El conflicto marplatense ingresa a la disputa política

Con la decisión del Sindicato de Obreros de la Industria del Pescado (SOIP) de realizar el martes una movilización frente a la comuna marplatense, el conflicto pesquero adquirirá esta semana una magnitud mucho mayor de la que tuvo hasta ahora. Los gremios exigen para cerca de 2 mil trabajadores la aplicación de la Resolución 254, oportunamente dictada por el ministro Tomada, que determina que los salarios de los embarcados deben ser calculados según el valor comercial del dólar, lo cual les representaría un incremento salarial de cerca de 30%. Sin embargo, para los empresarios es una medida "inaceptable e insostenible". Por si fuera poco, el conflicto se instaló en la disputa bonaerense y comienzan las posturas en uno u otro sentido. Por lo pronto, esperan que Tomada actúe...

"Evidentemente el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, sigue haciéndose el distraído frente a un conflicto gremial que cada vez es más grave". Con esta frase buena parte del arco empresario sintetiza hoy la disconformidad que genera la inacción del Gobierno nacional ante el paro que afecta a la flota fresquera de altura.

Según informa el sitio marplatense Pescare.com, aseguran que el responsable del conflicto gremial, es el propio ministro, y están convencidos de que la llave para dejar atrás este escenario la tiene él, autor de la Resolución 254/05 (habilitaría la "dolarización" de haberes).

Ocurre que sobre la norma pesa un recurso de apelación que aún no fue resuelto por la cartera laboral, ni por otra instancia superior. Por lo tanto, el marco legal sobre el que se apoyan los gremios para reclamar un salario con el dólar como moneda de referencia no está firme.

Mientras tanto, la protesta de los trabajadores deriva en actitudes violentas. En los últimos días, las pesqueras Moscuzza y Valastro fueron atacadas.

Manifestantes vinculados al Sindicato de Obreros Marítimos Unidos y al Sindicato de Conductores Navales ocasionaron roturas en ambas plantas.

"Todo empieza a complicarse. El planteo original de los gremios ya se desvirtuó", alertó Darío Sócrate, gerente de la Cámara de Armadores de Buques Pesqueros de Altura.

"La paz social está amenazada en Mar del Plata", agregó Patricio Alessandroni, presidente de la cooperativa Industrial Coop., quien además se mostró inquieto por la afectación que está teniendo la huelga de los pescadores y reclamó que "de manera urgente" las autoridades se aboquen a "encontrar una solución".

Un dato basta para medir la gravedad del caso en términos de empleo: las plantas de procesamiento vieron reducida su capacidad de trabajo en un 90%.

Además, representantes del Sindicato Obrero de la Industria del Pescado anunciaron que comenzarán a movilizarse para pedir respuestas inmediatas.

El gremio que representa a los fileteros, peones y envasadores saldrá a protestar en un momento en el cual existe una gran cantidad de fábricas cerradas a causa de la falta de pescado, producto de la huelga de los pescadores de la flota fresquera de altura.

Según informó el diario marplatense La Capital, el Sindicato de Obreros de la Industria del Pescado (SOIP) exige que, en este contexto en el que hay un centenar de barcos amarrados a los muelles, las empresas se hagan cargo de la situación de las cooperativas -donde no se produce a causa del paro-, y que el Estado otorgue un subsidio a los trabajadores.

Si bien las grandes compañías aún disponen de un pequeño stock de merluza en sus cámaras de frío, la mayor parte de los establecimientos que procesan pescado en Mar del Plata ya está parado debido a que los barcos no traen materia prima fresca al puerto desde hace más de 20 días.

La preocupación es creciente no sólo porque el SOIP saldrá a las calles a protestar. En los últimos días aparecieron en escena algunos grupos políticos, que en la larga huelga de 100 días del año 2000 fogonearon grandes movilizaciones, alentando serios incidentes.

Por supuesto, los empresarios temen que este tipo de episodios vayan en aumento en la medida en que el ministro de Trabajo de la Nación, Carlos Tomada, no resuelva el parate que provocó la resolución 254, que desató el reclamo de los embarcados.

Las actividades vinculadas a la pesca ya están sufriendo consecuencias económicas. El personal de la estiba y del transporte comenzó a tener menos trabajo los últimos días.

Pero la peor parte se la están llevando quienes trabajan en cooperativas, ya que perciben sus remuneraciones por productividad. Por lo tanto, si no trabajan, no cobran.

La peligrosa extensión en el tiempo de este escenario agita el fantasma del grave conflicto pesquero que azotó meses atrás a la provincia de Chubut, con un paro que duró casi cuarenta días y provocó pérdidas millonarias al sector.

La protesta comenzó en el puerto hace poco más de dos meses, y continuó con un paro que fue levantado por el dictado de una conciliación obligatoria por parte del ministro de Trabajo nacional, Carlos Tomada.

Sin embargo, tras fracasar la mesa de diálogo conformada con los empresarios, el 26 de julio pasado se inició una nueva etapa de acción, que mantiene paralizadas las tareas en el puerto.

En rigor, cuando se decidió esa reactivación de la medida de fuerza, buena parte de los barcos se encontraban en el mar.

Sin embargo, al regresar al puerto de Mar del Plata comenzaron a ser alcanzados por el paro, por lo que la parálisis comenzó a notarse en forma gradual.

Según fuentes gremiales, producto de esta medida de fuerza (que impide la salida de los barcos fresqueros) la ciudad de Mar del Plata deja de recibir por día US$1,2 millón.

Ahora el conflicto, que parece tomar parte en medio de la disputa política bonaerense, amenaza con extenderse a otras zonas pesqueras del país.

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