De enciclopedias y payasos: Paul Auster y Salman Rushdie salen a vender sus novelas

(*) POR MARÍA LAURA VENTURA Ni Paul Auster ni Salman Rushdie son amigos del perfil alto. Cada uno tiene diferentes motivos, lo cierto es que a pocos días de aparecer en las librerías sus respectivas novelas, ambos accedieron a dar un reportaje para un diario francés y adelantar detalles de sus textos. Ambos críticos con la Guerra de Irak se refieren al Pen Club, grupo que preside Rushdie, que defiende los derechos de los escritores perseguidos por cuestiones ideológicas, religiosas, políticas, etc. Tal es el caso de Rushdie, autor de "Versos satánicos", quien fuera sentenciado a muerte por el ayatolá Jomeini de Irán durante nueve años.

Paul Auster y Woody Allen tienen algo en común.

Ambos admiten que sus creaciones tienen más adeptos en Buenos Aires que en su Estados Unidos natal. Auster es sinónimo de best seller en las librerías porteñas sin que su éxito de ventas sea atribuido a la liviandad de sus manuales de autoayuda al estilo Pablo Coelho ni a la inverosimilitud de novelas de entretenimiento como lo es "El Código Da Vinci". Alguna vez fue llamado el escritor serio de las masas.

Paul Auster desplegó su mal humor en Buenos Aires cuando se presentó en marzo de 2002, convocado principalmente a la Feria del Libro. Auster no quiso sonreír siquiera a sus seguidores más fieles, y afortunados, que pudieron pagar $100 para escucharlo hablar en el Malba sobre su gusto por el cine, en una evento que duró lo que duraron los fragmentos que él seleccionó. Al finalizar los fragmentos y tras haber expuesto como máximo una decena de palabras, Auster accedió a responder algunas preguntas con el cinismo de un intelectual neoyorquino.

Auster tuvo su "gran momento" en la Argentina, y aún es un escritor que genera grandes expectativas, pero sus historias comienzan más a menudo a repetirse. Uno de los hechos que condujo a que Auster perdiera adeptos es el no dato menor del precio de sus libros, publicados por Anagrama. Regalar un libro de esa editorial, que publica en Europa, significa un importante regalo, y para los ávidos lectores, una inversión.

De todos modos Auster es un literato respetado por su talento para abordar hasta el hartazgo las relaciones tortuosas entre padres e hijos y la dicotomía azar-destino, inclinándose siempre hacia la primera.

Además, Auster, quien presenta "Brooklyn Follies", es vicepresidente de Pen Group, organización que se dedica a salvaguardar los intereses de escritores perseguidos por cuestiones ideológicas, políticas, religiosas, etc.

Didier Jacob, de Le Nouvel Observateur, entrevistó a Auster junto a Salman Rushdie, quien está también a punto de lanzar su próxima novela, "Shaliman, el payaso". Rushdie es un escritor británico de origen indio y religión musulmana, quien a finales de los años ochenta fue condenado a muerte por blasfemia contra el Islam tras la publicación de "Versos Satánicos", novela que comienza con los últimos minutos de vida de dos musulmanes que deciden inmolarse.

Durante nueve años Rushdie se vio obligado a vivir en la clandestinidad hasta que en 1998 el régimen iraní anuló la fatwa (o decreto religioso), que lo sentenciaba a muerte. Rushdie también se presentó en la Argentina. Un grupo de periodistas accedieron a subirse a un colectivo, con las ventanas tapadas y tras ser paseados durante varias horas, pudieron entrevistar al escritor. Un jovencísimo Andrés Kuznetzoff desde "CQC" formó parte de esta comitiva, y desoyendo las reglas de seguridad, cuestión de vida o muerte, relataba, mientras espiaba por las cortinas del colectivo, las calles por las que se desplazaba el colectivo.

# Persecuciones, Irak y Bush

Rushdie ahora presidente la Asociación de Escritores (PEN). En la entrevista con Le Nouvel Observateur se menciona la acción de ambos en "Pen Club" y su opinión sobre el Estados Unidos del presidente George W. Bush y los excesos del mandatario:

"–S.R.: Yo lo presido actualmente, y Paul es mi vicepresidente.
–P.A.: ¡Yo ya había sido presidente en el pasado y él me ha arrastrado de nuevo allí! Soy incapaz de decirle que no a este hombre... [Risas].
–S.R.: El Pen Club me apoyó tanto cuando lo necesitaba que acepté de buen grado este mandato de dos años. El Pen Club prosigue desde luego sus actividades tradicionales, que consisten en defender los derechos de los escritores perseguidos en el mundo. Pero también nos esforzamos
por tomar posiciones en las cuestiones relativas a la libertad de expresión y los derechos civiles en Estados Unidos. Y porque en Estados Unidos se oiga más la voz de los escritores del mundo.
–P.A.: Las estadísticas son aplastantes: desde hace 25 años el mundo editorial estadounidense publica cada vez menos traducciones.
S.R.: En Estados Unidos las obras traducidas representan una media de cerca del 3 por ciento del número total de libros publicados al año,mientras que en Francia o en Alemania la cifra total es del 15 por ciento. Afortunadamente, la novela es una forma muy resistente. No es fácil deshacerse de ella.
–P.A.: Es dura de pelar. En cualquier caso, hay algo seguro: Estados Unidos vive horas muy sombrías.
–S.R.: Y no se trata sólo de una cuestión política, sino de control de la información y de los medios de comunicación. Mi primera estancia en Estados Unidos se remonta a principios de los años setenta, cuando se emprendía la construcción de las Torres Gemelas del World Trade Center. Me dirigí allí al día siguiente a mi llegada a Nueva York. Y sentí un flechazo por esta ciudad. Pero ya no es el mismo país, y ahora es difícil amar a Estados Unidos.
–P.A.: La cuestión de la información es crucial. Se han sucedido los escándalos, sobre todo los malos tratos infligidos a los prisioneros de Guantánamo por parte de militares o "subcontratistas" privados, cuando no se trata simple y llanamente de asesinatos.
–S.R.: Estados Unidos se ha puesto a exportar a sus prisioneros hacia
Estados aliados que no sienten ningún escrúpulo a la hora de practicar
la tortura.
–P.A.: Se habla de "traslado excepcional". La expresión produce escalofríos.
S.R.: En Estados Unidos las obras traducidas representan una media de cerca del 3 por ciento del número total de libros publicados al año,mientras que en Francia o en Alemania la cifra total es del 15 por ciento. Afortunadamente, la novela es una forma muy resistente. No es fácil deshacerse de ella.
–P.A.: Es dura de pelar. En cualquier caso, hay algo seguro: Estados Unidos vive horas muy sombrías.
–S.R.: Y no se trata sólo de una cuestión política, sino de control de la información y de los medios de comunicación. Mi primera estancia en Estados Unidos se remonta a principios de los años setenta, cuando se emprendía la construcción de las Torres Gemelas del World Trade Center. Me dirigí allí al día siguiente a mi llegada a Nueva York. Y sentí un flechazo por esta ciudad. Pero ya no es el mismo país, y ahora es difícil amar a Estados Unidos.
–P.A.: La cuestión de la información es crucial. Se han sucedido los escándalos, sobre todo los malos tratos infligidos a los prisioneros de Guantánamo por parte de militares o "subcontratistas" privados, cuando no se trata simple y llanamente de asesinatos.
–S.R.: Estados Unidos se ha puesto a exportar a sus prisioneros hacia
Estados aliados que no sienten ningún escrúpulo a la hora de practicar la tortura.
–P.A.: Se habla de "traslado excepcional". La expresión produce escalofríos.
–S.R.: Este tipo de lenguaje estereotipado remite a la solución final, pero se generalizó con la guerra de Vietnam. Recuerdo al general Haig hablando de "100 por cien de mortalidad reactiva", lo que quería decir: "hemos matado a todo el mundo". Se da la vuelta al lenguaje para esterilizar lo innombrable.
"

# Historia de una amistad

Corría 1993 cuando Paul Auster escribió para solidarizarse con lo que estaba padeciendo Rushdie "Una plegaria por Salman" (se puede encontrar en "Experimentos con la verdad", de Auster):

"Rezo por ese hombre cada mañana, pero, en el fondo, sé que también rezo por mí. Su vida está en peligro porque ha escrito un libro. Escribir libros es también mi oficios, y sé que los caprichos de la historia y de la pura mala suerte podrían haber hecho que yo estuviera en su lugar. (...) Pertenecemos al mismo club: una secreta fraternidad de hombres y mujeres solitarios, enclaustrados y maniáticos que pasamos casi todo nuestro tiempo encerrados en pequeñas habitaciones luchando por colocar palabras en una página".

El periodista francés Didier Jacob, de Le Nouvel Observateur, les pregunta a los escritores sobre esta amistad:

"–Ustedes se conocen desde hace tiempo. ¿Cuándo se encontraron por primera vez?
–Paul Auster: Yo había escrito un artículo en The New York Times en el momento de la fatwa contra Salman. En aquella época daba clases en Princeton, donde organicé una velada de apoyo que reunió a numerosos escritores: Toni Morrison (Premio Nobel), Joyce Carol Oates, Russell Banks...

Asistieron miles de personas, alumnos y profesores. Don DeLillo redactó también una octavilla para apoyar a Salman Rushdie.
–Salman Rushdie: Paul y Don se hicieron amigos míos. El problema es que les separa una grave discrepancia en el terreno del béisbol: Paul apoya a los Meets y Don a los Yankees, los dos equipos neoyorquinos. Los dos me invitaron a un partido de su equipo favorito. Debo confesar que preferí a los Yankees. El béisbol se parece mucho al críquet. Las distancias son casi idénticas, salvo que en el críquet la pelota bota. El otro punto común es que suscitan las estadísticas más inverosímiles, como cuántas veces un lanzador zurdo ha conseguido este golpe en martes".

# "Shaliman, el payaso", de Rushdie

La nueva novela de Salman Rushdie tiene múltiples escenarios: Estrasburgo, West Hollywood, Pakistán, los jardines de Shalimar y la India.

La novela narra la historia de una joven de ojos verdes, vive en Los Ángeles, donde su padre, un antiguo embajador francoestadounidense, se reúne con ella para celebrar su cumpleaños número 24. Su chófer, Shalimar, asesina brutalmente al ex embajado ante la mirada de su hija. Sin embargo, se pregunta el lector, ¿quién es su asesino?

"Le Nouvel Observateur: –Su novela, Shalimar el payaso, es un fresco muy ambicioso, que se desarrolla en Cachemira, Los Ángeles y Francia. ¿Por qué esta gran distancia geográfica?

–S.R.: El punto de partida de Shalimar el payaso es un asesinato, y la curiosa relación que se establece entre el padre (la víctima), su hija y el asesino. El primero es un embajador estadounidense educado en Europa, y en el libro he tenido que hacerme eco de sus orígenes. Su
hija quiere ser documentalista en Los Ángeles. La novela arranca en esta ciudad. En cuanto a Cachemira, está ligada al destino del asesino, en cuya vida han influido cuestiones de fronteras, de
división y secesión territorial.
–¿Quién es Shalimar?
–S.R.: Es un cómico itinerante, un hombre muy amable y dulce, cuya única ambición es distraer a la gente y amar a una mujer. ¿Cómo puede convertirse en asesino? Ésa es la gran pregunta del libro.

Salman Rushdie, nacido en Bombay en 1947, obtuvo el premio Pullitzer en 1981 por "Hijos de la medianoche". Vive en Nueva York y esta casado, con su cuarto matrimonio, con la modelo y actriz Padma Lakshimi (32), quien tuvo una participación en la película más criticada de la historia del cine estaounidense, "Glitter", con Mariah Carey.

El escritor recuerda su visita a la que fuera la casa del escritor argentino Jorge Luis Borges:

"Una visita a Borges
–Una idea casi shakesperiana...
–P.A.: Y una empresa titánica, destinada a no acabarse nunca. Por otra parte, quizá la literatura no sea más que eso: una enciclopedia de las locuras humanas.
–S.R. : Hay algo de borgiano en eso. Un día le hice una visita a Borges y pude visitar la biblioteca de su casa de Buenos Aires. Una habitación entera, gigantesca, dedicada sólo a las enciclopedias. Le obsesionaban. Una enciclopedia así le habría gustado mucho".

# "Brooklyn Follies", de Paul Auster

Así termina la próxima novela de Auster: "Eran las ocho cuando puse el pie en la calle, ocho de la mañana, 11 de septiembre de 2001, exactamente 46 minutos antes de que el primer avión se estrellara contra la torre Norte del World Trade Center".

La novela narra la historia de Nathan Glass, de 56 años, reencuentra el Brooklyn de su infancia para morir. Este antiguo agente de seguros,que sufre un cáncer de pulmón, tiene como afición anotar, en una enciclopedia muy flaubertiana, todos los tipos de idiotez humana. Encuentra por azar a su sobrino, Tom Word, y parte con él en busca de Aurora, una joven que, después de haber conocido el infierno de la droga y la pornografía, vive bajo la autoridad de un fundamentalista
cristiano, David Minor.

"Le Novel Observateur:–En sus novelas, Paul, usted se dedica sobre todo a describir su ciudad, Brooklyn...
–P.A.: No todos mis libros se desarrollan en Nueva York. Mr. Vértigo estaba ambientado en Kansas y La música del azar en Pensilvania. En cuanto a El libro de las ilusiones, transcurría tanto en Argentina como en Hollywood.
–¿Cuál es la génesis de Brooklyn Follies?
–P.A.: Larga y tortuosa. Tenía ese libro en la cabeza desde hacía tiempo. Empecé a escribirlo en 1993. Willy y Mr. Bones, el poeta y el perro de Tombuctú, debían formar parte de la historia, pero me enamoré de esos personajes y decidí dedicarles toda una novela. Pasaron cinco
años, en los que estuve ocupado haciendo películas. No acabé Tombuctú hasta 1998. Entonces quise escribir La noche del oráculo, un proyecto también muy antiguo. Pero al cabo de 15 ó 20 páginas, no acababa de ver hacia dónde iba, así que lo dejé a un lado para escribir El libro
de las ilusiones, cuya idea también se remontaba a varios años atrás. Luego escribí La noche del oráculo, y después de esto pude retomar Brooklyn Follies.

–¿Brooklyn Follies es su libro más optimista?
–P.A.: De hecho lo encuentro casi picaresco en el tono y, sobre todo, más ligero: para mí, a pesar de la gravedad de algunos pasajes, es una novela cómica. Por comedia entiendo que la mayor parte de los personajes se ven más favorecidos al final de la novela que al principio, contrariamente a los héroes de la tragedia. Nathan, el personaje principal, se encuentra al fondo del agujero cuando empieza el libro: es un muerto aplazado ,o al menos, eso cree él. Y a medida
que se repone, que va hacia los demás, su visión de la vida se aclara, para al final salir feliz del hospital el 11 de septiembre de 2001, tres cuartos de hora antes del primer atentado.

–S.R.: ¡Dios mío! Te has atrevido...
–P.A.: Sí, Brooklyn Follies es un libro sobre la vida de antes.
–S.R.: Furia, mi anterior novela, salió a la venta el 11 de septiembre
de 2001...
–P.A.: ¡Qué sentido de la oportunidad! ¡El 12 salió una antología de
mis cuentos!
–S.R.: Había leído fragmentos de Furia en la librería Barnes and Noble de Union Square unos días antes, y el público se rió mucho: se reconocían en esta visión satírica de Nueva York. Desde luego, después de los atentados se canceló la gira de promoción. Durante un año aproximadamente casi no tuve ocasión de hablar de mi libro, hasta el día en que fui invitado a leer algunos extractos en el YMCA de la calle 52. No tenía ni idea de cómo iba a reaccionar el público. Pues bien, se vieron sumergidos en un acceso de nostalgia por una ciudad que ya no existía. Esta novela, que quería ser contemporánea y satírica, se ha vuelto histórica y conmemorativa.

–Sus dos héroes son condenados a muerte. Max, el personaje de Salman, va a ser asesinado. En cuanto a Nathan, creo que va a morir de cáncer...

–P.A.: Nathan es un cabrón amargado y sarcástico, que encuentra de nuevo el camino de la compasión. Al principio es un amargado y le echa la culpa al mundo entero. Se instala en su Brooklyn natal y empieza a hacer una lista de todas las cosas estúpidas que ha hecho en su vida.
Luego el proyecto se amplía para incluir los lapsus y las equivocaciones ajenas. Así ocupa sus días: arrastrándose al bar de la esquina para mirar a su adorable camarera puertorriqueña y escribir su Libro de las locuras humanas."

La novela más conocida de Auster es "Trilogía de New York". Llevó sus textos en varias oportunidades al cine, "Smoke" (conocida como "Cigarros"), "Lulu on the bridge" (conocida en la Argentina como "Heridas de amor") y "La música del azar", son las más conocidas. Las dos primeras están protagonizadas por su actor fetiche, Harvey Keitel ("Pulp Fiction") y la tercera por Jame Spader.

Auster está casado con la escritora rubia, desmesuradamente rubia y alta Siri Hustvedt "Todo cuanto amé".
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(*) De la redacción de Urgente 24.

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