aumento de capital más $4 millones como prima de emisión al momento de la firma del contrato. Otra alternativa, denominada “usufructo” planteaba pagar por el paquete de las acciones de la universidad un total de $4.750.000.
 
Fernal SA proponía, también, un gerenciamiento con superávit garantizado, pagando $4.440.000 de una sola vez.
 
La compañía fue creada el 22 de abril de 1998 en sociedad con Juan Carlos Fernández. El director suplente es Gustavo Marcelo Perticaro.
 
Los hijos del gobernador también participan de los negocios familiares. El 12 de diciembre de 2006 se publicó en el Boletín Oficial de la provincia la constitución de la sociedad Alperovich Motors SRL, cuyos socios gerentes son Gabriel y Mariana Alperovich. 
 
La actividad de la empresa es la compraventa de autos nuevos y usados, sus repuestos y accesorios, taller de reparaciones y cualquier otro aspecto relacionado con la industria automotriz. También incorpora la actividad industrial, la financiera, inmobiliaria, hotelería, agropecuarias, forestales. El capital inicial de esa empresa fue de 200 mil pesos. La administración de la sociedad está a cargo de Gabriel Alperovich y Mariana Alperovich.
 
El instinto empresario de Gabriel Alperovich no se detuvo. El 15 de junio de 2010 se asoció con Samuel Ignacio Chalom para constituir la empresa ALOM SRL., que se dedica a la construcción, a las actividades inmobiliarias y financieras, y a la compra y venta de autos nuevos y usados.
 
La fortuna familiar creció desde que vieron en la producción rural un oasis para ganar dinero. Productor de soja, cítricos y arándanos, Alperovich posee miles de hectáreas desparramadas por el Norte. Conserva un campo en Rosario de la Frontera, en Salta, y tiene unas 15 mil hectáreas en el departamento Jiménez de Santiago del Estero, donde alimenta a 12 mil cabezas de ganado. Alperovich es uno de los grandes productores de soja, maíz y trigo en tierra santiagueña. Allí, el gobernador Gerardo Zamora ofrece incentivos fiscales para quienes inviertan en su provincia. La firma León Alperovich fue uno de las beneficiadas con la exención del pago de ingresos brutos, según la resolución 469/08 de la Dirección General de Rentas de esa provincia.
 
En Santiago del Estero, papá León adquirió 30 mil hectáreas en la década del '90 a precio de remate: 50 dólares por cada hectárea, según informó un alperovichista que conoce como nadie las finanzas de la familia. “Esas tierras cuestan hoy 90 millones de dólares”, aseguró la misma fuente.
 
Pero el grupo siguió creciendo. La firma León Alperovich posee, además, 59.848 hectáreas, distribuidas en las localidades santiagueñas de Suncho Pugio, El Rosario y Uturungo.
 
Una de las propiedades santiagueñas les jugó una mala pasada a dos hermanos del gobernador, quienes fueron víctimas de una irregular transacción.
 
El diario Clarín publicó una denuncia, promovida en Buenos Aires, por los herederos del francés Etiene Germain Justin Lenormand, que falleció el 29 de agosto de 1998. Se trataba de un predio de 1.586 hectáreas ubicado en Suncho Pugio que compró la empresa Tikva SRL, de la cual eran socios Naúm Alperovich y su cuñado Leonardo Elgart, casado con Sara Alperovich. La demanda también involucraba a Horacio Gallardón (quien le vendió el campo a la familia Alperovich), Alberto Eduardo Echalecu Goyeneche (escribano), Marta Inés Podestá (escribana), Teresa del Valle Nuno de Olmos (escribana), Adama SA (otra empresa de Elgart y su esposa) y David Ariel Zeitune.
 
En mayo de 2007 los herederos de Lenormand iniciaron la sucesión en el Juzgado Civil de IV nominación de Santiago del Estero, que estableció que los únicos herederos eran sus tres hijos.
 
“Cuando el 19 de mayo de 2008 se obtuvo el certificado de titularidad y condiciones de dominio a los fines de inscribir la declaratoria de herederos en el Registro de la Propiedad de Santiago, pudo observarse una grave irregularidad registral”, señaló el abogado Roberto Peña Pereira de Azevedo, apoderado de los denunciantes, según reprodujo Clarín.
 
Según el letrado, aparecía una venta “absolutamente falsa, atribuida al señor Lenormand, el 25 de agosto de 2001” a favor de Horacio Gallardón. Es decir, en los papeles, la venta se había producido tres años después de fallecido.
 
Más adelante, Gallardón vendió el campo a Leonardo Elgart y a Naum Alperovich. Registraron el terreno a nombre de Tikva S.R.L., según la escritura 463 certificada ante la escribana Marta Inés Podestá.
 
Tikva fue creada el 9 de agosto de 2002. La empresa se dedica a la explotación de establecimientos agrícolas ganaderos. El 26 de noviembre de 2003, Elgart vendió su parte al hermano menor de los Alperovich y a su esposa, Fernanda Solange Grimblat.
  
La otra empresa cuestionada en la compra es Adama SA, en la que Elgart es el presidente del directorio, y Sara Alperovich, vicepresidenta. El síndico titular de esta compañía es el ministro de Economía de la provincia, Jorge Jiménez.
 
La última incorporación de Alperovich a su patrimonio fue una lujosa vivienda construida en Yerba Buena, donde funciona uno de sus bunkers políticos. Al gobernador le gusta recibir allí a los funcionarios con asados y buen vino. La casa está situada en la esquina de Martín Fierro e Ituzaingó. Su cuñado Rubén Rojkés fue el encargado de controlar el avance de la obra. Por esa vivienda, Alperovich habría pagado unos 2,5 millones de pesos.
 
En la gran ciudad también puso un pie: en cada visita a Buenos Aires la familia Alperovich se hospeda en un departamento en Galileo al 2400, en las cercanías a la Biblioteca Nacional, en el barrio de Recoleta. Este mismo recinto ocupó Alperovich en sus tiempos de senador nacional, entre 2001 y 2003.
 
Pero no todas las inversiones serían en la Argentina. Alperovich tendría un piso en Punta del Este, recostado sobre la costa uruguaya, su lugar favorito para descansar durante las vacaciones estivales. Se trataría de un departamento en el Complejo Lincoln Center, en la Parada 18 de la Playa Mansa.
 
Además, no faltan los críticos que le adjudican tierras en Brasil y la explotación de un hotel en el Estado de Bahía, cuyo gobernador, Jaques Wagner, mantiene una buena relación con Alperovich a partir de un intercambio de información para combatir la mortalidad infantil.
 
Estas propiedades, como la nueva casona en Yerba Buena, tampoco figuran en la declaración jurada de bienes de la senadora nacional Beatriz Rojkés de Alperovich. Ni siquiera en el sector de “bienes gananciales”.
 
Me lo vendió un amigo
 
Desde que Alperovich asumió la gobernación, la empresa familiar se convirtió en uno de los principales proveedores del estado tucumano. Intendentes y delegados comunales adquirieron camionetas y camiones Ford y Volksgawen, las marcas que venden los hermanos Naum y José Alperovich, respectivamente. Chevrolet es la tercera empresa que vendió más vehículos al gobierno provincial.
 
La mayoría de las compras que realizaron los jefes comunales fueron por contratación directa. Es decir, obviaron las licitaciones.
 
El intendente de Yerba Buena, Daniel Toledo, compró tres camiones Ford Cargo 1317E mediante la ordenanza 1685 que hizo certificar con la mayoría que posee en el Concejo Deliberante. En esa compra directa, Toledo agregó una minicargadora John Deere 315. En esos cuatro vehículos, la municipalidad gastó 1.004.700 pesos.
 
A través de la ordenanza 1651, de 2008, el Concejo Deliberante autorizó, además, la compra directa de dos camionetas Ford Ranger por 100.000 pesos cada una. Esa camioneta es el modelo preferido de los intendentes. Aunque en la municipalidad se suelen ver también camionetas Volksgawen Saveiro, las que comercializa la concesionaria del gobernador.
 
El municipio de la Capital, que conduce Domingo Amaya, también compró varias camionetas Ford Ranger a la firma León Alperovich Group. La diferencia con Toledo, por ejemplo, fue que un año después pagó una Ford Ranger a 25.000 pesos menos que el hombre fuerte de Yerba Buena. Así quedó registrado en el decreto 3225 del 10 de agosto de 2009. La adquisición se hizo por licitación pública. En el Boletín Municipal figuran varias compras de camionetas de esta marca y modelo.
 
La Dirección Provincial de Vialidad y la Dirección de Arquitectura y Urbanismo, que conduce el ex bussista Miguel Brito, también adquirieron varias camionetas Ford Ranger desde 2003 en adelante, como las que vende León Alperovich Group. El ministerio del Interior posee la misma camioneta, con la patente EKP 444.
 
En el Boletín Oficial de la provincia también hubo licitaciones públicas y privadas para incorporar camionetas al parque automotor de la provincia. Las licitaciones estarían cuidadamente dirigidas para que gane la empresa del hermano del gobernador.
 
Por citar un solo ejemplo, el 14 de diciembre se publicó un llamado a licitación privada (cuando el organismo invita a algunas empresas) o pública para comprar una pickup tipo Ranger F-truck para la Dirección de Servicios Públicos Municipal, según el expediente N°170.613/04. Unicamente en la concesionaria de Naum Alperovich se encuentra este tipo de vehiculo.
 
“Lo que más le achacan a Alperovich son las licitaciones. Es el caballito de batalla para pegarle. Yo no acepto la adjudicación directa. Es un gran problema”, reconoció Antonio Estofán, presidente de la Corte Suprema de Justicia de la provincia y ex Fiscal de Estado del primer gobierno de Alperovich.
 
Los empresarios del poder
 
Uno de los empresarios que más prosperó con ayuda oficial fue Eduardo Temkin, casado con la ministra de Educación Silvia Rojkés de Temkin. Su empresa Tecno Construcciones SRL facturó poco más de 72 millones de pesos al Instituto de la Vivienda. La compañía construyó casas, hizo obras de infraestructura y mejoras habitacionales.
 
Entre julio y septiembre de 2009 Temkin vendió un paquete de acciones a Fernando Díaz Fontdevila y a Isaac Rubinstein. Actualmente, Díaz Fontdevila es el socio gerente de la empresa, según se desprende de las modificaciones al contrato social que fueron publicadas en el Boletín Oficial de la provincia.
 
Las dos obras más emblemáticas de Tecno Construcciones son las 119 viviendas levantadas en Villa Quinteros y las 150 de Villa Carmela, por las que cobró 12,3 millones de pesos y 17,5 millones de pesos, respectivamente.  
 
La empresa del secretario de Obras Públicas, Oscar Mirkin, quien es primo del gobernador, también tuvo bastante trabajo de la mano del Estado. B&M hizo distintas obras en la provincia por casi 56 millones de pesos. Una de ellas, la hizo junto con Armengol, para lo cual conformaron una Unión Temporal de Empresas (UTE). Se trata de la construcción de 266 viviendas en Lomas de Tafí por un valor superior a los 25,5 millones de pesos. Otra de las grandes obras fue la de 143 casas en el barrio El Manantial, por casi 13 millones de pesos.
 
Oscar Mirkin fue el dueño, hasta 2009, de la constructora BYM SRL., en sociedad con Hugo Bruno Bocanera. De allí el nombre de la empresa, BYM, por Bocanera y Mirkin. Cuando asumió como secretario de Obras Públicas, su hijo Gabriel Eduardo Mirkin se hizo cargo de la empresa.
 
Un empresario de la construcción chicaneó: “Hay que ver de dónde sacó la plata el hijo de Mirkin para comprar semejante empresa”.
 
Gabriel Mirkin egresó de la carrera de Arquitectura en 2004, según consta de su perfil de la red social Facebook.
 
El patrimonio de la familia Mirkin, al igual que el de su primo Alperovich, también creció desde su llegada al gabinete.
 
El decreto 4.734 del 28 de diciembre de 2004 aprobó la contratación directa, previo cotejo de precios, efectuada por la Dirección Provincial del Agua, para la remodelación y ampliación del sistema de desagües cloacales del Gran San Miguel de Tucumán. La empresa BYM SRL se adjudicó el trabajo por $862.904,53, monto que representaba una disminución del 0,80% respecto del presupuesto oficial.
 
Otro ejemplo. El decreto 3.538 del 14 de octubre de 2005 adjudicó por contratación directa, previo cotejo de precios, el traslado de talleres de la escuela ENET Nº 2 a la empresa BYM SRL, por un importe total de $898.814,12, con un plazo de ejecución de 120 días corridos.
 
La provisión de agua potable a la localidad finca Elisa, en Cruz Alta, también se entregó a la empresa BYM SRL, mediante el decreto 2.968 del 5 de septiembre de 2006. El importe de la obra, según el Boletín Oficial de la provincia, fue de $205.792,36. 
 
La familia Mirkin se desvinculó de BYM el 25 de agosto de 2009, según se informó en el Boletín Oficial de la provincia. A partir de ese momento, quedó para la familia Bocanera.
 
Otro primo del gobernador es Jorge Garber, dueño de la constructora Gama SRL. El también fue uno de los beneficiados con las obras públicas que se realizaron en la provincia. Facturó casi 114 millones de pesos por distintos trabajos.
 
La mitad de ese monto lo logró con apenas tres obras públicas: las 346 casas de Lomas de Tafí, las 260 viviendas de Banda del Río Salí y las 250 de la Capital. Por esas tres adjudicaciones, logró ingresos por 70,7 millones de pesos, según se desprende del anuario del Instituto de la Vivienda de la provincia, que reunió datos hasta abril de 2011.
 
Esta firma tuvo un antecedente que querría borrar. En 1997 la Universidad Nacional de Tucumán entregó la construcción de un aula y una galería, lo que luego se conocería como Anfiteatro C. Casi 15 años después, la obra se derrumbó.
 
En una reunión que mantuvieron los empresarios de la construcción, Alperovich abrazó a Garber y le consultó por una tía en común. El resto de los constructores que estaban allí se miraron sorprendidos. “Son primos”, lanzó uno para que el resto de los presentes entendiera el contexto. Pocos lo sabían.  
 
Por el decreto 4817 del 30 de diciembre de 2004, Gama SRL se quedó con la remodelación y ampliación del sistema de desagües cloacales del Gran San Miguel de Tucumán. La obra costó $1.123.365.39, monto que  representaba una disminución del 0,31% respecto del presupuesto oficial. También se quedó con otras obras, como la remodelación de la Maternidad, la limpieza del canal sur, la obra de desagüe cloacal etapa III, por la cual cobró casi 5 millones de pesos. La mayoría de las obras adjudicadas fueron por contratación directa.
 
Gama también se quedó con la remodelación del Hospital Padilla, obra que costó $16.646.055,29. Esta vez, fue por una licitación privada.
 
Como Garber, son decenas los empresarios de la comunidad judía que mejoraron notablemente la rentabilidad de sus empresas desde que Alperovich asumió como gobernador.
 
Gama SRL también se apoderó de varias obras en la Capital, la mayoría para hacer pavimento y cordón cuneta.
 
Los hermanos Andjel no se quedan atrás. También controlan la firma Tevelin SA, a nombre de Eduardo Andjel y Ana Werchow de Andjel. Tevelin vendió directamente al gobierno productos de informática según los decretos 4.657 de la Secretaría General de Políticas Sociales (SGPS) del 21 de diciembre de 2005 y el 2.165 del 14 de julio de 2006, entre otros.
 
Desde abril de 2008, Isaac Gustavo y Pablo Guillermo Andjel se sumaron a Tevelin SA como directores titulares.
 
Al parecer, en 2009 los hermanos Andjel se separaron del cuñado del gobernador y de su esposa de la empresa Glaciar Construcciones. Leonardo Elgart y Sara Alperovich fueron reemplazados en el directorio, que pasó a ser presidido por Pablo Andjel e Isaac Andjel, director de una de las empresas del gobernador.
 
El 14 de mayo hubo otros cambios en la empresa constructora: abandonó el nombre de Glaciar Construcciones y se pasó a llamar Andjel Construcciones, también beneficiaria de varias obras.
 
El gobernador no podía quedar fuera de uno de los motores que propiciaron el crecimiento económico del país. Así fue que también se involucró en la obra pública, pero esta vez como proveedor del estado. En Tucumán no existe ninguna ley de ética pública que restringa a los funcionarios ser contratistas del Estado. En cambio,  a nivel nacional, por ejemplo, la Oficina Anticorrupción le había recomendado a la presidenta Cristina Kirchner que dejara de ser la directora suplente de la consultora Los Sauces porque podía ser incompatible con la jefatura del Estado.
 
La empresa Luxury BH SA estaría muy vinculada a Alperovich. Se benefició con varias obras públicas en San Miguel de Tucumán. En solo siete meses facturó 2.079.293,56 pesos.
¿Quiénes integran esta compañía? Rubén Ricardo Rojkés (socio de Alperovich en Avanco y en Alperovich SA) y José Eduardo Laks, síndico suplente de Alperovich SA.
 
Esa información se desprende de los boletines municipales que se publicaron entre el 9 de octubre de 2008 y el 15 de mayo de 2009.
 
La empresa inició su inscripción en el Registro Público de Comercio el 7 de mayo de 2008.
 
El rubro de Luxury BH SA es “realizar por cuenta propia, de terceros o asociada a terceros los negocios relacionados con la construcción y venta de todo tipo de obras públicas o privadas, sea a través de contrataciones directas o de licitaciones, para la construcción de viviendas, puentes, caminos y cualquier otro trabajo del ramo de la ingeniería o arquitectura; asimismo, corresponde la intermediación en la compraventa, administración y explotación de bienes inmuebles propios o de terceros y de mandatos”. También se dedica al rubro inmobiliario y financiero mediante el otorgamiento de “préstamos con o sin garantía”, aportes de capitales a particulares o sociedades.
 
Rubén Rojkés fue designado director titular de la firma mientras que Laks director suplente. Lo curioso, tal vez, es que Rojkés sea propietario de dos empresas constructoras, Avanco y Luxury BH, que se dedican a las mismas actividades.
 
En su último discurso de apertura de sesiones en la Legislatura, el 1° de marzo de 2011, Alperovich le dedicó un párrafo a la obra pública: “El 95 por ciento del plan de obras lo llevaron adelante empresas privadas que reactivaron el sector y demandaron más puestos de trabajo. No debemos olvidar que la obra pública está asociada a no menos de 70 industrias en forma directa”. 
 
El nepotismo, una tentación
 
La tendencia a favorecer a familiares y personas afines con cargos, obras públicas o premios forma parte de un estilo de gobierno en la Argentina. José Alperovich y Tucumán no son la excepción, y hacen culto al nepotismo.
 
Tal vez por confianza, Alperovich priorizó rodearse de sus familiares en funciones públicas clave.
 
Su esposa Beatriz Rojkés es senadora nacional y la titular del Partido Justicialista local; antes había sido diputada nacional. “Yo no aceptaría ser gobernadora. Ya lo dije. Yo estoy donde José me diga. José me puso como diputada, después en el PJ y ahora como senadora”, confió Rojkés.
 
La cuñada de Alperovich, Silvia Rojkés de Temkin, es ministra de Educación y fue la titular del Instituto Provincial de Acción Cooperativa y Mutual (IPACYM) en el primer período.
 
Su hermano Carlos Rojkés es el representante del Banco del Tucumán y un hombre de peso en la gestión de LV12, la radio que administran Waldo Camilo López, Carlos Edgardo Corrales, Juan Eduardo Alejandro Firat y Andrés Antonio Galván
 
Benjamín Bromberg es primo del gobernador y es el representante de Tucumán en Buenos Aires, un cargo similar al de un secretario de Estado. “La Casa de Tucumán es como una embajada. Benjamín es el embajador y yo soy el agregado político y comercial”, dijo Pablo Tonelli, director de la sede provincial en Buenos Aires.
 
“El nepotismo no es un fenómeno nuevo, hay una larga tradición que prioriza la lealtad por sobre el conocimiento”, opinó acerca del fenómeno el politólogo Sergio Berensztein en una entrevista en el diario La Nación .  "El nepotismo fluye en democracias no desarrolladas, con burocracia y poco control", concluyó Berensztein.   
 
Hay más: Oscar y Beatriz Mirkin son primos de Alperovich y ocupan dos carteras determinantes: él es secretario de Obras Públicas y ella es ministra de Desarrollo Social. Beatriz administra la mayoría de los planes sociales que se envían desde el gobierno nacional.
 
En ocasiones, a falta de familiares idóneos, Alperovich echó mano a personas que frecuenta en la vasta comunidad judía que se asentó en Tucumán. Así es como accedieron Pablo Yedlin al ministerio de Salud; Marcelo Ditinis como secretario privado de la gobernación, o Ignacio Golobisky a la secretaría de Prensa y Difusión. O la llegada de su yerno Pablo Zeitune a la Dirección de Comercio.
 
Hay alrededor de 1.000 familias judías en Tucumán, algo así como unas 3000 personas. Es la comunidad más grande del Norte. “No son los 400 mil votos de Alperovich”, dijo con una carcajada Jaime Salamon. El presidente de la Kheilá agregó: “Hay unos 1000 judíos en la administración pública sobre casi 100 mil empleados. Es un 1 por ciento, nada más. Es lógico que Alperovich quiera formar a su tropa. Desconfía. Requiere un reguero de gente de confianza, cuidarse sus espaldas. Necesita ojos y orejas en todos lados. Necesita mirar de reojo hasta a su sombra”.     

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