El obispo Maccarone tenía sexo con un joven de 23 años

Demoledor el golpe para algunos sectores católicos la renuncia de Juan Carlos Maccarone, a días de la reunión de la Conferencia Episcopal Argentina. La historia de un video que, para colmo, al final tenía comentarios de Maccarone elogiosos para Néstor Kirchner y críticos de Eduardo Duhalde, dicen por ahí.

Un video del entonces obispo de Santiago del Estero, Juan Carlos Maccarone, manteniendo sexo oral y anal con un joven (relación que llevaba un tiempo según un comentario que habría deslizado el propio obispo en la cinta grabada, dicen los que la vieron en Santiago del Estero) provocó la renuncia del religioso, que disparó un nuevo escándalo sexual en la Iglesia argentina.

Preguntas:

> ¿Quién conocía la afición de Maccarone por el sexo, y específicamente por el sexo masculino?

> ¿Quién conocía la identidad de su amante, no tan ocasional sino más bien regular?

> ¿Quién negoció la filmación (audio y video), que incluiría una conversación luego del coito, donde Maccarone habla muy bien del presidente Néstor Kirchner y muy mal de Eduardo Duhalde?

Todos, en Santiago del Estero, apuntan al matrimonio de Carlos Juárez y Nina Aragonés, quienes se consideran traicionados por Maccarone, y podrían haber deslizado un mensaje a la sociedad santiagueña, de que las traiciones se pagan.

El viernes la Nunciatura Apostólica (Embajada del Vaticano) informó, sorpresivamente, que el Papa le había aceptado la renuncia a Maccarone.

En las razones, se citaba el inciso 2 del canon 401 del Código de Derecho Canónico (legislación eclesiástica). Ese artículo dice que "se ruega encarecidamente al obispo diocesano que presente su renuncia de su oficio si, por enfermedad u otra razón grave, quedase disminuida su capacidad para desempeñarlo".

Maccarone tiene 64 años y los obispos se jubilan a los 75 años.

Llamó la atención la velocidad con la que la cuestión se resolvió. Fue en una cuestión de días, y la presencia del Papa en Alemania —acababa de llegar— no impidió que fuera consultado.

También se resolvió que el arzobispo de Tucumán, monseñor Luis Villalba, fuera designado administrador apostólico de la diócesis santiagueña (una especie de interino) hasta que se nombre al sucesor de Maccarone.

La Conferencia Episcopal —que no se pronunció hasta ahora sobre el hecho— celebrará esta semana su reunión de mediados de año.

Si bien miembros del presbiterio santiagueño no hablan de las causas de la inesperada partida, buscaron una 'salida digna' para Maccarone, ya que aceptar las versiones que circulan en la capital provincial de que se marchó por causas de sexo, y más de sexo con personas de su mismo sexo, serían terrible.

La defensa de Maccarone la transmitieron el confirmado vicario general de la diócesis, Domingo Esteban Michelini, y el presbítero Jorge Lamberti, durante la presentación para la prensa de monseñor Villalba.

"En mis fueros íntimos creo que cada vez que la Iglesia se compromete con la causa de Jesús en la justicia, en la defensa de los pobres y de los derechos humanos siempre tuvo que vivir la experiencia de una Iglesia martirial, con la muerte a veces de catequistas, sacerdotes y de obispos, y en muchos casos una Iglesia martirial que tuvo que vivir ciertos tipos de presiones y difamaciones", sostuvo Lamberti.

El sacerdote puso de manifiesto que la Iglesia hizo "la opción por los pobres" con "la prédica permanente por una más justa y equitativa distribución de los bienes y de las riquezas que posee Santiago del Estero".

Monseñor Villalba estuvo acompañado por los presbíteros Walter de la Iglesia, Jorge Ramírez, Roberto Murall y Sergio Rafaeli.

Indicó que la designación de un nuevo obispo para la diócesis no tiene plazos y ella está sujeta a la voluntad del papa Benedicto XVI, valoró positivamente la tarea pastoral de Maccarone, por lo que seguirá el mismo camino de Gerardo Sueldo y del obispo renunciante.

El presbítero Sergio Lamberti no descartó que detrás de la inesperada renuncia de monseñor Juan Carlos Maccarone podría haber intereses que quieren que nada cambie en la provincia y que les molesta la prédica de Iglesia.

Ante la requisitoria periodística, Lamberti interpretó: "El servicio pastoral, que la Iglesia diocesana encabezada por monseñor Maccarone vino prestando estos últimos años y antes con Sueldo, y el esfuerzo de mucha gente y las agrupaciones de bases, del laicado comprometido con esta Iglesia por vivir los principios evangélicos, en concreto, al servicio de los que tienen la vida y la fe amenazada, la opción por los pobres, la prédica permanente por una más justa y equitativa distribución de los bienes y de las riquezas que posee Santiago del Estero, una permanente prédica por una democratización más profunda de la vida política y social, molestaba a algunos sectores y sigue molestando".

Prosiguió con la misma tesitura al señalar: "Consideramos que no hay que hacer una mirada ingenua de esto y hay que tener en cuenta que hay intereses que quieren que nada cambie, en contraposición con la mayoría de la ciudadanía de Santiago del Estero. La Iglesia lo anuncia y lo proclama no por fuerza propia, sino porque estamos convencidos de la fuerza transformadora de Jesús y de su evangelio que quiere una vida digna para todos. En este contexto, no es descabellado pensar que lo que se haya armado, y según alguna versión sería motivo de la renuncia de monseñor Maccarone, haya sido orquestado o armado escondiendo intereses muy grandes".

"En mis fueros íntimos creo que cada vez que la Iglesia se compromete con la causa de Jesús en la justicia, en la defensa de los pobres y de los derechos humanos siempre tuvo que vivir la experiencia de una Iglesia martirial, con la muerte a veces de catequistas, sacerdotes y de obispos, y en muchos casos una Iglesia martirial que tuvo que vivir cierto tipo de presiones y difamaciones. Como bien lo expresó monseñor Michelini no hablaremos de los motivos personales de la renuncia de monseñor Maccarone, hasta que él o la Nunciatura los haga conocer", expresó.

En cuanto al papel hacia futuro, apuntó: "En el contexto de Santiago, hay una Iglesia que quiere promover cambios profundos de valores que son muy evangélicos, del reino de Dios y como contrapartida está la oposición de ciertos sectores que no quieren propiciar esos cambios porque aparentemente se sienten muy cómodos en la vida, tal cual como la están disfrutando.

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