Juicio a los Barrabrava: Apenas fue un circo mediático

Muchas horas de despliegue mediático en vano. ¿Para qué se hace esta 'movida', si en definitiva los condenados salen riéndose de un tribunal? Es una historia de nunca acabar. Que nadie se queje, entonces, por la violencia, porque nunca tiene castigo.

Rafael Di Zeo se abraza con su hermano Fernando. Se estrecha con el Oso Pereyra. Después con José Monteleone, su abogado.

Y apenas sale, pinta el besamanos papal.

Todos los miembros de la barra de Boca presentes (hubo cerca de 100), le sonríen, lo felicitan, le palmean la espalda, le dicen "grande, Rafa".

A esa misma hora, mucha gente se pregunta qué festeja La Doce, si el Tribunal Oral Nº6 integrado por los jueces Guillermo Yacobucci, Ricardo Rongo y Leonardo De Martino condenó a la mitad de la cúpula de los violentos por la emboscada a los de Chacarita Juniors, del 3 de marzo de 1999, durante un encuentro amistoso en La Bombonera, a penas de prisión efectiva.

Esto incluye al propio Rafa, al que le dieron 4 años y 3 meses, a su hermano Fernando, que recibió 3 años y 10 meses, y al 'Oso' Pereyra, condenado a la misma pena que el menor de los Di Zeo

¿Qué festejan, entonces? Que saben bien que están amparados por 'el sistema'.

Que por la nueva doctrina de la Corte Suprema de Justicia, ninguno irá a la cárcel hasta que el fallo no quede firme. ¿Cuándo ocurrirá eso? Recién después de que la Cámara de Casación confirme o revoque las penas.

Y si las confirma, a los barras les queda un recurso más: ir a la Corte.

Así, entre dimes y diretes, se estima como mínimo un año el plazo en que Di Zeo y compañía seguirán como si acá nada hubiera ocurrido.

Y por la fe que se tienen, suponen que en Cámara podrán voltear el cargo de coacción agravada por el uso de armas, el delito por el que finalmente fueron condenados, después de que el Tribunal diera por prescripto el de lesiones leves agravadas y considerara inexistente el de robo en poblado y en banda, acusación que se debilitó hasta extinguirse tras la rectificación de los hinchas de Chacarita, que primero habían acusado a los de Boca por robo y durante el juicio lo negaron.

También, los 13 'barrabrava' quedaron en condiciones de seguir yendo a la cancha, porque todas las resoluciones fueron apeladas.

Recién se les impondrá la prohibición que dispuso el Tribunal cuando el fallo quede firme.

El otro motivo grande de festejo es más fino: el fallo determinó que no hubo banda, que los barras de Boca actuaron por generación espontánea, lo que significa que no hubo plan previo ni organización premeditada.

Esto los beneficia en la causa iniciada por el ex juez Bergés por los hechos del 31 de agosto de 2003, cuando se trenzaron otra vez con los de Chaca pero en esa ocasión durante un partido oficial.

En esa investigación están acusados por asociación ilícita, el delito que llevó a prisión a La Doce que comandaba 'José Barrita', pero que necesita para ser probada que se confirme que la barra es una organización con fines delictivos y que persiste en el tiempo.

Y en este fallo lo de organización quedó de lado.

¿Usted se preguntará por qué a algunos les dieron tres años y a otros hasta cuatro años y seis meses, si todos fueron condenados como coautores del mismo delito?

Simple: el Tribunal tomó en cuenta la ferocidad que tuvieron en la pelea.

Así, según mostró el video, Juan Castro y Diego Rodríguez fueron los más agresivos en el ataque, mientras que Rafa le pegó un puntazo a Benedetti en su pierna derecha.

También se vio al 'Oso', 'Topadora' Kruger y Fernando Di Zeo como los máximos agresores.

Al resto, en cambio, al condenarlos a tres años les dieron penas de libertad condicional, es decir que aunque la Cámara las confirme, no irán a prisión.

Y uno, Víctor Crocce, fue absuelto porque no se lo ve pegar en ninguna de las imágenes.

De este modo podemos concluir con lo informativo.

Pero hay muchas cosas por analizar.

Lo único que queda claro es que cada vez que hay incidentes de este tipo se hace un despliegue mediático infernal.

Y que hasta se puede detener o parar el fútbol como lo hizo en algún momento el juez Perrota.

Pero señores es todo un circo del cual sólo los medios sacan rédito.

Se ve que nos encanta entablar estas discusiones bizantinas. Pero sólo por el hecho en sí, y no hay voluntad de ir hasta el hueso.

Entonces no se rasguen más las vestiduras cada vez que surja un muerto o se produzcan incidentes.

No por el hecho en sí que es gravísimo, sino porque ya sabemos que nada va a ocurrir en materia de castigo.

¿Para que entonces gastar tanto dinero en cámaras de seguridad dentro de los estadios de fútbol?

La respuesta que encuentro a esto es el negocio que puede generar. Vaya a saber que dimensión puede tener este otro negocio dentro del fútbol. Porque los hechos indican que cuando hay imágenes de agresiones, como en este caso, nada pasa.

Bien, Usted me dirá que el problema es la ley. Pues bien, que la cambien. ¿Qué esperan?.

¿Para que entonces le pagamos un sueldo al Ministro de Seguridad (Nacional, Provincial)?

Nada, se dan cuenta que es sólo una puesta en escena para hacer ver que se hacen cosas y que hay preocupación pero que en definitiva nadie tiene la voluntad de cambio.

¿Para que tanta policía cobrando operativos? ¿Para que tanta seguridad privada en los estadios?

Cada vez más queda muy claro que es sólo una puesta en escena.

Más allá de quienes realizan estas funciones, que por otra parte es su trabajo y pueden que algunos lo realicen bien, no hay voluntad para perseguir a estos delincuentes.

Claro está que tienen funciones importantes dentro de la sociedad.

Están vinculados a la política con cargos en legislaturas y demás. Es increíble que estos violentos que a veces tiene pedido de captura por la justicia, no los encuentren en su momento.

¿Saben donde están a veces? Trabajando en la legislatura para la política.

Los políticos encontraron a través de estos sicarios otra forma de llegar a la gente. La otra son los medios.

Está todo muy claro. Todo sólo es una puesta en escena.

En este circo están los que le sacan rédito a la situación, los intocables de siempre, y las víctimas de los hechos.

Otra batalla cultural que la Argentina no esta dispuesta a ganar.

Lamentable y triste para un país que quiere desde algún lugar cambiar la historia.

Tenemos que terminar con ser aquello de que es un país que: "se dice lo que no se hace, y se hace lo que no se dice".

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