La paradoja de Lula: No puede formar coalición porque el PMDB esta dividido

La intención del presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, de formar una coalición para gobernar tiene una fuerte oposición del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB, centro). Sucede que una importante corriente, representada por siete gobernadores y varios caudillos de la agrupación política, se muestran a aceptar la oferta de Lula porque temen que el PMDB se vea arrastrado por la ola de escándalos que desataron una grave crisis política y que un compromiso mayor con el gobierno sea "un manotazo de ahogado".

El presidente Luiz Inácio Lula da Silva, acosado por denuncias de irregularidades administrativas y sobornos entre legisladores y altos funcionarios, solicitó a la principal fuerza política del país decidir con rapidez si acepta ingresar a su Coalición de Gobierno.

El mandatario brasileño le ofreció al Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) -que cuenta con el mayor número de militantes en el país- aumentar su participación en el Gobierno como una forma de afianzar políticamente su gestión.

"El presidente pidió celeridad en la decisión del PMDB", dijo Renan Calheiros, presidente de la Cámara del Senado y miembro del PMDB, la mayor bancada con 23 de los 81 senadores y la segunda fuerza en la Cámara de Diputados, con 85 de los 513 escaños.

"El PMDB es un partido grande, enorme, necesita tener sensatez, serenidad, porque no podemos fallarle a Brasil en este momento", agregó el senador interrogado por periodistas en el congreso sobre cuándo decidiría el partido sobre la propuesta presidencial.

Por su parte el sector de los gobernadores, así como el presidente del Partido, Michel Temer, que se oponen a la alianza incluso proponen devolver las dos carteras que controlan actualmente.

Según dijeron a la AFP fuentes ligadas a los dirigentes contrarios a la coalición, la propuesta del gobierno es "un manotazo de ahogado".

"El gobierno tiene ahora un problema de imagen y su desgaste acabará por contaminarnos", dijeron las fuentes, que consideran "imposible poner en marcha un proyecto de país en el año y medio" que le falta a Lula para concluir su mandato.

Las denuncias de corrupción en Brasil estallaron este mes cuando el diputado Roberto Jefferson, por entonces líder de una agrupación política aliada del oficialismo, aseguró que funcionarios del Partido de los Trabajadores (PT), de Lula, distribuyeron "portafolios llenos de dinero" a parlamentarios para asegurarse que serían leales al Gobierno.

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