Arslanián presiona a Kirchner para ir a la Corte Suprema

No es habitual que un candidato a la Corte Suprema de Justicia de la Nación haga su propio anuncio, habitualmente eso corresponde a quien lo propone, el Ejecutivo Nacional. ¿Por qué León Arslanián decidió pedirle una entrevista al diario 'Página/12' y realizar el anuncio respectivo? ¿Arslanián quiere irse cuanto antes de la Provincia de Buenos Aires? ¿Tiene alguna información que ignora la opinión pública, o solamente busca aprovechar que hay vacantes en la Corte? La verdad es que la entrevista a Irina Hauser provoca más interrogantes que antes del reportaje.

El ministro de Seguridad, León Arslanian, puso fecha tentativa -fin de año- a su salida del Gobierno bonaerense y anticipó que Néstor Kirchner lo propondrá para ocupar una de las dos vacantes de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

"Con la reforma policial casi terminada y la decisión de no integrar la lista de Cristina Kirchner, el Presidente le ofreció ocupar alguna de las dos vacantes que quedarán pronto en el alto tribunal, según confirmó el propio ministro de Seguridad bonaerense a Página/12", según Irina Hauser, precisamente del diario que se vincula a Grupo Clarín.

El ministro aclaró que "tampoco es un tema que dependa estrictamente de mí" no sólo en referencia a la postulación sino también a que su pliego debería, eventualmente, ser aprobado por el Senado.

En cuanto a plazos deslizó un fecha tentativa. "No podría ser en lo inmediato, me tengo que quedar un tiempito más".

–¿Fin de año?, se le preguntó.

–A lo mejor, no quiero decir porque tampoco estoy seguro y no quiero generar inestabilidad con el anuncio anticipado de un cambio mío. Seguramente habrá muchos que quieran venir para destruir lo hecho.

Asimismo, el funcionario reconoció que rechazó una oferta para ser compañero de fórmula de Cristina Fernández en la lista del FPV.

O sea que José Pampuro fue la opción de los Kirchner cuando rechazó Arslanián.

"Si tomaba parte en la interna me convertía en un pararrayos. Todas las objeciones para debilitar al candidato girarían en torno de la seguridad. Soy responsable. Protejo lo que hago" explicó su negativa.

En cuanto al enfrentamiento entre Kirchner y Eduardo Duhalde no descartó que haya incidentes durante la campaña con el tema inseguridad.

Consultado sobre si temía ataques del duhalismo, aseguró que "sí" pero aclaró que "de sectores que tal vez encuentren allí algún cobijo. Esto es el temor por lo que puede implicar una interna, no digo que pase".

El medio anuncio del ministro se produce en un momento sensible del termómetro social en torno a la seguridad, luego del crimen de Santiago Miralles que marcó un recrudecimiento en la cantidad de hechos delictivos que Arslanian atribuyó a "sensación térmica" de inseguridad y no a ilícitos concetros

Un fragmento de la entrevista:

"(...) –En el Gobierno se quejan de que hay poco diálogo con la Corte.

–No conozco esas quejas. Pero tengo claro que si algo debe caracterizar a un régimen republicano en un país democrático que aprecie la gobernabilidad es una relación fluida entre los poderes. Es un cogobierno. No me parece mal que conversen. Hay una carga de prejuicio sobre eso construida con los años. Me parecería mal que la Corte tomara decisiones sobre la base de los deseos o pedidos del Ejecutivo.

–¿Cuántos menores quedaron en las comisarías bonaerenses después del fallo de la Corte que ordenó cesar con esas detenciones?

–Las comisarías ya no alojan más menores privados de su libertad. Sólo algunos pueden estar transitoriamente un tiempo mínimo para satisfacer los trámites del proceso.

–¿Cuántos presos en general hay en las comisarías?

–Cinco mil y pico.

–Entonces la situación de hacinamiento no se revirtió.

–Se va atenuando progresivamente a medida que se habilitan las nuevas cárceles en construcción. En pocos meses logramos alivianar las comisarías en 1400 presos por la habilitación de un nuevo penal en Urdapilleta, partido de Bolívar, y se abrirán otros. Se irá descomprimiendo, salvo que se vuelva a la reforma de (Carlos) Ruckauf, que tornó inexcarcelable una gran cantidad de delitos. Eso produjo superpoblación carcelaria.

–Usted viene sosteniendo que el delito bajó. Si es así, ¿por qué sigue creciendo el número de presos?

–Aumenta porque el sistema de excarcelación es más rígido y ciertos delitos que antes eran excarcelables ya no lo son. Pero además hay una mayor eficacia policial y mayor esclarecimiento de delitos. Esto se traduce en personas privadas de su libertad.

–¿Influyeron las "reformas Blumberg" con el agravamiento de penas?

–La peor no fue el endurecimiento de penas, que alcanzó a delitos que ya tenían penas duras. El problema es que el Código, a fuerza de reformas y parches, ha ido perdiendo peligrosamente su sistemática interna. Se apeló a instrumentos efectistas para contentar a una opinión pública ávida de mayor protección. Igual hay que buscar soluciones en cada ámbito. La conflictividad social extrema, criminalizada, con vastos sectores que no encuentran alternativas de inserción social y que derivan delito debe hallar salidas que no las da la ley penal.

–¿Qué propone usted para eso?

–A situaciones de grupos claramente en riesgo o menores en conflicto con la ley buscamos, acá en la provincia, darles alternativas distintas a esperarlos con una cárcel. Ocupaciones, por ejemplo.

–¿La prisión preventiva debería ser una excepción?

–El derecho a permanecer en libertad durante el proceso es un corolario de la garantía constitucional de inocencia. Pero admite restricciones: el riesgo de fuga o de que el imputado perturbe el proceso o altere pruebas.

–¿La Justicia abusa de la prisión preventiva? Esto lo señaló la Corte.

–A veces sí. Pero hay que ver cada caso. Tampoco puede haber interpretaciones libérrimas o aplicaciones licenciosas de las garantías. En la provincia acabamos de ver un disparate extraordinario: un tribunal le concedió la libertad, invocando el principio de inocencia, a un ex policía, Chaín, que estaba prófugo hace un año con una sentencia condenatoria a reclusión perpetua por el homicidio de su esposa. Cuando se desvirtúa una garantía, como en este caso, también se desatienden valiosos intereses en juego, como el de las víctimas o el de la sociedad.

–¿Para Chabán y María Julia estuvo bien otorgada la excarcelación? No era lo que la sociedad esperaba.

–Tal vez sí. Cada tribunal analizó en base a los hechos la presunción de que esas personas no iban a eludir la Justicia ni a obstruir la prueba. No sé si hubiera hecho lo mismo. La preventiva no puede disponerse en función de la alarma social o para satisfacer una idea general de demanda de justicia, para eso están el juicio y la pena.

–Juan Carlos Blumberg no para de criticarlo. ¿Es para usted lo que Norma Plá era para Domingo Cavallo?

–(Risas.) A ver, a ver. Yo siempre quise ser benévolo en mi juicio sobre Blumberg. Ya lo dije: no puedo dejar de reconocer su carácter de actor social importante, que representa cierta demanda de la sociedad. Pero eso dista de reconocerle autoridad para opinar sobre temas de naturaleza técnica para los que se necesitan conocimientos y formación. Me refiero a la formación que permite tener respeto por el derecho y las garantías".

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