La batalla por las reservas del Banco Central (1ra. parte): "El modelo es inflacionario"

"El volumen de reservas impone un tipo de cambio cercano a $ 2,40, y por eso hay problemas con la Unión Industrial Argentina y otros defensores del modelo, que reclaman un dólar cercano a $ 3. Pero si yo dilapido una buena porción de las reservas, puedo llevar el dólar a $ 3 sin tener que intervenir más en el mercado cambiario. Hay gente especulando con eso para luego de las elecciones", dijo Agustín Monteverde, a la revista EDICIÓN i Nº72 (hoy aparece la Nº73), al final de un diálogo acerca de cuál es el destino del plan económico , que es importante que Ud. conozca para apreciar el escenario precario en que vivimos:

I. Nadie lo sabe

Agustín Monteverde es un amigo de U24 y de EDICIÓN i. La certeza de sus proyecciones han desarrollado la amistad, no hay porqué ocultarlo. Resulta muy complicado mantener una relación basada en el respeto intelectual con quien yerra en forma permanente, cualquiera sea su ámbito de desempeño: economista, financista, encuestador, político.

No es fácil trabajar de economista profesional en estos tiempos cuando la economia como ciencia social se encuentra en crisis, luego de que muchas de las teorías se han estrellado contra el muro de la realidad. Es más: la banca de inversión ya sustituyó al economista en jefe por el jefe de estrategias de inversión, función que parte del supuesto de que los países ya no practican lo que enseña la teoría y, entonces, lo que hay que hacer es evaluar las estrategias de los países. Es obvio que gobernantes como Néstor Kirchner o Roberto Lavagna ayudan a quitarle credibilidad a la economía como el resultado de la lógica en la administración de los bienes escasos.

Por un lado, creen que el Estado debe administrar la abundancia de recursos fiscales, sin preocuparse cómo se logra semejante abundancia; por otra parte, ambos suponen que la buena gestión de la economía no depende de la racionalidad en las decisiones.

Entonces, todo debate resulta casi inútil y uno termina observando, en silencio, cómo se deslizan por la pendiente.

Durante la tarde del viernes 2, EDICIÓN i conversó con Monteverde, a quien le preocupaban tres cuestiones:

> La tasa de inflación creciente,

> El esquema impositivo vigente, tan voraz como distorsivo, y

> El avance del Poder Ejecutivo sobre las reservas del Banco Central.

Algunos conceptos escuchados a Monteverde ayudan a comprender hacia dónde va la economía, y las dificultades que le provocará al proyecto político de Néstor Kirchner. En verdad, cuando se escucha especular acerca de la eventual candidatura a la reelección de Kirchner, en el año 2007, la limitación más importante hacia ese proyecto es el desempeño futuro de la macroeconomía argentina, que precisa de correcciones, ya es evidente. Luego de los comicios del 23 de octubre, habrá que comenzar con esas correcciones pero es probable que el Presidente, para entonces, tenga menos poder que hoy día.

Es decir: el Presidente utilizó sus mejores días en incrementar los desajustes del ‘modelo’, y deberá ajustarlo en días de menor credibilidad y autoridad.

La apuesta del Presidente es que esa licencia la destinó a ganar una elección esencial para él (la del 23 de octubre), oportunidad en que será fortalecido en forma decisiva, y entonces hará las correcciones necesarias. Pero nada indica que, por ejemplo, hoy el Presidente tenga más autoridad que hace 60 días, sino todo lo contrario.

En tanto, ya es obvio que a Roberto Lavagna le disgustan las correcciones y los ajustes estructurales. Y hasta ahora ha logrado que la opinión pública lo aprecie o respete como un economista eficaz, el hombre de convergencia de Néstor Kirchner y Eduardo Duhlde.

En verdad, Lavagna es beneficiario de una enorme pereza intelectual que ha descendido sobre muchos economistas (desinterés equivalente al que ocurre en las ideas políticas) y ejecutivos, y la incapacidad para defender lo defendible de los ’90 de parte de otros.

Nadie quiere ver que el mundo va por otro andarivel, todos miran hacia el ombligo nacional como si fuese la respuesta a los pesares.
Por supuesto que eso no funciona, pero tampoco nadie desea convertirse en el mensajero de las malas noticias. Entonces, una sociedad entera termina autoconvenciéndose que marcha bien.

¿Por qué, entonces, no ocurren inversiones directas en el volumen necesario?

Nadie lo sabe.

¿Por qué hay una tasa de inflación superior a la esperada y a lo aconsejable?

Nadie lo sabe.

¿Por qué ya resulta irritante la persistencia de impuestos como el que se aplica sobre los débitos bancarios, o aún sobre las exportaciones agropecuarias?

Nadie lo sabe.

¿Por qué hay que modificar la Carta Orgánica del Banco Central, si es que todo anda de maravillas?
Nadie lo sabe.

II. El complot

Aquí algunos conceptos anotados durante la conversación con Monteverde:

> "La tasa de inflación molesta pero es una consecuencia, no una causa. La gente debe soportarla, convivir con ella, pero respecto del problema de la economía, es periférica".

> "La inflación de dos dígitos anuales era previsible como tendencia. En Massot & Monteverde sostuvimos en marzo que en el año 2005 sería de 12%. En ese momento, la encuesta que el Banco Central realiza entre economistas mencionó un 7% Ocurre que nosotros no tomamos la más reciente tasa de inflación y la proyectamos. Hay que pensar qué consecuencias tendrán las decisiones que ha tomado el Gobierno, y en este caso han sido inflacionarias".

> "En la economía argentina, es tradicional que la inflación del 1er. y 3er. trimestre tiende a ser mayor que la del 2do. En cuanto al mes agosto es estacionalmente un mes contractivo y, por lo tanto, debería bajar el crecimiento del índice. Lo significativo es esta inflación para lo que es agosto. Luego, la inflación de los alimentos y bebidas es muy superior al resto de la muestra. Considerando que en los hogares de bajos ingresos, casi todo el ingreso se destina a alimentos y bebidas, tenemos un malestar social con repercusiones políticas en el horizonte del ‘modelo’ de Lavagna".

> "Ya estamos avanzando hacia un nuevo peldaño, de 15% de inflación anual, y es muy peligroso".

> "Hay algunas cuestiones a tener en cuenta en toda evaluación del comportamiento de los precios. Por un lado, en la economía argentina, y aunque a los ministros de la Corte Suprema de Justicia les moleste, la regla de juego es romper la regla de juego, y eso es inflacionario. Luego hay una necesidad de crédito a más largo plazo que es cada vez mayor, y esto también es inflacionario. Además, la inversión extranjera directa (IED) en Brasil durante julio fue de US$ 2.040 millones, y pese a los problemas de imagen que padece el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva. En la Argentina, durante el 1er. trimestre fue de US$ 588 millones. O sea que la inversión extranjera directa en la Argentina durante el año 2005 no superará la que Brasil recibió en un mes. Esto también es inflacionario porque la demanda insatisfecha empuja a los precios".

> "Al hablar de inflación no puede dejarse de considerar que el gasto público crece a entre el 25% y 30% anual, cuando los ingresos del Fisco crecen al 15%. Este desfasaje tiene consecuencias en la emisión de deuda o en el deseo de apropiarse del dinero del Banco Central".

> "Cabe considerar, también, que el modelo de tipo de cambio alto es incongruente con una baja de la tasa de inflación. Por el contrario, la alienta. Con un tipo de cambio elevado, se alientan las exportaciones y, por lo tanto, se obtiene cada vez más superávit cambiario que debe comprarse con pesos que se inyectan al mercado y se esterilizan vía deuda pública para impedir que baje el tipo de cambio. La verdad es que nunca se logra esterilizar el 100% de los pesos –además, esterilizar todo vía tasa de interés es muy caro-, y eso es inflacionario".

> "Hay que decir la verdad: el modelo de tipo de cambio alto no es para exportar más sino para recaudar más, para que el Tesoro Nacional tenga más dinero para que el Ejecutivo realice sus políticas, su proyecto hegemónico".

> "Si el modelo fuese realmente de desarrollo del comercio exterior, se daría un tratamiento diferente al cobro de derechos a la exportación. Las llamadas ‘retenciones’ no estimulan las exportaciones".

> "Con este modelo, se obliga al Banco Central a endeudarse en forma creciente para sostener el mercado cambiario. Así, el Banco Central no es autónomo, el Banco Central trabaja para el Ministerio de Economía; es más: el Banco Central está a las órdenes de la Tesorería de la Nación, y eso preocupa a los ahorristas privados".

> "¿Cómo expresan los tenedores de liquidez su preocupación sobre el desmanejo del Banco Central? No, ellos no publican solicitadas en los diarios, ellos simplemente vuelcan sus tenencias a la compra de inmuebles, provocándo una ‘burbuja’ llamativa. Algo similar ocurre con el llamado ‘boom’ del parque automotor. Es inversión desalentada por el sistema bancario, que sigue dominado por los depósitos del propio sector público, no de los privados. El circulante supera en tres veces a los depósitos, y esto no es lógico para una economía capitalista. Desde la crisis del año 2001, el público mantiene una clara preferencia no bancaria, y esto debería preocupar a todos los actores institucionales de la Argentina".

> "¿Qué operatoria funciona hoy en los bancos? La de los préstamos personales, en general de bajo riesgo, y elevada tasa de interés, que se calzan contra los salarios".

> "El 20 de agosto el Banco Central aplicó un encaje a las operaciones de pase, y no fue una feliz decisión. Ocurre que la esterilización de pesos vía Lebac ya tiene un costo muy elevado. El programa monetario de largo plazo se maneja con pautas de corto plazo. El 47,4% de las Letras emitidas por el Banco Central se encuentran a un plazo inferior a 90 días. Hay $ 7.200 millones en operaciones de pase entre 1 y 7 días. Esto es explosivo por plazo y por tasa. El 27,6% de los depósitos bancarios se encuentra aplicado a Lebac u operaciones de pase; es el equivalente al 43,7% de las reservas internacionales. Esto lleva directo hacia un nuevo ‘Plan Bonex’. El milagro es que la inflación no sea más elevada, lo que obligaría a prever la indexación de los contratos".

> "El público no percibe la complejidad de la crisis incipiente del modelo económico, solamente ve la inflación... ahora, este plan es más recesivo que inflacionario porque su prioridad es la presión fiscal. La inflación se produce por motivos no buscados. Un superávit fiscal de 4,5% a 5% del PBI es recesivo, en forma progresiva. Con un déficit de inversión, es aún más recesivo".

> "La voracidad del Fisco es inédita. Ahora, en el proyecto de Presupuesto 2006 se incorpora una cláusula para quitar los topes a los aportes patronales que gravan los salarios más elevados".

> "Resulta un delirio insistir en el discurso de cancelar deuda con el FMI, que tiene un costo financiero de 3,5%, emitiendo deuda propia ajustada por CER que termina teniendo un costo de 17,5%".

> "Hay quienes afirman que la prioridad es mantener un tipo de cambio competitivo, pero la economía argentina acumula 27 meses consecutivos de déficit comercial con Brasil. El real se aprecia, Lula está en crisis, Brasil se complica pero siguen vendiéndonos, lo que obliga a creer que la competitividad no es el tipo de cambio alto".

> "Michael Porter fue quien comenzó con la competitividad de un país está dada por la rivalidad entre las empresas de ese país. Los gobernantes deben lograr que la demanda sea más sofisticada porque esto obliga a las empresas a una oferta más competitiva y de calidad. Sin embargo, los subsidios, aranceles, regulaciones y otras protecciones afectan la competitividad y dañan al consumidor".

> "Cuando se discuten los ’90 se afirma que la ‘debàcle’ ocurrió porque el peso se encontraba sobrevaluado. Recuerdo haberle escrito una carta a Paul Krugman, porque él predicaba la devaluación como solución a todos los males argentinos. Antes que nada, el dólar estaba sobrevaluado. Luego, el verdadero problema eran las 5 rigideces de la economía argentina que impedían la competitividad:

• el esquema impositivo,
• las tarifas de los servicios públicos (que evolucionaban según la inflación internacional, aún cuando aquí hubiese deflación),
• los salarios, sostenidos por una legislación laboral rígida,
• los precios de la energía (la desregulación en el mercado eléctrico, por ejemplo, había cesado; también en las telecomunicaciones, y hasta en el expendio de combustibles), y
• la tasa de interés, derivado del interés oligopólico de las autoridades del Banco Central, prometiendo que así bajaría la tasa de interés real, lo que no ocurrió".

> "Desde hace meses que estoy muy preocupado con la posibilidad de que el gobierno de Kirchner eche mano a las reservas internacionales. Pero desde hace 5 meses lo incorporé a nuestros informes semanales como tema de análisis. Esto ya se ocurrió en 1990, y también en 2002, cuando se ignoró que los dólares en custodia del Banco Central eran propiedad de los tenedores de pesos, y se les negó esa propiedad y libre disponibilidad prometida. Ahora se quiere utilizar las reservas para construir un plan de carreteras, para ampliar la infraestructura, y es otro error".

> "Me preocupa el interés en dilapidar las reservas del Banco Central –tema en carpeta desde que el Presidente habló de desendeudamiento con el FMI- desde que se suspendió la captación de nueva deuda en dólares, en parte por la tasa de interés que impone el riesgo argentino. Pero lo que creo que subyace en todo esto es que se quiere modificar la paridad de equilibrio. En este momento, el volumen de reservas impone un tipo de cambio cercano a $ 2,40, y por eso hay problemas con la Unión Industrial Argentina y otros defensores del modelo, que reclaman un dólar cercano a $ 3. Pero si yo dilapido una buena porción de las reservas, puedo llevar el dólar a $ 3 sin tener que intervenir más en el mercado cambiario. Hay gente especulando con eso para luego de las elecciones".

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