Fuego cruzado para Mandelson (si no encuentra una salida a la disputa textil entre la UE y China)

China y la Unión Europea acaban de iniciar -este mediodía- una serie de conversaciones con miras a destrabar el conflicto textil que ya lleva dos meses de disputas y que provocó el freno en las aduanas europeas de miles prendas de vestir procedentes del mercado asiático. Todo parece ir en rumbo a un acuerdo. Pero nada está cerrado todavía. Dentro de ese proceso, el comisionado europeo Peter Mandelson es una pieza clave. Es que el funcionario se encuentra en medio de un dilema que puede sumirlo al peor de los fracasos de su gestión. Sucede que debe proteger a la industria textil comunitaria de la competencia china y -además- asegurar a los minoristas el acceso a las importaciones de ese país.

Menuda tarea la del comisionado de comercio de Bruselas, Peter Mandelson, al frente de la negociación de la disputa textil que mantienen China y la Unión Europea.

Sucede que el funcionario se encuentra en medio de un gran dilema, pues debe proteger a la industria textil comunitaria de la competencia china pero, además, asegurar a los minoristas el acceso a las importaciones de ese país.

Por este motivo, Mandelson envió una misión a Pekín con miras a renegociar cuotas de importación. Ocurre que hay 75 millones de piezas de indumentaria chinas detenidas en puertos europeos (y de los más caros).

Tratando de atenuar un papelón, Mandelson admitió esta semana que "estamos ante una grave falla reglamentaria en el sistema de cuotas". A toda esa vestimenta se le impidió ingresar en la Unión Europea, luego de que distribuidores y minoristas del área corrieran a adelantar pedidos, para cubrirse de las inminentes cuotas. En poco tiempo, todo límite fue arrasado.

El jueves pasado, varias cámaras comerciales de la UE advirtieron que las tiendas afrontarían severas faltas de mercaderías si no se llegase a un arreglo con los chinos. Algunas cadenas, por el contrario, señalaron que la cosa no era para tanto. Pero las autoridades portuarias y aduaneras están aterrorizadas.

"Por su parte, Mandelson debía dar marcha atrás en una de sus primeras iniciativas como comisionado del rubro. No hace mucho, impuso cuotas temporarias, calificándolas como "una solución mutuamente aceptable que permitirá una transición ordenada hacia un sistema definitivo". Pero, al expirar anteriores restricciones (por pedido de la Organización Mundial de Comercio), toda la UE se largó a importar textiles, adelantándose al régimen de Mandelson. Visto desde Pekín, el proceso parecía por demás desordenado. Durante el último fin de semana, por ejemplo, los barcos chinos empezaron a anclar más allá de aguas territoriales, para ahorrarse secuestros, confiscaciones y otros problemas. Era, en efecto, un papelón internacional", asegura el portal Mercado.

En tanto, cámaras y asociaciones de minoristas europeos sostienen que el sistema de cuotas fue mal manejado desde el principio y se lanzó demasiado pronto para que los importadores ubicasen nuevas fuente de abastecimiento.

Mandelson rechazó esas acusaciones. "Este acuerdo tomó meses, no días, y todos conocían sus plazos y otros detalles", se cansó de repetir.En general, mayoristas y minoristas insisten en que la Comisión Europea se puso al lado de los fabricantes y contra el comercio, en "una actitud miope

* Opciones y aristas a estudiar

De acuerdo a un cable de la agencia Reuters, entre las opciones que se estudian se incluyen "la transferencia de cuotas no completadas -como la de confecciones de algodón- a líneas más populares, tomándolas a cuenta de las cuotas del año próximo, lo que permitiría la llegada de los pedidos de prendas realizados antes del 10 de junio".

En tanto, cabe destacar que los Países Bajos, Dinamarca, Suecia y Finlandia advirtieron que existían riesgos de pérdida de puestos de trabajo y bancarrotas en el sector minorista a menos que la UE relaje las restricciones a la importación de textiles desde China.

Y aunque Mandelson se encuentra bajo fuego por los minoristas y los países del norte de Europa, favorables al libre comercio, también está presionado por países que cuentan con una gran industria textil propia, como Francia, Italia, y España.

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