Lavagna no quiere irse pero su futuro se torna difuso

El ministro de Economía, Roberto Lavagna, fue señalado hace unas semanas por algunas versiones como un eventual sucesor del canciller Rafael Bielsa. Pero parece que el ministro "quiere cumplir con sus responsabilidades en el Ministerio de Economía", según sus colaboradores, y al mismo tiempo, reconoce que la posibilidad de cumplir en forma adecuada con sus planes depende del margen que le otorgue la campaña y de la relación K-Duhalde después de las elecciones. Si salen parejas darían un respiro a Lavagna, sino ¿convendría la Cancillería? Mientras, Alberto Fernández afirma que recién después de que se conozcan los resultados de los comicios se plantearán si habrá cambios en el gabinete nacional.

El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, afirmó que recién después que se conozcan los resultados de las elecciones legislativas de octubre se planteará si habrá cambios en el gabinete nacional.

"Habrá que esperar ese escenario", dijo esta mañana Fernández en declaraciones radiales.

Sin embargo, el ministro de Economía, Roberto Lavagna, ya evalúa su futuro. Resulta que, tras la ruptura entre el presidente Kirchner y su predecesor, Eduardo Duhalde, el "nuevo escenario" que se le abre al ministro es demasiado complejo.

Por ahora, mientras se reúne en China con inversores internacionales y participa de la cumbre de la Organización Mundial del Comercio, logra un respiro en la difícil encrucijada abierta por la ruptura, pero Lavagna, ¿puede esperar el plazo K?

Hoy el ministro del Interior salió al cruce y le puso un freno, tras las declaraciones de ayer.

Economía había anunciado que saldría a monitorear los acuerdos de salarios que firmen las empresas privadas con sus trabajadores. Esta declaración cosechó críticas desde el Ministerio de Trabajo, que rechaza interferencias en su área específica.

"Vamos a monitorear los acuerdos salariales de una manera más estrecha, con el propósito de evitar que se reproduzcan casos como el de los encargados de edificios de renta horizontal", dijo ayer a la prensa el vocero de Economía, Armando Torres, quien transmitía las palabras que le había hecho llegar el ministro Roberto Lavagna.

Aníbal F. sostuvo "con diplomacia" que la discusión sobre los aumentos salariales y su impacto en el costo de vida "no se lleva entre ministerios". Y afirmó, en declaraciones televisivas, que será sólo el Presidente "el que tome la decisión" sobre cómo encarar el problema.

Consultado sobre si Lavagna iba a continuar en el Ministerio a pesar de que en tiempos políticos convulsionados no condenó al sector duhaldista del PJ, la respuesta del ministro del Interior se sostuvo en términos cotidianos.

"Yo lo sigo viendo en el Ministerio bregando por lo mismo que por lo que estoy bregando yo. La política económica de este país está encontrando su cauce y no debería formar parte de la discusión política de los argentinos", dijo.

Pero ante el cisma abierto en el peronismo, Lavagna evalúa. El explícito traspaso de otros ministros ligados a Duhalde a las filas del Presidente, que incluyó fuertes críticas hacia el líder bonaerense, lo dejó en una posición complicada. Es que el ministro aclaró, que no se sumará a los agravios contra el ex presidente, como hicieron los otros.

Y Kirchner no le pedirá que lo haga, pero el resto de los ministros probablemente busquen forzarlo para que "se juegue" por uno o por otro. Las presiones aumentan y Lavagna deberá buscar la manera de evadir la cuestión, en su regreso a la Argentina, al menos, mientras no tenga en claro cuál será su destino. Y los serios problemas para controlar la inflación, serán el tema clave.

Por otra parte, las versiones que cuentan que sucedería a Rafael Bielsa en la Cancillería, parecen no interesarle demasiado. Según sus colaboradores, el ministro "quiere cumplir con sus responsabilidades en el Ministerio de Economía". Aunque sabe que esta tarea depende del margen que le otorgue la campaña y de la relación K-Duhalde después de las elecciones.

Si salen parejas darían un respiro a Lavagna, sino ¿convendría la Cancillería?

Por ahora, lo único cierto es que en medio de la puja política la gestión del ministro no será una tarea sencilla, cuando la presión se coloca sobre la inflación, la puja distributiva y las leyes que necesita el gobierno, dicen algunos de sus hombres. Y en medio de todo ello, el crecimiento económico se frenará.

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