Temor y desconcierto en suelo bonaerense: Los principales problemas de la campaña

Aunque nadie lo dice en público, comienzan a salir a la superficie los interrogantes y el temor del felipismo y el kirchnerismo bonaerense sobre la marcha de la campaña electoral en la provincia. A diferencia de Cristina Kirchner, quien perdió adhesiones, Chiche Duhalde mejoró su posición en las encuestas. Sumado a esto, el hecho de que no existe prácticamente comando de campaña- encendieron las primeras luces de alarma entre los dirigentes K de Buenos Aires.

Distintas fuentes del Frente para la Victoria, relataron al sitio Infocielo cuáles son en la actualidad los principales problemas de la campaña:

1- La principal es la falta de un enlace entre la Casa Rosada y la gobernación bonaerense y, a su vez, entre los jefes locales y el gobierno nacional. A pesar que Florencio Randazzo integra el comando de campaña nacional, sigue sin existir un vínculo expreso que permita poner en línea las acciones de cada uno.

2- Esto se agrava porque Cristina y Néstor Kirchner llevan adelante un discurso netamente nacional lo que vuelve más complejo "bajar" el planteo diferenciador al plano local porque, se sabe, allí interesa más la construcción de un cordón cuneta, que el hecho de recordar una y otra vez que se renegoció favorablemente la deuda externa.

3- La falta de un discurso preciso de Cristina agrava la situación. No logra la primera dama generar sintonía con el clásico votante del PJ del conurbano. "Está muy lejos" reconocen en la provincia. Sus planteos genéricos, con cierto tono fundacional, aparecen demasiado abstractos comparados con las referencias de "señora de barrio" que hace Chiche Duhalde.

4- Se nota en la esposa del ex presidente que tiene, detrás, un equipo de comunicación que trabaja ordenamente y de manera profesional. No parece que ocurra lo mismo con Cristina Fernández que aunque encuentra el tono de los discursos (por momentos emulando a Eva Perón) no da en la tecla respecto al temario.

5- ¿Qué genera todo esto?. Un profundo desconcierto entre los dirigentes y candidatos de segunda y tercera línea que se sienten "ignorados" por la Casa Rosada. A pesar de los esfuerzos que hace Solá, a través de Randazzo, para llegar a esos sectores, la falta de un vínculo más firme con el gobierno nacional genera desazón.

6- Eso deriva en un desorden en la campaña que se agudiza por la costumbre, más que conocida de Kirchner, de centralizar toda la actividad. Pero nadie, todavía, se anima a trasmitirle estas dudas al presidente que, por otro lado, considera que está en la línea correcta.

7- El tono confrontativo, que sirve para exaltar los ánimos en los actos, genera en cambio malestar en el gran público. Sin propuestas específicas –Cristina no hace una sóla en sus discursos- y con planteos muy genéricos, el gobierno no consigue estructurar un eje de campaña sólido y positivo.

8- La última referencia tiene que ver con que la presencia de los Kirchner suprime todo alrededor. Sólo Solá tiene alguna participación pero los demás candidatos casi no figuran: ¿dónde está Alberto Balestrini, primer candidato a diputado nacional? ¿Dónde los demás integrantes de esa lista? Esto quizá se explique por un criterio peligroso que prima en la campaña: la suerte electoral depende exclusivamente de Kirchner y –en menor medida– de su esposa. Es decir: los candidatos locales descansan sobre la figura de estos suponiendo que eso será suficiente para ganar la elección.

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