La Ciudad de Buenos Aires castiga a los ancianos

POR JORGE LLANPART El autor es 1er. candidato a legislador de la Ciudad de Buenos Aires en la lista que encabeza Moria Casán para diputados nacionales.

El joven conductor del taxi que tomé esta mañana me decía que su idea de futuro era trabajar sacrificadamente, porque así se aseguraría una vida tranquila, una vejez segura. Le pregunté si no tenía mayores en su familia o si no leía ningún diario.

Pensé que ni el porteño más optimista podría soñar con una vejez tranquila. La gente grande, que es un porcentaje muy importante de nuestra población, lo sufre cotidianamente.

El abandono y la falta de respeto familiar y social, la descalificación cultural de una sociedad que sacraliza la juventud eterna, los accidentes de tránsito, la falta de atención médica, la inaccesibilidad a los medicamentos, el deterioro real de su poder adquisitivo, los robos, asesinatos y agresiones físicas, las dificultades con la vivienda, el estado de los geriátricos…

¿Algún sector del Gobierno de la Ciudad se ocupa de resolverles estos problemas a los mayores? ¿De prevenir los daños injustificados y claramente evitables?

Para mencionar sólo uno de los trágicos ejemplos de la desidia criminal del gobierno de Ibarra, no debemos olvidar que el 24 de enero de 2001, en Superí 2261 fallecieron cuatro ancianas ahogadas porque…llovió mucho. Dormían en un sótano, no podían movilizarse, no había suficiente personal que las cuidara. Se agitó, mucho antes de Cromañón, el tema de las inspecciones municipales que no se realizan, de la corrupción, de las cámaras ocultas que emitió un programa de TV y que derivó en el desplazamiento y posterior ascenso del funcionario supuestamente responsable.

La única preocupación de Ibarra fue "lavarse las manos" y seguir "haciendo la plancha política", demostrativa de que resolver los problemas de la gente es claramente innecesario para mantenerse en el Poder. La Legislatura de la Ciudad respondió con una Ley que se sancionó dos años más tarde (diciembre 2002): mejoraba los controles y las exigencias para habilitar un geriátrico. Pese a las exhortaciones de los legisladores, la ley no se reglamentó por 31 meses. ¿Por qué?

Hoy, una nueva noticia trágica muestra en los medios de comunicación que dicha ley aún no está vigente. Se habría reglamentado ¿la semana anterior?, pero luego de otros tres ancianos muertos y tres gravemente asfixiados en un geriátrico. Sin embargo NO ESTÁ VIGENTE, después de casi cinco años. ¿Por qué?

La información oficial dijo inicialmente que la tragedia fue menos grave, porque había ancianos de vacaciones. Luego resulta que había personas atadas, sólo un cuidador para 16 ancianos, etc., etc. El Secretario de Seguridad afirma que son necesarias más inspecciones, pero que sólo podrán concretarse en un año, es decir, sólo puede disponerse de un inspector, o tal vez dos para esta tarea.

Por supuesto, Ibarra declaró que esto es una "fatalidad" más en la vida de los porteños ancianos y sus familias. Previsión, cuidado, eficiencia, son desconocidas para él. Sólo se maneja con autojustificaciones, defensas de inconfesables intereses, desidia. Y especula con que pronto la tragedia se olvidará.

Yo no olvido. Quiero ser legislador para que no se repitan las tragedias, para que no se olviden, para que se obligue a Ibarra a cumplir con su deber. Para que alguien sea responsable y claramente castigado. Para contribuir con mi trabajo y toda mi energía a que se reparen algunas de las tremendas injusticias que sufren hoy nuestros mayores.

Para que los jóvenes sepan que construimos una sociedad donde alguna vez se pueda vivir seguro y con amor, después de una vida de trabajo. Convoco a todos los mayores de Buenos Aires a acompañarme en esta lucha.

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